Los puntajes nacionales le dan la espalda a la PSU

A un año de haber sido destacados por alcanzar 850 puntos, cuatro de los mejores resultados critican la prueba como herramienta de admisión universitaria. Dicen que discrimina y segrega, al tiempo que relatan cómo superaron el reto de ser "mechones".




Hace exactamente un año, José González Pincheira (19) vivía como un joven común y corriente. De lunes a viernes estudiaba en el Instituto Nacional y el fin de semana, ocasionalmente, ayudaba a sus padres a vender en una feria de Pudahuel. Eso hasta que un llamado a su celular, informándole que había obtenido un histórico triple puntaje nacional en la Prueba de Selección Universitaria, le cambió la vida. González pasó ese día a ser noticia nacional, gracias a sus 850 puntos en las pruebas de Matemáticas, Ciencias y Lenguaje, marcando un hito en la era de la PSU.

Su historia fue, sin duda, una de las más comentadas entre los más de 200 alumnos que se inscribieron entre los puntajes nacionales para el proceso de admisión 2014. "Estaba súper sorprendido, en ningún momento pensé que esto pudiera pasar, porque algo así se ve pocas veces y me sorprendí gratamente y también mi familia", recuerda.

Para la mayoría de ellos, ese resultado fue una carta de presentación que facilitó su ingreso a la universidad. El triple puntaje nacional, como pasó a llamarse por esos días, optó por ingresar al Plan Común de Ingeniería de la Universidad de Chile, para luego derivar a la carrera de Geología, en la misma casa de estudios. Su desempeño en la PSU le significó que un banco lo premiara con una beca, que cubre el costo total de sus estudios.

Sin falsa modestia, José González admite que no le fue difícil superar la transición del colegio a la universidad. "Se me ha hecho fácil, pasé todos los ramos sin tener que dar ningún examen. Este año tuve 12 asignaturas y fui uno de los pocos que salí de vacaciones de manera adelantada porque me eximí de todo", dice con orgullo.

Entre sus nuevos compañeros está Jerónimo Herrera Godoy (19), otro de los resultados récord de este año. Es oriundo de Chillán y estuvo a punto de ser doble puntaje nacional, pero erró en una respuesta en el test de matemáticas. Por eso, dice con un dejo de resignación, que sólo le alcanzó para ser el máximo en Ciencias. Para él, ser mechón también ha sido una satisfactoria experiencia: pasó todos los ramos y se eximió en algunos. "Eso no se debe sólo a la PSU, sino que a mi buen rendimiento, a los electivos de Matemáticas y Física que tomé en el colegio y a los cursos de la escuela de verano de la Universidad de Chile", relata, a modo de consejo para las futuras generaciones.

"ROSTRO"

Es parte del selecto grupo de mujeres que fueron puntajes nacionales en la anterior PSU. Montserrat Monasterio Belmar (18), logró 850 puntos en  Matemáticas. Ello le permitió entrar a estudiar  Ingeniería Civil  en la U. de Chile y ser beneficiada con la beca Andrés Bello. Egresada del Colegio Saint John's Villa Academy de La Reina, la joven se preparó en el preuniversitario Pedro de Valdivia, poniendo énfasis en Ciencias. Su puntaje le permitió obtener recursos inesperados, ya que fue contratada como "rostro" del preuniversitario y con ese dinero pudo salir de vacaciones el verano pasado. Tras aprobar todos sus ramos,  Montserrat reflexiona sobre cómo enfrentó con éxito su año académico. "La clave para mí es contar con un buen método de estudio y adaptarlo".

Sofía del Fierro Aguirre (19), ex alumna del Colegio Andreé English School de La Reina, también se alzó entre los mejores y obtuvo 850 puntos en Ciencias. Estudia Medicina en la U. de Chile y tiene una beca que le cubre el 100% del valor del arancel.

CRÍTICAS A LA PSU

Del Fierro, al igual que la mayoría de los entrevistados, es crítica de la PSU. "No es una buena herramienta a mi juicio, porque supone un estrés extra de tener que rendir más de dos pruebas en un día y está, además, el factor de los nervios que a muchos les juega una mala pasada. "Yo me preparé para dar una buena PSU, tuve suerte, pero sé de casos de gente muy preparada que llegó ese día, la traicionaron los nervios, se nubló y no pudo rendir bien", afirmó.

Por su parte, Jerónimo Herrera señaló que "siento que no es una buena herramienta, no mide habilidades y hace diferencias entre quienes pueden pagar por una mejor educación". Y añadió que "es una prueba que segrega (...) hay personas que tienen  talentos y conocimientos que van más allá de rendir una prueba de dos horas y media".

Una opinión más conciliadora tiene Monserrat Monasterio: "Es cierto que está afectado por el tema socioeconómico de quien la da,  pero de una u otra manera, ordena a la generación que entra a la universidad de manera razonable", comentó.

El triple puntaje nacional se suma también a las críticas a la PSU como sistema de admisión. "Considero que es un poco discriminatoria desde el punto de vista comparativo por género. Si te das cuenta, los mejores puntajes siempre los concentran los hombres y en mi facultad eso está más que demostrado, ya que hay un déficit de mujeres estudiando ingeniería", manifestó. González también tuvo palabras para la reforma educacional que lidera el gobierno. "Le falta apoyar a la educación pública que al final tira para adelante a un montón de cabros que ven en la educación la única forma de educarse y escalar socialmente, y eso yo lo viví en mi colegio", reflexiona el ex institutano. Tras terminar sus estudios del plan común a finales de 2015, González aspira a seguir cursando la carrera de Geología. "Me interesa el estudio de los suelos, los recursos naturales, sobre todo por el auge que tiene en Chile la minería y el boom en la zona norte. Ahí veo mi futuro", dice.

El próximo sábado el Demre dará a conocer la identidad de los nuevos puntajes nacionales, un orgullo que, como está visto, no pasa de moda.

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