Los tunecinos votan en unas elecciones cruciales tras la Primavera Árabe

A pesar de la inestabilidad política, atentados terroristas y una economía débil Túnez está considerado como el país con mejores perspectivas democráticas en el mundo árabe.




Los tunecinos mostraban el domingo una cauta esperanza ante el futuro, mientras esperaban en filas para participar en las primeras elecciones parlamentarias desde que derrocaron a su dictador en la revolución en 2011 que desató la llamada Primavera Árabe.

Los últimos tres años y medio se han visto marcados por inestabilidad polí­tica, atentados terroristas y una economí­a débil que ha provocado que muchos se desilusionen con el proceso democrático, aunque Túnez está considerado como el paí­s con mejores perspectivas democráticas en el mundo árabe.

Varios puestos de votación reportaron una masiva asistencia y largas filas más temprano en la jornada.

"Estamos orgullosos de votar. Es nuestro deber como ciudadanos y soy optimista", dijo Zeinab Turabi, abogado del acomodado barrio tunecino de Sukra.

"Si no votas, acabas como Libia"

, dijo, refiriéndose al paí­s vecino, que se ha visto dominado por milicias violentas tras la caí­da del dictador Muammar Gaddafi.

En los centros de votación de los 27 distritos del paí­s, los ciudadanos tení­an una enorme variedad de candidatos de los cuales elegir, con sus opciones desplegadas en grandes papeletas, aunque se espera que el Partido Islamista Ennahda obtenga un buen resultado.

También se espera que mucho voten por Nida Tunis (la Llamada de Túnez), un partido que se ha presentado como la única fuerza suficientemente fuerte para hacer frente a los islamistas.

De las elecciones en este paí­s de 11 millones de personas saldrán los 217 parlamentarios de los próximos cincos años. El partido más grande obtendrá el derecho a formar gobierno. En noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales.

"Vine a votar para salvar a mi paí­s de muchas cosas, sobre todo el terrorismo, y después la inflación y el desempleo", dijo Wafa Masmudi, funcionario que votaba en Cartago, un barrio de la capital.

El viernes pasado, la policí­a asaltó una casa llena de supuestos milicianos tras un asedio de 24 horas, matando a cinco mujeres y un hombre a los que el gobierno describió como "terroristas".

El Ennahda, un partido islamista moderado, encontró apoyos justo después de la revolución, aunque muchos criticaron sus turbulentos dos años en el poder, y la formación terminó dejando el timón a un gobierno de transición antes de las elecciones.

"No quiero que siga la misma gente en el poder, por eso vine a votar para evitar que eso ocurriera", afirmó Amira Medeb, directora de banco que admitió tener miedo por el futuro.

Pese a ser fin de semana en Túnez, muchos madrugaron el domingo para ir a votar, recordando las largas filas de cinco horas que se produjeron en 2011.

"Los últimos tres años fueron muy malos, pero esperamos que mejore", comentó Mehdi Omar, un taxista, ya con el dedo manchado de la tinta permanente empleada para marcar a los votantes.

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