Gastronomía y arte: una fusión que se expande por la capital

La tendencia de hacer que restaurantes y galerías compartan el mismo espacio se refleja hoy en cuatro lugares de la capital.




"Nada aquí es simplemente decoración, todo es parte de una muestra artística". La afirmación de Marcelo Aravena, fundador de la Galería VALA, ubicada adentro del restaurante UVA RestoArt de Plaza Ñuñoa, deja claro que su espacio creado hace siete años mezcla ambos placeres. Por eso, mientras algunos comensales disfrutan de la carta especializada en pescados y mariscos, otros admiran las obras en exhibición. Y no cualquiera. La Galería VALA ha tenido en venta telas de Roberto Matta, Nemesio Antúnez y hasta Andy Warhol. Ahora ofrece piezas de José Balmes y Gracia Barros, las que pueden llegar a los $ 5 millones.

Ese espacio, junto a Pacto Arte Bar, ubicado en Manuel Montt, fueron los primeros en mezclar gastronomía y arte bajo el mismo techo, a mediados del 2000. Hace poco, en mayo pasado, se sumó una tercera en el barrio Brasil, en Ricardo Cumming. Bajo el nombre de El Monociclo, convoca a un público más joven. "Son fotógrafos, publicistas e ingenieros, atraídos por el barrio y las ilustraciones, grafitis y serigrafía", dice uno de los socios, Andrés Monsalve.

Pese a las diferencias, el concepto es el mismo: que el cliente recorra las obras con un vaso de vino o cerveza, antes o después de cenar en el mismo restaurante.

En tanto, aunque ya está funcionando la galería Radicales, ubicada dentro de la casona que alberga al bar The Clinic, será en noviembre próximo cuando esté conectada a tres bares más, en Monjitas con Miraflores.

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