Japón decidirá en las urnas el 14 de diciembre si ratifica o no el modelo del primer ministro

La medida de aplazar el alza del IVA planeado para octubre de 2015 fue la medida que llevó a Shinzo Abe a celebrar comicios electorales el próximo 14 de diciembre.




El primer ministro japonés, Shinzo Abe, disolvió este viernes la Cámara Baja del Parlamento con el fin de celebrar el 14 diciembre unas elecciones anticipadas que llegan a mitad de su mandato y se plantean como un referéndum sobre sus políticas económicas.

Tras el cierre de la legislatura, el Gabinete se reunió para aprobar las fechas electorales, que establecen que la campaña arrancará el 2 de diciembre y que los japoneses deberán acudir a las urnas el 14.

Los comicios se celebrarán en un momento marcado por la contracción económica que registró por segundo trimestre consecutivo el producto interior bruto (PIB) nipón en julio-septiembre, afectado por el persistente ahogo de la demanda tras la subida del impuesto sobre el consumo del pasado abril.

El consumo es un pilar que compone el 60% del PIB de Japón, un país que solo ha vivido tres subidas de este gravamen a lo largo de un periodo de 25 años, lo que hace de esta una medida muy impopular a la que consumidor nipón responde con gran susceptibilidad.

Por este motivo, Abe ya anunció esta semana que aplazaría hasta abril de 2017 una segunda subida del IVA que estaba prevista para octubre del año próximo y que, al igual que el incremento de abril, fue aprobado por el Parlamento en 2012 a instancias del entonces gobernante Partido Democrático (PD).

El primer ministro, sabedor de que carece actualmente de una oposición sólida (los sondeos le otorgan a su Partido Liberal Demócrata una victoria similar a la que logró en 2012), ha optado por la convocatoria electoral como manera de refrendar su gestión y salir fortalecido ante lo que se presenta como un 2015 complicado.

A la formación de Abe le espera un curso en el que presentará para su aprobación ante el Parlamento una polémica reinterpretación de la Constitución pacifista de Japón que promete añadir tirantez a las complejas relaciones con sus vecinos o una impopular ley de secretos oficiales, entre otras medidas.

Además, su Gobierno continuará promoviendo la controvertida reactivación de plantas nucleares en un país marcado a fuego por el accidente de la central de Fukushima Daiichi en 2011. 

En una rueda de prensa, Abe dijo que con esta convocatoria electoral pretende conocer directamente "la opinión del pueblo" sobre las políticas económicas de su Gobierno.

De esto modo, los comicios de diciembre se le presentan al primer ministro y a su equipo como un trámite para legitimar a través de las urnas el retraso de la subida impositiva hasta 2017 y la culminación de su proyecto económico.

El jefe de Gobierno no perdió oportunidad de ensalzar los logros de su mandato, durante el cual, recordó, "se ha puesto como prioridad la economía y gracias ello se han creado un millón de empleos y las empresas han subido el salario de sus empleados por primera vez en 15 años".

Abe llegó al poder en 2012 con la meta de sacar a Japón de dos décadas de letargo abanderando un programa bautizado como "Abenomics" que apuesta por los estímulos agresivos de corte keynesiano y por aparcar la disciplina fiscal por la que abogaron sus predecesores para aligerar la enorme deuda pública del país.

De hecho, su Gobierno ya prepara un nuevo paquete presupuestario extra que aprobaría a principios de año para suavizar los persistentes efectos de la subida del IVA de abril, la medida que su Administración considera que ha contrarrestado los logros del "Abenomics".

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