Los frentes abiertos que complican a Trump

Trump

La presentación del plan de reforma fiscal se da en momentos en que Trump enfrenta disputas con Corea del Norte y la NFL y acaba de fracasar en su intento por derogar el Obamacare.




Definitivamente no ha sido una buena semana para Donald Trump. El empeoramiento de la crisis post-huracán María en Puerto Rico, la escalada de la retórica bélica con Corea del Norte, su disputa con los jugadores de la liga de fútbol americano (NFL), el nuevo fracaso en la derogación del Obamacare, la denuncia del uso de correos privados por parte de seis de sus consejeros y la derrota de su candidato favorito en las primarias republicanas en Alabama por un puesto en el Senado federal, no han hecho más que opacar la agenda del inquilino de la Casa Blanca.

Por ello, la presentación de su plan de reforma fiscal, una de sus grandes apuestas de gobierno, es vista casi como una suerte de salvavidas ante el complejo escenario que enfrenta Trump. Así, la propuesta no sólo pasó a ser su prioridad, sino también la de los republicanos.

El objetivo, según France Presse, es aprobarla antes de fin de año, pero en el Congreso evitan poner una fecha límite porque el desafío político es muy grande.

Los republicanos tienen mayoría absoluta en el Senado, pero en la Cámara de Representantes normalmente se requiere una mayoría calificada de tres quintos lo cual supone obtener votos de la oposición demócratas y eso no será fácil.

Sobre todo a la luz de las primeras señales demócratas, que no son nada alentadoras para la Casa Blanca. "Esto no es una reforma fiscal. Es un regalo a los más ricos pagado por la clase media", dijo Nancy Pelosi, líder de los demócratas en la Cámara de Representantes. El senador y ex precandidato presidencial Bernie Sanders consideró "moralmente repugnantes" las propuestas.

Los demócratas pusieron un barrera: no admitirán ni un centavo de rebaja para los impuestos que pagan los hogares de los mas ricos (1% del total).

Días agitados

La presentación del plan de reforma fiscal estuvo precedida de un duro revés para Trump. Las malas noticias venían de Alabama, donde la noche del martes su candidato perdió una primaria senatorial republicana que tendrá consecuencias a nivel nacional.

El senador Luther Strange, a quien el mandatario apoyó, fue derrotado en las primarias por el magistrado ultraconservador Roy Moore, quien contó con el respaldo de Steve Bannon, el ex estratega jefe de Trump que debió abandonar la Casa Blanca en agosto.

"!Gracias a ustedes, esta noche el establishment ha sido derrotado en Alabama!", se congratuló el vencedor en un tuit. Pero Trump dio vuelta la página rápidamente, borrando sus tuits de apoyo a Strange y felicitando calurosamente al republicano electo apenas se conoció el resultado.

La victoria de Moore por nueve puntos sobre Strange (quien había ocupado temporalmente la banca del ahora secretario de Justicia Jeff Sessions) aparece como un error de cálculo y un revés para el Presidente, según los analistas. A pesar de que Alabama no ha enviado un demócrata al Senado en dos décadas, en ese partido confían en tener una posibilidad en los comicios de diciembre contra Moore.

Este revés en Alabama se suma a la dura disputa que Trump ha protagonizado en los últimos días con jugadores de la NFL, que protestan por temas raciales. Según CNN, el Presidente se ha visto obligado a negar que sus exabruptos en Twitter y sus fuertes declaraciones contra los jugadores muestren que está demasiado "distraído" como para ejercer su liderazgo mientras se dedica a crear tormentas políticas.

"He oído eso antes, sobre si estaba preocupado. No en absoluto, en absoluto. Tengo mucho tiempo en mis manos. Todo lo que hago es trabajar", dijo Trump el martes, cuando se le preguntó si su pelea con los jugadores de la NFL le había hecho desviar la atención sobre el rápido empeoramiento de la crisis en Puerto Rico.

Dada la magnitud de los temas que enfrenta, no es de extrañar que Trump a veces responda de esta manera. Su alocución del martes, según CNN, representó "un microcosmos de sus turbulentos ocho meses en el poder que han encantado a sus fans, pero que han sacudido a gran parte del resto del país y del mundo".

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