Mario Lepe no quiere sufrir en Pucón

Mario Lepe va saliendo del agua. Es el lago Villarrica, frente al Hotel Pucón y su señora y su hija lo esperan. Nadó 375 metros, los mismos que mañana hoy deberá bracear en la Promotional Race, a la que se apuntó con la idea de recuperar la forma física.

"Me estuve preparando seis meses para esta prueba. Pasé dos o tres nadando, porque en verdad no era mucho lo que sabía", dice el histórico capitán cruzado, mientras se quita el traje de neopreno con el que recorrerá la prueba.

Se le nota más delgado, mucho más que la última vez que lo vimos. Dice que no ha dejado de entrenarse y que llega mejor que nunca. Se tiene fe: "Llego mejor físicamente. Bajé mucho de peso, como 10 u 11 kilos, me siento bien y eso es bueno, estoy cómodo, con buena disposición".

Sabe que lo más complicado de la prueba será la natación , porque es donde menos experiencia tiene. "No es fácil salir del agua después de nadar 400 metros y después subirse a la bicicleta, ni me imagino cómo lo hacen los que corren mucho más", reconoce.

Y ahonda en el asunto, porque en verdad que le preocupa la primera parte de la prueba. "No estoy acostumbrado a sacarme el traje y eso me complica un poco. Hay que concentrarse, tranquilizarse y poder nadar con ganas. En realidad, mi idea es disfrutar más que competir", dice el ex mediocampista y postulante a triatleta.

Mañana Lepe, además de los 375 metros de nado, deberá superar 10 kilómetros de ciclismo y 2.500 metros de trote. Una carrera que normalmente se termina en 45 minutos. Pero él no se impone tiempos, no quiere exigirse ni pasarla mal.

"Detrás de todos iré yo. Hay que evitar los golpes (en la natación), a veces hay gente que quiere competir y yo no quiero eso, yo quiero disfrutar. Ni siquiera estoy pensando en terminar en un tiempo determinado, sólo en terminar", confiesa. el histórico capitán de la UC.

No siente miedo ni nada de eso, sólo quiere hacer las cosas bien. ¿Cómo celebrará si cumple su objetivo? "Comerá todas las cosas ricas de las que se privó todo este tiempo", dice su hija, que lo mira secarse.

Lepe, a sus 51 años, está a punto de cumplir un nuevo desafío en la vida.