La Pequeña Casa en la Pradera: El inesperado éxito de Canal 13

Ya se podría decir que Los Simpson dejaron de ser la familia favorita de Canal 13; tampoco son los Herrera de Los 80. Por estos días, el grupo familiar que hace sacar -inesperadamente- cuentas alegres en la señal, es un clásico: la familia Ingalls.

Después de varias apuestas fallidas a las 20 horas, Canal 13 pareciera haber encontrado un respiro con La pequeña casa en la pradera. Sí, la misma serie con Michael Landon y Melissa Gilbert, que tiene cuatro décadas, fue reestrenada el lunes 10, con excelentes resultados; está básicamente doblando la audiencia que tenía la teleserie extranjera que se exhibía hasta ahora en ese horario. Del miércoles 12 al viernes 14 de octubre, promedió 7,4 puntos. En ese horario, TVN tiene 9,0; Mega 14,5; y CHV 7,9. No es un éxito arrasador, pero sí es un buen empujón para el noticiario central, ya que antes se le entregaba el rating en 3 o 4 puntos.

Y el domingo pasado, Canal 13 exhibió la película de La pequeña casa en la pradera, lo que marcó un promedio de 12 puntos, con un peak de 16. El levantar la audiencia del horario vespertino no sólo afecta positivamente a las noticias, y arma un tren programático (que es lo que ha conseguido El camionero, en TVN); tras ese excelente resultado, Canal 13 siguió con alta audiencia durante la noche del domingo. El capítulo de estreno de En su propia trampa marcó un promedio de 21,1 puntos de sintonía, con peak de 30 puntos online.

Así, la señal del Grupo Luksic recibió un empujón tras varias semanas de baja audiencia, que lo tuvieron en septiembre en el cuarto lugar de la tabla del rating. El sábado la señal lideró el rating del día, con 7,9 unidades, y lo mismo pasó con la audiencia final del domingo, en donde quedó en el primer lugar con 9,1 puntos.

La duda es: ¿quién ve La pequeña casa en la pradera, años después? Desde la señal detallan: "El público que la sigue son hombres y mujeres entre los 35 y 49 años; mujeres entre los 50 y 64 años y jóvenes entre los 18 y 24 años". Una reunión transversal, que hace que la nostalgia esté de moda.