Justicia francesa condena a "Carlos el Chacal" a su segunda cadena perpetua

El terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, "Carlos", ha sido condenado hoy a cadena perpetua, la segunda que dicta contra él la justicia francesa, en este caso como responsable del grupo que cometió cuatro atentados mortales en el país en 1982 y 1983.

Con un alegato final de más de cinco horas, "Carlos el Chacal", había vuelto a manifestar hoy su inocencia en el juicio.

"Carlos" terminó su alocución al grito de "Viva la Revolución!" y citando en árabe y visiblemente consternado algunos tramos del testamento del recientemente asesinado líder libio Muammar Gaddafi. Calificó al proceso de "comedia" y se autoproclamó comunista, pero también también creyente en Dios y un "mártir viviente" detenido de manera ilegal.

Dentro de una cabina cerrada, gesticulando y en francés, "Carlos" dijo haber estado convencido de la lucha palestina y además recalcó que en el escrito de acusación no había detalles. Pero éstos son esenciales, indicó. El ex terrorista venezolano no se refirió a las acusaciones ni tampoco a las víctimas de los atentados.

Previamente, la defensa había presentado hoy en su alegato final a Illich Ramírez Sánchez como una víctima política y un combatiente de la resistencia.

Tras seis semanas de proceso por los atentados de los años 1982 y 1983, la abogada Isabelle Coutant-Peyre intentaba evitar una segunda "cadena perpetua" para "Carlos", de 62 años, quien ya había condenado de por vida en 1997 en Francia por el asesinato de dos agentes franceses y un informante.

Casi tres décadas después de esa serie de atentados terroristas en Francia que dejaron más de 100 heridos, "Carlos el Chacal" volvió a ser juzgado junto con sus supuestos cómplices Margot Fröhlich, Johannes Weinrich y Ali Al Issawi.

"Carlos" y Weinreich, quien también fue condenado a cadena perpetua en enero de 2000 en Alemania por un ataque con bomba en Berlín, están acusados de colaboración en el atentado del 29 de marzo de 1982 contra un tren que viajaba de Toulouse a París y presuntamente dirigido contra el entonces líder opositor y posterior presidente Jacques Chirac. La acusación se basa en documentos de la extinta República Democrática Alemana y Hungría.

El venezolano era además acusado de un atentado perpetrado el 31 de diciembre de 1983 contra un tren de alta velocidad y en el que murieron cinco personas. También se le imputa su participación en un atentado con bomba contra la sede parisina de la revista árabe "Al Watan Al Arabi" en abril de 1982 y contra una estación de trenes en Marsella.

La Fiscalía en París presentó a Ramírez Sánchez como a un hombre violento, obsesionado con la muerte y sin el menor remordimiento o compasión por las víctimas de los ataques que se le imputan.

Recientemente el venezolano provocó titulares al acusar al ex ministro del Interior Charles Pasqua de ordenar en 1994 su secuestro desde Sudán. Dijo que por ello se encuentra legalmente contra su voluntad en el país e insinuó fallos de procedimiento en su condena.

El mes pasado concedió desde prisión entrevistas telefónicas en las que expresó su esperanza en una pronta puesta en libertad mediante la intervención diplomática de su país de origen. Entre sus defensores se encuentra su mujer, que se casó con él en prisión.