Kate Middleton rompe la tradición con vestido marfil de la marca favorita de Lady Gaga

La modista Sarah Burton diseñó el traje para la marca Alexander McQueen, el "niño terrible" de la alta costura inglesa que se suicidó hace un año.




"Es un gran momento para la moda", exclamaba un experto en estilo de la BBC de Londres cuando vio a Kate Middleton bajar del Rolls Royce Phantom y desplegar los dos metros y 70 centímetros de cola de su vestido de novia color marfil, realizado por la diseñadora británica Sarah Burton para la casa de alta costura Alexander McQueen. Además, esta es la primera vez que una novia de la Casa Real no usa el color blanco para su matrimonio.

McQueen, el "niño terrible" de las pasarelas del Reino Unido que se suicidó en febrero de 2010, luego de la muerte de su madre, era conocido por lo extravagante y atrevido de sus diseños, desfiles y fotografías. Una de sus creaciones podía llegar a costar $ 14 millones, fácil. Trabajaba con cuero, plumas, metales.

A veces sus propuestas parecían armaduras. Se inspiraba en santas, mártires -alguna vez retrató a una modelo atravesada por clavos-, la Inquisición, el sadomasoquismo, la gente que duerme en la calle, los papagayos o los anfibios. En sus shows las maniquís caminaban bajo la lluvia, en medio de un manicomonio o bailando hasta caer desmayadas, con cuernos, pantalones que apenas se afirmaban mucho más abajo de la cintura, con una jaula de pájaros como sombrero. A veces con prótesis que desfiguraban su cara.

El modisto, que cortaba y cosía como ninguno, tenía un fuerte carácter, pero su talento era reconocido por los expertos y entre sus clientas más fieles estaban actrices como Sarah Jessica-Parker o Salma Hayek, la top model Kate Moss -a quien Mcqueen defendió en público cuando ella fue fotografiada aspirando cocaína- y la cantante Lady Gaga, quien muestra en videos como Bad Romance sus prendas, y ha dicho que ahora McQueen le habla desde su tumba.

Luego de su deceso, era difícil de reemplazar. Entonces su principal asistente, Sarah Burton, una rubia que no gusta de llamar la atención, sintió el peso de los focos y del mundo de la moda sobre sus hombros. Era la "sucesora natural" del modisto con el que trabajó durante una década y media. Burton, de 36 años, aceptó el desafío y su primer triunfo lo obtuvo cuando Michelle Obama usó uno de sus trajes en la Casa Blanca, durante la cena de Estado al presidente chino, Hu Jintao, hace unos meses. Entonces Burton tuvo su primer triunfo. Nada comparado con el de hoy.

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