La Quinta Vergara estalla con Maluma

Quinta noche Festival de Viña del Mar
26 de FEBRERO del 2017/VIÑA El cantante de reggaeton Maluma, durante la quinta noche de la 58º del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2017, realizado en la Quinta Vergara. FOTO:MARIO DAVILAL/AGENCIAUNO

El colombiano confirmó su estatus como el más popular y desató la mayor fiesta hasta ahora. El humorista Rodrigo Villegas también triunfó.




La prensa, los fans y todas las apuestas previas ya lo habían ungido como el soberano de Viña 2017. Ahora sólo restaba comprobarlo.

Y para hacerlo, el momento definitivo llegó más temprano de lo habitual. Ayer en la mañana ya habían cientos de personas en las inmediaciones de la Quinta Vergara esperando para gritar, vitorear, cantar y rendirse a Maluma, el colombiano alzado como el artista latino más popular del año pasado, el hombre que algunos lo sitúan sin demasiada mesura como el nuevo Ricky Martin, el reggaetonero apuntado por polémicas letras que rasguñan la misoginia, el único astro que logró agotar una noche del evento.

Por eso, la producción de la cita decidió abrir las puertas durante la tarde, mucho antes de lo normal, para evitar que las aglomeraciones desembocaran en colapso. Cuando los accesos cedieron, la estampida fue vertiginosa, todo bajo el propósito de adueñarse de las mejores ubicaciones. En todo caso, nada muy distinto a lo que se ha visto en la extensa estadía del colombiano.

Y, por lo demás, nada muy distinto a otras jornadas de reggaetón en el recinto: galerías colmadas, abundante seguridad, nervios por todos los rincones, un hervidero a punto de reventar. De hecho, ese ambiente palpitó de inmediato cuando Carolina de Moras y Rafael Araneda saltaron a escena, avisando que la animadora celebraba anoche su cumpleaños 36.

Con un público mayoritariamente adolescente y juvenil, el griterío, cual pijama party, fue instantáneo. El beso con todos sus agregados fue exigido de inmediato, ritual que ejecutaron ambas figuras.

Pero el protagonista era otro. Tras un video donde participaba en una secuencia que simulaba el programa Espías del amor, de Chilevisión, el artista comenzó su debut en el lugar cerca de las 22.20 horas, con una introducción que incluyó pantallas llenas de luces, humo y el grito de "Viña, ¿están listos?". Nadie sabe fue el primer golpe. Luego pasaron Borro cassette y Sin contrato, aunque el éxtasis del público arremetió de nuevo con Vente pa'ca, su hit con Ricky Martin (cuya imagen no apareció en pantallas, sólo el audio, a diferencia después con Shakira en Chantaje).

Aunque desde el primer suspiro el originario de Medellín tuvo al cada vez más inexistente Monstruo en su bolsillo, a partir de ahí se generó un quiebre. Con apenas 30 minutos de espectáculo, los animadores volvieron para avisar que el astro se cambiaría de ropa. Al volver, Maluma le cantó Cumpleaños feliz a De Moras. Todo parecía una secuencia tejida para estirar el show de un número de repertorio efectivo, pero acotadísimo. Ese toque algo difuso vino también con el polémico hit 4 babys, ya que el intérprete optó por su versión menos explícita y obvió la parte más deslenguada. Daba igual: Maluma se llevó ambas Gaviotas y la fiesta siguió sometida al mismo guión, en una idolatría que nunca cedió y un reinado que en Viña no tuvo contrincante. Su presentación promedió 36,8 puntos de rating.

Si Maluma era fenómeno garantizado, el humorista Rodrigo Villegas asomaba desde las antípodas, como una incógnita con pronóstico reservado. El ex integrante de Morandé con Compañía apeló a una rutina basada en su sobrepeso, en las desventuras derivadas de los exámenes médicos, la obsesión por comer y la falta de deporte. También hubo chistes para el carácter rudo de su madre y la relación con los hijos. Humor de lo cotidiano sin mayores trucos.

El resultado: se llevó ambos reconocimientos y estira la racha de cinco humoristas con canasta limpia, en un género que no ha pasado ningún riesgo. Para Villegas el único traspié vino desde la galería, cuando en la mitad de su show la gente comenzó a gritar por un problema de seguridad donde debió intervenir Carabineros, debido a la gente ingresando sin entradas por los cerros y a un par de trifulcas aisladas. Los animadores salieron al rescate. El momento finalmente no le arruinó la noche al hombre que ahora dejó de ser una incógnita.

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