María Gracia Omegna: "Uno aprende que no puede endiosarse porque las cosas cambian"

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En las próximas semanas, Mega pondrá al aire Si yo fuera rico, su nueva teleserie vespertina, y la tercera en la que participa la actriz que llegó a Vicuña Mackenna en 2015.




Por todas las actividades que tiene en el día, María Gracia Omegna asegura que no le queda tiempo ni para ver televisión ni para hacer deporte. Entre las grabaciones de Y si fuera rico, la nueva teleserie vespertina de Mega, y los ensayos de la obra Matar a Rómulo (en el GAM hasta el 16 de diciembre) se va casi todo su día, desde los estudios de Chilefilms en Manquehue hasta la Alameda.

Hace cerca de dos meses que la actriz graba como Pascuala, su nuevo personaje, el tercero que interpreta en el canal del Grupo Bethia. En la nueva producción dramática, Omegna encarnará por primera vez a una madre, y lo hará acompañada de Diego Guerrero, el mismo niño que compartió elenco con ella en Sres. Papis, bajo el nombre de Yoni. "Este es un nuevo período con el Diego, mejor que antes, aunque siempre nos hemos llevado bien. Pasa que ahora está más grande, y es más entretenido. Además, ahora tiene más experiencia, se maneja mejor y sabe improvisar más", dice la actriz sobre su compañero infantil.

¿Siente que las cosas han cambiado mucho desde que llegó a Mega en 2015?

Hemos crecido, tenemos estudios nuevos. Pero creo que sigue la misma premisa que tuvimos en un principio, que es tratar siempre de hacer cosas de buena calidad, y cada proyecto mirarlo desde la parada del desafío, y no en la parada del ganador. Me gusta que todavía esté la sensación de que somos primerizos como área, aunque tampoco lo somos, porque trabajamos con gente que viene de otros canales, que conoce muy bien la pega. Acá hay gente muy preparada y con experiencia.

¿Cree que en algún momento, por el éxito sostenido, se han dormido un poco en los laureles?

Para nada. A mí, personalmente, no me importa mucho eso de que nos vaya bien. O sea, es rico que nos vaya bien, pero más me gustaría que nos fuera bien a todos, porque eso significa que hay más pega para los actores. En este equipo hay gente que ha vivido éxitos y fracasos, y por eso uno aprende que no puede endiosarse, porque en cualquier momento las cosas cambian.

Ser parte de un canal significa que debe estar a disposición de él. ¿Le gustaría tener más poder de elegir en qué teleserie estar?

No, me da lo mismo. Yo trabajo en televisión no por los proyectos en los que puedo estar, yo trabajo por una estabilidad económica y porque también es un desafío para mí como actriz. Yo, los proyectos que escojo, son los que hago fuera de la televisión. Es el teatro donde me pego mis satisfacciones personales, y donde hago lo que me gusta, y no hago las cosas solo por hacer.

¿Cómo evalúa estos años en Mega?

Para mí, el cambio a Mega fue muy grato porque en ese momento se rompieron muchas estructuras a nivel de áreas dramáticas. Hubo muchos castillos que cayeron en el momento que se armó Mega. De pronto, en el derrumbe, la cercanía con la gente con la que uno trabajaba se volvió mucho más humana. Por eso, hoy para mí hacer teleseries tiene que ver con las personas, y la calidad humana que tengo cerca. Me siento muy cómoda en Mega, acogida y cuidada.

Los actores suelen decir que no se preocupan del rating, ¿usted piensa igual?

Yo digo que no pesco el rating, pero la verdad es que a mí nunca me ha tocado estar en una teleserie a la que le vaya mal. Estando desde esa vereda, puedo decir que el rating no me importa, pero no sé si será así más adelante. Y también me pasa que siento que el trabajo del actor tiene que ver con otras cosas, como la calidad y no con los números. Por eso, si hay algo que está mal estructurado, o mal escrito, yo como actriz no puedo hacer mucho más, no es mi responsabilidad.

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