Gonzalo Valenzuela entra al cine familiar con Artax

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El actor habla con La Tercera sobre la película que estrena el 7 de septiembre.




Gonzalo Valenzuela y la conocida actriz argentina Celeste Cid (Resistiré) ya habían compartido pantalla en dos ocasiones, en las teleseries trasandinas Sos mi hombre y Las estrellas, esta última aún al aire -aunque el chileno ya terminó su participación- y que se ha transformado en un éxito de audiencia.

Ahora, la dupla volverá a compartir pantalla, pero esta vez en Chile: ambos protagonizan la película nacional Artax, que llega a las salas el 7 de septiembre. "Nos llevamos pésimo", dice riéndose Valenzuela a La Tercera. "No, por supuesto que es genial trabajar con ella una vez más. Nos llevamos muy bien, y eso beneficia mucho la relación de nuestros personajes en esta historia", agrega.

En la cinta, Cid es Mariana, una mujer dedicada a la equinoterapia -el apoyar con caballos a personas con diversas discapacidades- que a través de flashbacks recuerda su juventud, y el complejo momento en que falleció su marido (Tiago Correa). Llena de deudas y con la necesidad de cuidar a su hijo Bruno, con síndrome de Asperger, Mariana se ve cerca de perder todo lo que tiene. Su única esperanza es Artax, un caballo con una relación especial con Bruno, que podría ganar una carrera que salvaría a la familia de la quiebra. Es ahí donde aparece Leonardo, el personaje de Valenzuela, que de paso tendrá una tensión romántica con Mariana.

"Mi personaje es un ex preparador de caballos de carrera que, por cosas de la vida, está retirado de su oficio y de la nada le llega esta propuesta de entrenar a este caballo, y lo acepta por el desafío que implica. Pero también acepta porque lo ve como una forma de demostrarse la resiliencia de su vida", explica el actor. El personaje le implicó a Valenzuela adentrarse en el mundo de las carreras de caballos. "Me había tocado hacer escenas con caballos, pero el trabajo aquí era mucho más directo. Tuve que observar harto y buscar referencias. Conversé con preparadores, fui al hipódromo para conversar con los jinetes y también con los mismos entrenadores de la película", dice.

Si bien la película fue rodada en Chile, Cid no es la única presencia argentina en la historia. También está el director Diego Corsini. "Diego tuvo mucho que ver con el guión, entonces es alguien que siente la película muy suya. Yo vi lo que luchó para que esta historia se realizara y eso siempre ayuda como actor", asegura Valenzuela.

Con breves 80 minutos de duración, Artax apunta atraer a un público familiar. "Era un género que por lo menos en el cine yo no había hecho de la forma que se trata acá. Se siente súper 'Disney', por decirlo de alguna manera. A ratos una comedia romántica, otros un drama romántico", dice Valenzuela, y agrega: "Creo que es bueno que en Chile también se le está haciendo espacio a películas de cine comercial, que están consiguiendo resultados positivos. Creo que hay que atreverse más con las películas comerciales, para audiencias masivas. No es necesario que todas las películas sean independientes y para un público culto. Y creo que está sucediendo, y esta película tiene eso. No todo el cine tiene que ser de autor, independiente que en Chile tengamos muy buenos autores".

Artax viene tras una exitosa temporada 2017 del actor en Argentina, donde regresó a la pantalla chica tras cuatro años. "Disfruté mucho poder volver como actor a Buenos Aires. Que además haya sido con una teleserie -Las Estrellas- a la que le está yendo así de bien es algo que te hace feliz", dice. "Hace rato que Pol-Ka -la productora argentina detrás de la telenovela- no tenía esos números, y es algo muy bueno para la industria, porque deja en evidencia que al público todavía le interesan las producciones nacionales. Es algo parecido a lo que pasa en Chile con la Quena Rencoret y las últimas teleseries de Mega. En un tiempo se pensaba que la era del streaming iba a enterrar las producciones chilenas, y no ha sido así", agrega.

Justamente en Mega está el próximo proyecto del actor: "Estamos comenzando ahora con el trabajo de la próxima teleserie vespertina -que reemplazará eventualmente a Tranquilo papá-. No puedo decir mucho, pero estamos todos muy entusiasmados, porque es una historia que le da una vuelta de tuerca al género de las historias en ese horario".

Los buenos resultados de audiencia que ha vivido el actor últimamente, estando antes de volver a Argentina en las teleseries chilenas Papá a la deriva y Ámbar -ambas líderes en su franja horaria- es algo en lo que prefiere no pensar mucho. "Yo creo que uno sólo trabaja. He estado en miles de proyectos a los que no les ha ido muy bien, y otros que han tenido muy buenos resultados. Creo que al final eso no tiene mucho que ver con uno. Yo no elijo proyectos pensando que les va a ir bien; primero me interesa la historia que quiere contar. Si a eso después le va bien, uno no lo maneja", concluye.

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