Líder antisistema italiano cierra la puerta a pacto con centroizquierda

Beppe Grillo calificó a Pier Luigi Bersani como un "hombre muerto que habla"




La crisis política italiana que ha sacudido a la zona euro se profundizó ayer, luego de que dos líderes de partidos descartaran formar un futuro gobierno y evitar así una nueva elección.

El líder antisistema Beppe Grillo cerró la puerta a las propuestas del jefe de la centroizquierda, Pier Luigi Bersani, con una serie de insultos, mientras que Nichi Vendola, quien encabeza a un partido menor de la coalición de Bersani, descartó una alianza con la centroderecha para la creación de un gobierno.

Estas dos opciones eran consideradas la única manera de evitar que los italianos vuelvan a las urnas en poco tiempo tras las elecciones del 24 y 25 de febrero, en las que un voto de protesta masivo contra los políticos tradicionales y las medidas de austeridad sumieron a Italia en un punto muerto.

La perspectiva de una incertidumbre prolongada en la tercera economía más grande de la zona euro causó fuertes caídas en los mercados mundiales inmediatamente después del resultado de las elecciones, pero la tormenta se calmó ayer, tras una sólida demanda de deuda del gobierno italiano en una subasta.

La centroizquierda logró la mayor cantidad de escaños en las elecciones, pero ningún grupo tiene una mayoría suficiente para gobernar.

El movimiento antisistema Cinco Estrellas, liderado por Grillo, bloqueó el control de la centroizquierda en el Parlamento, tras lograr una de las mayores victorias de un grupo populista en la historia reciente de Europa. Bersani intentó actuar el martes con cautela con Grillo, al sugerir que podría haber un acuerdo mediante una lista de acciones conjuntas entre ambas partes.

Sin embargo, Bersani dijo que los que apoyan un gobierno de centroizquierda tendrían que respaldarlo en una votación de confianza, que sería esencial antes de poder asumir el gobierno.

"Muerto que habla"

Grillo respondió en su blog calificando a Bersani como un "hombre muerto que habla" y un acosador político, además de acusarlo de hacer "propuestas indecentes". El comediante le pidió, además, a Bersani que renuncie como líder de la centroizquierda, tras no lograr la mayoría parlamentaria que le otorgaban las encuestas antes de los comicios.

Grillo dijo que su movimiento no le dará un potencial voto de confianza a la centroizquierda ni a nadie, aunque aclaró que apoyará las leyes que reflejen su programa para abolir una depreciada ley electoral, recortar los privilegios de una clase política desacreditada y retirar la financiación pública a los partidos políticos.

Con Grillo negándose a apoyar un gobierno de centroizquierda, la única otra opción sobre la mesa parece ser una alianza entre Bersani y la centroderecha liderada por Silvio Berlusconi, algo que probablemente tendría una vida útil muy limitada.

Sin embargo, esta última opción perdió peso el miércoles, después de que Vendola, líder del partido Izquierda Ecología Libertad, des- cartó formar un gobierno con la centroderecha, en un comunicado emitido después de reunirse con Bersani.

Vendola dijo que espera que Grillo no quiera tampoco un gobierno formado por la derecha y la izquierda, y pidió un Ejecutivo que "dé una sacudida eléctrica" al país.

En tanto, Angelino Alfano, secretario del partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad, reaccionó airadamente a los informes que apuntan a que Bersani está tratando de formar una alianza con Grillo, lo que refleja la preocupación de la centroderecha ante la posibilidad de quedarse fuera del poder.

La sensibilidad de los italianos en medio de la incredulidad generalizada de Europa por el ascenso de Grillo y por el resurgimiento de Berlusconi, quedó demostrada cuando el Presidente Giorgio Napolitano canceló una cena con el candidato de la oposición alemana a la Cancillería, después de que éste calificara de "payasos" al comediante y al empresario.

Además del aumento extraordinario de Grillo -logró el 25% de los votos, frente a sólo el 1,8% conseguido en unas elecciones locales en 2010-, el regreso de Berlusconi tras una serie de escándalos fue la característica más importante de los comicios. Berlusconi dejó el poder en noviembre del 2011, en momentos en que el costo de la deuda italiana alcanzaba niveles insostenibles. El tecnócrata Mario Monti asumió en reemplazo del empresario. Sin embargo, Berlusconi fue ganando apoyo después de unirse a la campaña electoral, en diciembre de 2012, con un ataque implacable a las políticas fiscales de Monti.

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