La Federación de Arbitros de Fútbol Amateur tiene 90 años de vida, pero está en la quiebra. José Castro, su nuevo presidente, asume el mando de este buque semihundido con una dignidad atemporal que parece salida del Chile de antes de los años 50. Lo eligen por unanimidad en una vieja sede laboral y Castro, siempre de traje y corbata como sus camaradas, tiene que empezar un camino cuesta arriba. Debe aprender computación, hacer cuadrar cifras que no hay y pagarse los viajes con su propio bolsillo.

¿Qué mueve a este grupo de veteranos sobre los 60 años a entregarse a un oficio tan poco agradecido, lidiando eternamente con la precariedad? Esta interrogante invade toda la trama de La directiva, el documental de Lorena Giachino que este año ganó el Festival Internacional de Documentales (Fidocs) y que será el primero del ciclo Miradoc de la asociación Chiledoc, que se estrena el próximo año. La cinta abre la muestra de ocho filmes anuales el 1 de abril.

La directiva es el primer largometraje de Giachino tras El circo pobre de Timoteo y da cuenta del interés de esta cineasta por radiografiar la sociedad chilena a partir de personajes sintomáticos. Empezó en 2007 con Reinalda del Carmen, mi mamá y yo, una historia personal de ribetes políticos, y ahora busca la originalidad en un grupo de inveterados árbitros de barrio.

Con una asistencia en 2017 que ascendió a 26.165 espectadores, el circuito Miradoc se ha establecido como una red habitual de exhibición de la no ficción en el país. Es decir, algo que antes de 2013 (cuando Miradoc empezó) era apenas cubierto por el Festival de Documentales de Santiago (Fidocs). "Ahora ya vamos por nuestro sexto año en 2018. Partimos en 10 ciudades y vamos en 20", explica la realizadora y productora Paola Castillo, directora de Miradoc.

"Hemos tenido un aumento sostenido de espectadores, siempre más que el año anterior, aunque en 2015 hubo una explosión, con más de 50 mil personas. Ese año se dieron cintas que llevaron mucho público como La once y Allende, mi abuelo Allende", agrega Castillo.

Aunque el circuito de la Corporación Cultural de Documentalistas de Chile (Chiledoc) concentrará la mayoría de los estrenos de no ficción, hay al menos cuatro que llegan por otras distribuidoras.

Uno de ellos es El Negro, crónica de un fugitivo, de Sergio Castro (La mujer de barro), producido y distribuido por Storyboard Media. La película sigue las huellas de Ricardo El Negro Palma Salamanca, el frentista fugado hace 21 años de la Cárcel de Alta Seguridad y condenado como autor material del asesinato del senador Jaime Guzmán. Entre los protagonistas de la cinta están su madre Mirna Salamanca y sus hermanas Marcela Palma y Andrea Palma.

Literatura en imágenes

Para el próximo año también se anuncia la llegada de dos documentales sobre Raúl Zurita y Pedro Lemebel, respectivamente. El primero es dirigido por Alejandra Carmona y ya estuvo en el Festival Visions du Réel (Suiza). Más allá de lo estrictamente literario, Zurita busca adentrarse en las actividades en terreno del poeta, en sus instalaciones y en sus viajes por Chile y el mundo, enfrentando el Parkinson que lo afecta desde hace 15 años.

Lemebel, que debiera estrenarse en el 2018, es una obra que le ha tomado 10 años de trabajo a su directora Joanna Reposi (Locos del alma) y, como en el caso de Zurita, intenta sobrepasar los límites del escritor para entrar a la dimensión de Lemebel en la plástica y otras artes.

En el amplio territorio que conecta historias personales con hechos históricos (este año El color del camaleón y El pacto de Adriana destacaron ahí), Miradoc estrena en junio Venían a buscarme, cinta en la que su director Alvaro de la Barra quiere restituir su idendidad a través de la historia de sus padres, ejecutados políticos secuestrados en la esquina del jardín infantil al que asistía de pequeño.

En julio, el mismo circuito trae Tierra sola de Tiziana Panizza, que a partir del hallazgo de 32 registros fílmicos de Isla de Pascua de principios del siglo XX indaga en el oscuro pasado del lugar, centro de esclavos en el siglo XIX.

Esta película ganadora de la Competencia Chilena en Valdivia será seguida en agosto por El patio, de Elvira Díaz, sobre tres sepultureros del Cementerio General: Lelo, Peregil y Rogelio, quienes enfrentan la rutina de la muerte con una curiosa naturalidad, sólo herida por un mal trago de muchos años atrás: aún recuerdan los cuerpos no identificados que debieron enterrar tras el Golpe de 1973. Al llegar un nuevo trabajador, lo introducen en el arte de dar sepultura a los cadáveres.

En septiembre llega Petit frère, documental de Roberto Collío y Roberto Robledo sobre Wilner Petir-Frère, un inmigrante haitiano que se gana el pan en Lo Valledor y que busca informar de la vida de sus compatriotas a través de un boletín con noticias y poesía. Octubre recibirá a Il siciliano, la nueva propuesta de José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola (El pejesapo), esta vez sobre Juan Carlos Avatte, el fallecido fabricante de pelucas, hijo de inmigrantes italianos, que durante los años 80 nutrió a los departamentos dramáticos de los canales locales. Otros dos trabajos de no ficción que Miradoc trae en 2018 son El último año, en mayo, y Cielo, que cierra el ciclo en noviembre.