Mario Fernández: "Quedó demostrado que la crítica al comité político no corresponde a la realidad"

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El jefe del gabinete dice que la confirmación del equipo político tiene como horizonte consolidar el proceso de reformas en la recta final del gobierno. Reconoce que hay una autocrítica respecto de la conducción política, pero que espera retomar el "nuevo trato" del gobierno con los partidos de la NM.




El ministro del Interior, Mario Fernández, asumió como vicepresidente apenas el avión Fach que trasladó a la Presidenta Michelle Bachelet despegó a las 14.50 horas de ayer rumbo a Lima, Perú, donde participará en la Cumbre Apec 2016. Fue una mañana agitada en Palacio. Después de un ajuste ministerial que incluyó sólo a tres ministros con aspiraciones parlamentarias, la mandataria optó por darle un fuerte espaldarazo a su equipo político, fuertemente criticado desde hace varias semanas por dirigentes de todo peso político en la Nueva Mayoría. El jefe del gabinete dice que nunca estuvo en duda que la presidenta mantendría a firme su libreto.

¿Cómo recibe esta reafirmación del comité político que usted dirige pese a las incesantes críticas a la carencia de conducción política desde la Nueva Mayoría, sobre todo tras el fuerte quiebre que significó la votación del reajuste para el sector público?

Lo que ocurre es que quedó demostrado que la crítica al comité político y la expresión de falta de conducción o de unidad y desorden, en verdad, no corresponden a la realidad. La discusión del reajuste, si se ve en su conjunto, da cuenta que efectivamente el comité político siempre actuó unitaria, disciplinada y ordenadamente. Lo que ocurrió hay que entenderlo como un proceso de ajuste de complicaciones con los gremios y con la llamada mesa del sector público y distintos pareceres con los parlamentarios. Era un tema muy complejo, pero si se ve el final de la discusión, cómo se resolvió, bueno la resolución es muy clara y da cuenta de orden, de disciplina y de un buen trabajo.

La presidenta acaba de dar una nueva señal de autonomía y autoridad a los partidos que pedían un cambio mayor en el gabinete...

No sé si los partidos querían un cambio mayor. Hay personeros de los partidos, algunos parlamentarios algunas veces, que dan a conocer esas opiniones normalmente, además después de que han ocurrido algunos hechos. Pero la impresión institucional de los partidos, yo no he escuchado nunca que vayan en esa dirección. Casi todos han sido además muy cuidadosos en hablar más bien de los estilos y los procedimientos que de las personas. Hay que ver bien las declaraciones. Yo nunca me he sentido aludido personalmente por eso, sino que he sido objeto, y está muy bien que así sea, de críticas al trabajo. Y todas las críticas constructivas al trabajo son bienvenidas. Esta es una pega común que tenemos que hacer con los partidos y todos son bienvenidos a corregir problemas.

¿Hace usted algún tipo de autocrítica por los problemas de las últimas semanas, en particular después de aprobar un reajuste en su tercer intento y dividiendo a la Nueva Mayoría?

Siempre es bueno mejorar, y para mejorar el trabajo siempre es bueno ser muy descarnado en hacerse autocríticas. Esta es una buena enseñanza de lo que pasó para no repetir errores en negociaciones futuras. Es necesario seguramente tener un sistema mucho más elaborado para ir resolviendo problemas durante la negociación. Esta vez como que siempre estábamos muy chantados en algún tipo de posiciones por los dos lados, un poco drásticas, y por lo tanto tenemos que trasladar este tipo de críticas a todo nuestro quehacer respecto de los partidos y respecto del Congreso. No cabe duda de que para que salgan bien las cosas vamos a tener que mejorarlas.

Lo principal debe ser hacer acuerdos con el bloque, porque en el reajuste se terminó pactando con la oposición...

Con la Nueva Mayoría vamos a retomar el trabajo interrumpido hace un par de semanas atrás, en el sentido de priorizar aquellos proyectos en el Parlamento de mutuo interés y que puedan ser viables en términos de su aprobación. Vamos a priorizar eso. Vamos a reducir de 154 proyectos a un tercio más o menos, que son los posibles de realizar en un año.

¿Se va a retomar el nuevo trato?

Sí. Eso del nuevo trato es una expresión, pero vamos a retomar el trabajo que se ha visto interrumpido por los problemas que el país conoce, y estoy seguro de que vamos a tener la próxima semana para reunirnos. Ahí hay temas bien concretos en descentralización y reforma educacional, y vamos a tener seguramente la reunión que se postergó desde el jueves de la semana pasada, que estaba destinada a priorizar. Ese trabajo lo vamos a retomar.

¿Que se hayan quedado los ministros comunistas en el gabinete es buena señal de continuidad de la Nueva Mayoría?

Desde luego. Como resultado de estas semanas tan complejas, ha quedado clara una cosa: que la Nueva Mayoría tiene, a pesar de todos los problemas, bases bien sólidas que la unen. Hay unidad en lo fundamental en la Nueva Mayoría, y eso es lo que hay que rescatar primero. Todo lo otro, lo que tiene que ver con el funcionamiento y tratamiento de problemas específicos, está sujeto a las capacidades nuestras, pero lo fundamental es que tenemos mucho en común.

Este es el equipo ministerial que se proyectará hasta el final del gobierno, parecer ser...

Claro, desde luego, así dijo la presidenta hoy en el juramento de los ministros. Ella aludió muy claramente a lo que nos espera este año. Un año muy clave y decisivo, porque es el año donde lo hecho o lo iniciado se debe consolidar y cerrar bien. Nos queda poco tiempo útil para consolidar lo que será el legado de la Presidenta Bachelet. Mirado en su conjunto, claro, este es un gobierno que asumió transformaciones tan profundas y estructurales, que tuvo múltiples problemas y obstáculos. Era inevitable para la dimensión de las transformaciones, pero también este año tenemos que asumirlo con una visión muy concreta de cerrar aquellas transformaciones con la viabilidad parlamentaria que tenemos.

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