Jorge Luchsinger: "No creo que las conclusiones de la mesa de diálogo conduzcan a lograr la paz"

Jorge Luchsinger

Tanto él como Ewald Luchsinger, ambos residentes de La Araucanía, analizan los hitos que marcaron 2016 en esta región.




El solo hecho de pronunciar el apellido Luchsinger, tanto en La Araucanía como en gran parte del país, trae a la memoria la muerte del matrimonio de los agricultores Werner y Vivian, en el atentado incendiario ocurrido en Vilcún en enero de 2013. Por este ataque hay una persona condenada y, actualmente, 11 comuneros imputados en espera del juicio. Jorge y Ewald Luchsinger, hijo y sobrino de las víctimas, respectivamente, repasan y analizan los principales hitos que marcaron 2016 en esta región.

¿Es complicada La Araucanía?

Jorge: Es una región preciosa que tiene muchas cualidades y donde se puede vivir de forma agradable la mayor parte del tiempo. Pero hay zonas en que la vida normal no se puede llevar a cabo. En Pidima y acá, en Vilcún, hay asedios, ataques y hostigamientos permanentes.

Ewald: Es mi hogar, es una hermosa región, una zona diversa; aquí estamos unidos a la etnia mapuche, que es parte y ha contribuido desde su perspectiva, pero algunos grupos se han empecinado en destruir aquella convivencia. En Vilcún, Cañete, Pidima y otros sectores existe una violencia grave y constante.

¿Es terrorismo?

J: Si hay un solo hecho terrorista, hay terroristas. En el caso de nuestros padres, no se fue a robar. Querían quemar y matar. Y eso ocurrió.

E: Sí, lo es. Muchas personas no pueden vivir hoy día sin protección.

¿Por qué pasa esto?

J: Ha ido mutando y ahora es un conflicto desatado mucho mayor (…) Imagino que algunas comunidades encontraron adeptos en lo que consideran una justa reivindicación y se transformaron en grupos armados que ya no solo buscan tierras, sino que el control territorial.

E: Habría que preguntárselo a ellos (los violentistas). Uno deduce que hay personas intransigentes, no valoran ni respetan la vida de otros.

¿Hay quienes dicen que también existen algunos "autoatentados"...

J: Creo que, en general, no; aunque sí recuerdo un hecho, un camión que se quemó en Padre Las Casas. La fiscalía siempre sospechó que no estaba ligado a la causa mapuche.

E: No tengo información de eso.

¿Opera actualmente la CAM?

J: La Coordinadora Arauco Malleco es un grupo de personas que entró en conflicto primero con las forestales, luego sus miembros fueron adaptándose a distintos grupos u organismos de resistencia territorial, y están por las armas, sin diálogo.

E: Son personas que los supera su incoherencia. No son formas civilizadas de actuar. Es un peligro.

Este año apareció el grupo llamado Weichan Auka Mapu, más ligado a la quema de iglesias (18).

J: Empezó a verse este año y que reivindicaba varios atentados graves. Es un grupo más radical, no sé si se separó de la CAM o trabaja de forma más autónoma. Al principio justificaban (los atentados) contra forestales; luego siguieron los agricultores y otros estamentos de la sociedad, como escuelas e iglesias. La sociedad tiene que darse cuenta de que hoy, solo por estar en la región, uno puede ser blanco de ataques.

E: Son brazos de la misma CAM.

¿Qué opina de la Mesa de diálogo para La Araucanía, impulsada por el gobierno y la Iglesia Católica, que en enero entregará sus conclusiones a la Presidencia?

J: Creo que los que participan en ella tienen buenas intenciones, pero, al no ser representativa, ya que las personas fueron nominadas no sé con qué criterio, no creo que las conclusiones conduzcan de alguna forma a lograr la paz.

¿Ha rendido frutos el trabajo policial en la IX Región?

J: Al principio criticaba mucho la inteligencia policial, tal vez por ignorancia, pero ahora creo que sí existe. Hay voluntad, pero el sistema está tan mal hecho que a pesar de eso, no funciona. Y los resguardos, por ejemplo, solo consiguen que los ataques cambien de lugar.

E: Tengo la mejor impresión de ellos, han hecho un trabajo encomiable, dan protección a sectores y predios, y la inteligencia policial sí existe, el punto es cómo se aplica. Y ahí es donde falta voluntad política.

Este año también se detuvo a 11 comuneros por el crimen Luchsinger-Mackay y habrá un juicio.

J: En general, cada año es peor y este 2016 fue muy malo desde el punto de vista de tantos actos terroristas. Ahora estamos viviendo el tema del juicio (a los 11 comuneros), y si bien hay satisfacción por las detenciones, todo se va dilatando. Lo más probable es que el juicio ni siquiera comience este mes ni el otro.

E: El 2016 fue pésimo, creo que estamos con cifras absolutamente rojas en términos de lo que significa el conflicto, que se ha eternizado.

¿Cómo evolucionará el tema?

J: Lamentablemente, habrá presión social en la medida que muchas personas se sientan víctimas y que esto llegue a las ciudades, como ya ha ocurrido en Ercilla y Cañete. Entonces la gente se dará cuenta de que también es perjudicada. Y recién ahí va a actuar el gobierno.

E: Aquí se está produciendo una escalada violenta que ha ido cambiando de foco. Pueden ser iglesias, las industrias, las ciudades o las personas. Lo más probable es que lamentemos cosas peores en el futuro.

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