Gran impacto ha generado el reciente informe dado a conocer por la organización de conservación marina Océana en donde queda en evidencia los elevados niveles de uso de antibióticos en la industria salmonera chilena en el período 2012-2014.

El análisis ha dado como resultado un ránking con las empresas que más utilizan antibióticos, el cual es encabezado Australis Mar y Trusal S.A., las cuales usaron más de 900 gramos de antibióticos anuales por tonelada producida. Le siguen Salmones Aysén, Salmones Multiexport S.A. y Salmones Camanchaca, empresa vinculada al reciente hundimiento de un barco en Chonchi y hasta donde acaba de llegar como director Felipe Sandoval, quien por años presidiera SalmonChile.

"Las cifras que se han dado a conocer resultan preocupantes. Para hacerse una idea, mientras en la industria bovina se usan 45 gramos de antibióticos por tonelada de vacuno, en la industria salmonera, para una tonelada del producto, la peor empresa utiliza 950 gramos", dijo Matías Asun, director nacional de Greenpeace.

En este contexto, la ONG ambientalista hizo un llamado a las autoridades sanitarias del país para que informen de manera transparente a la población respecto de este elevado uso de antibióticos en un producto altamente consumido en el país y sobre el cual la industria se ha negado de manera reiterada a dar a conocer información.

"Es incomprensible que se etiqueten las galletas y todavía los chilenos no sepan lo que esconde el salmón. Se hace necesario que las autoridades del Ministerio de Salud procedan a la brevedad al etiquetado de los salmones y aclaren a los chilenos si se trata o no de productos Alto en Antibióticos. Esperamos un pronunciamiento de la autoridad sanitaria sobre estas verdaderas bombas de antibióticos que hoy los chilenos están consumiendo de manera masiva, pero sobre la cual poco y nada saben. Todo, porque la industria salmonera se ha negado de manera reiterada a entregar información respecto de la realidad sanitaria de su producto", señaló Matías Asun.

Hay que recordar que el informe de Océana fue elaborado tras años de disputas legales debido a la reiterada negativa de las empresas para revelar la cantidad de antibióticos que utilizan en sus producciones.