La frenética primera semana de Trump

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"Ha sido sólo una semana y está reinventando la Presidencia". Así resumió CNN el arribo del nuevo mandatario a la Casa Blanca, un desembarco marcado por un torbellino de medidas, mucho Twitter y peleas con la prensa.




Slate los calificó como "los primeros días de miedo" de su administración, mientras que la cadena NBC dijo que había sido "un torbellino de actividad ejecutiva". "Ha sido sólo una semana y Trump está reinventando la Presidencia", resumió CNN. Obviando las masivas protestas en su contra que tuvieron lugar sólo un día después de que asumiera el cargo, el nuevo Presidente de

Estados Unidos, Donald Trump, concluyó su primera semana en la Casa Blanca cumpliendo casi al pie de la letra con sus principales promesas de campaña. Y no sólo eso. Corroborando los temores de quienes vaticinaban que el belicoso e irreverente candidato republicano cambiaría muy poco una vez en Washington, Trump reafirmó su controvertido estilo, haciendo de los choques con la prensa y su obsesivo uso de Twitter algo cotidiano.

El mismo día de su asunción, rubricó su primera orden ejecutiva como mandatario instruyendo a las agencias gubernamentales para que "alivien las cargas del Obamacare", como se conoce a la reforma sanitaria impulsada por su predecesor, Barack Obama. "Ha sido un gran día", dijo después de la firma.

Pero si es que había un plan para que aprovechara sus primeros días en el cargo, cuando un Presidente usualmente tiene el mayor poder de negociación, Trump "lo tiró por la borda" cuando decidió quejarse sobre reportes de la cantidad de asistentes a su ceremonia de posesión, comentó el diario The New York Times. El mandatario se trabó en una discusión con los principales medios, a partir de la publicación de dos fotos que contrastaban la asistencia de público a su ceremonia de asunción y a la de Obama en 2009.

"Frente a esa obsesión por deslegitimar a este Presidente, no vamos a sentarnos y dejarlo pasar. Este gobierno va a luchar con dientes y uñas, todos los días, contra este intento de deslegitimar las elecciones", advirtió el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus. Los medios son "la oposición" y "deberían callarse", afirmó luego el asesor presidencial Steve Bannon.

Según el Times, tal falta de disciplina preocupó incluso a integrantes experimentados del círculo de Trump, algunos de los cuales le habían pedido no actuar a partir del resentimiento que alberga por lo que considera una cobertura mediática injusta. En cambio, apunta el periódico, Trump eligió escuchar a otros asesores que comparten su ira y su deseo por vengarse.

Retornando un poco al guión original, el domingo Priebus anunció en una entrevista con la cadena Fox que la agenda del Presidente durante su primera semana al mando estaría centrada en medidas relacionadas al comercio, la inmigración y la seguridad nacional. Y que incluso era posible que emitiera órdenes ejecutivas.

Y así fue. El lunes Trump firmó la orden para retirar a EE.UU. del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), pieza clave del legado comercial de su antecesor. Al día siguiente, el mandatario rubricó órdenes similares para reactivar los proyectos de construcción de dos polémicos oleoductos: Keystone XL y Dakota Access. Ambas iniciativas habían sido descartados por Obama ante la presión que ejerció la comunidad ambientalista e indígena.

Y el jueves vino el anuncio de la que quizá fue la más polémica promesa de campaña: la construcción del muro en la frontera con México. Si bien el portavoz presidencial Sean Spicer había anunciado una reunión para el 31 de enero entre Trump y su par mexicano Enrique Peña Nieto, éste último canceló el jueves la visita a EE.UU. tras conocerse los planes de la Casa Blanca para costear el muro. Pese a ello, ambos mandatarios conversaron por teléfono ayer durante una hora.

Spicer dijo que Trump quería aplicar un arancel del 20% a todas las importaciones provenientes de México con tal fin. Priebus señaló luego que el gobierno tiene "un buffet de opciones" para financiar la obra. "México ya se ha aprovechado de EE.UU. por mucho tiempo", tuiteó Trump ayer, la misma jornada en que el mandatario tuvo su primera reunión con un líder mundial desde que asumió el cargo: la primera ministra británica Theresa May.

La intensidad que le imprimió Trump a su primera semana es inédita. Si se compara la cantidad de órdenes ejecutivas firmadas la diferencia con sus antecesores es abismante. Trump firmó en su primera semana 12 decretos. George W. Bush sólo rubricó dos y Barack Obama en sus primeros 100 días de gobierno llegó a 19.

"Juzgar a Trump nunca va a ser fácil, porque desafía todas las reglas y protocolos del comportamiento presidencial. Si lo juzgamos principalmente sobre la base de la toma de medidas y cumplimiento de las promesas que hizo durante la campaña, entonces ha tenido una buena semana", comentó a La Tercera el analista y encuestador norteamericano John Zogby. "Pero si lo juzgamos por el hecho de que nuestro mundo incluye más que sólo a sus partidarios, entonces él en pocos días logró enfadar a México, a los musulmanes y a China", matizó.

Respecto a a la forma de gobernar mostrada por Trump en sus primeros siete días en la Casa Blanca, Zogby es categórico. "El tiene su propio estilo y será histórico", dijo.

Sobre ese tema, la prensa local reveló algunos detalles de la rutina de Trump. Se levanta antes de las seis de la mañana, sintoniza un canal de noticias por cable primero en la residencia presidencial, y más tarde en un pequeño comedor en el Ala Oeste de la Casa Blanca, y revisa The New York Times, The New York Post y The Washington Post. Según el primero de estos diarios, Trump comienza sus reuniones a las 9.00, más temprano de lo que las solía hacer cuando era empresario, lo que ha reducido drásticamente su tiempo para ver televisión.

Aún así, Trump, que no lee libros, es capaz de terminar sus noches en la Casa Blanca viendo mucha televisión y revisando sus redes sociales. Por ello, emite juicios casi instantáneos por Twitter de lo que ve en pantalla. Ejemplo de ello es lo que pasó el martes pasado. Durante su programa de las 20.00 en Fox News, Bill O'Reilly emitió un segmento sobre la crisis de seguridad en Chicago. A las 21.25, Trump tuiteó usando la misma estadística que O'Reilly puso en pantalla.

Mientras una columna de The Washington Post prefirió resumir los primeros siete días de Trump en la Casa Blanca como los de un "caudillo yanqui", CNN optó por plantearse una difícil interrogante. "La primera semana de Trump deja una pregunta fundamental: ¿Puede gobernar con éxito un país complicado y dividido sin controlar su comportamiento errático? Por ahora, no hay respuesta".

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