La reinvención de Alien: de clásico de la ciencia ficción a cinta de perfil existencial

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Este jueves llega a los cines locales la última entrega de la franquicia, Alien: Covenant. Cerca de cumplir 80 años, Ridley Scott utiliza su filme más famoso para cuestionar a la humanidad.




"Dejé que la segunda Alien se me escapara. Eso nunca debió haber pasado", reflexionó Sir Ridley Scott en 2015, cuando se encontraba en pre-producción de lo que sería su retorno oficial a la franquicia que creó en 1979, pero que dejó ir por 40 años. Sí, Prometeo (2012) técnicamente había sido un primer acercamiento, ya que compartía un universo narrativo con la cinta original, mostrando acontecimientos sucedidos más de cien años antes del primer encuentro de Ellen Ripley (Sigourney Weaver) y el monstruoso Xenomorfo.

Eso sí, la trama no se centraba en la aterradora criatura, ni tampoco aparecía hasta los segundos finales de la historia. En ese minuto, el director fue enfático en afirmar que aunque ambas cintas estaban conectadas en espíritu, Prometeo seguía su propio camino.

Algo cambió en la mente del veterano cineasta tras el estreno de ese largometraje. Cinco años después, la aproximación de Scott al mundo de su primer gran éxito ya no es indirecta. Por algo, la secuela de Prometeo recupera el nombre de la influyente franquicia. Con Alien: Covenant, que se estrena este jueves en Chile, Scott descubrió que la búsqueda artística y personal que desarrolló en las últimas décadas lo llevaba nuevamente donde todo partió.

Con una carrera que llevó por aclamados éxitos como Thelma y Louise o Gladiador -aunque también luce fracasos, como Robin Hood y El abogado del crimen- parecía que Scott había dejado el espacio en 1979. Pero su madurez (cumple 80 en noviembre) revivió sus inquietudes más profundas. Y fue precisamente Alien la historia en la que el británico vio la opción de entregarse a sus más recientes obsesiones: la creación y los cuestionamientos a la fe.

Cuando el nuevo milenio parecía haber matado la esencia original de Alien con el bombástico crossover Alien vs. Depredador, Scott decidió refaccionarla de forma sutil. El resultado, Prometeo, fue divisivo, tanto para los fanáticos como para la crítica. La historia seguía la trágica misión de una nave terrestre en búsqueda de los orígenes de la humanidad en un lejano planeta. De cierta forma conseguían lo propuesto: en el hostil lugar encontraron rastros de una raza milenaria que habría creado al humano. Pero una vez que daban con un ejemplar vivo de esta civilización, el poderoso ser buscaba destruir a la humanidad. Si bien muchos elogiaron la ambición filosófica, varias críticas apuntaron a lo confusa y densa de la premisa. Y si alguien esperaba que Scott simplificase la propuesta para Alien: Covenant, con la promesa del monstruo titular en gloria y majestad, se equivocaba. La nueva película de la franquicia opta por profundizar las ideas de Prometeo, sólo que con más sangre y gore.

Covenant comienza cuando la tripulación de una nave destinada a una misión de colonización de un nuevo mundo sufre un accidente que los deja a medio camino y sin su capitán. En un aparente golpe de suerte, captan una señal de auxilio en un planeta cercano que pareciera ser un paraíso. El tema es que la llamada de ayuda no es cualquiera, sino la de la desaparecida misión Prometeo. Y las criaturas que comienzan a amenazar a la tripulación hacen del nuevo mundo un infierno.

Acercándose un poco más a explicar cómo llegaron a suceder los eventos de la película original, Alien: Covenant también presenta una discusión entre ciencia y fe, cuestionándose el propósito del ser humano. Medios como The Hollywood Reporter la llenaron de elogios, afirmando que "es la entrega más satisfactoria de la franquicia desde las primeras dos". Otros no fueron tan efusivos. "Sus preocupaciones filosóficas pueden llegar a ser superficiales", opinó Variety.

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