Fundador del sello Páginas de Espuma: "Desde el inicio optamos por el cuento como materia prima"

imagen-casamayor-c-daniel-mordzinski

Juan Casamayor, reconocido editor español, participará junto a otros en un encuentro en la Librería del GAM.




¿Quién no conoce la historia de Cenicienta? Esta constatación, si no hubiera otra, bastaría para dimensionar la importancia del cuento, a veces visto como hermano pobre de la novela, o una cenicienta literaria. Por supuesto, el filólogo y editor Juan Casamayor (1968) no comparte esa visión, que considera no tiene nada que ver con la literatura ("sí, quizá, con el mercado y quienes no ven más allá de sus réditos"). En 1999 fundó junto con su mujer, Encarnación Molina, el sello Páginas de Espuma, el que se ha convertido en referencia del cuento en castellano.

En su catálogo ha incorporado a algunos de los más destacados cultores actuales del género en Hispanoamérica: desde Eloy Tizón o Ana María Shua hasta Fernando Iwasaki y Edmundo Paz Soldán. También ha realizado ediciones de cuentos completos de autores universales como Chéjov o Maupassant. Y ha publicado ensayos que se abren a la crítica, memorias, libros de viajes o cartas.

Invitado a un encuentro en la Librería del GAM (mañana, 18.30 h) en el que participarán otros editores hispanos, Casamayor se refiere a su labor en un género que nunca ha considerado menor; su editorial incluso ha dejado la minoría de edad.

Especializarse en el cuento, ¿fue algo bien planificado?

El origen de Páginas de Espuma a finales de los 90, cuando la concentración empezaba unificar el sector en unas pocas manos, tiene que ver sobre todo con la diversidad. Desde entonces hemos asistido a diferentes oleadas de editoriales independientes que han venido para quedarse. Se trata del fenómeno que acertadamente se ha definido como bibliodiversidad. Páginas de Espuma propuso desde el principio y de un modo planificado el cuento como materia prima de nuestra ficción porque había síntomas creativos, editoriales y coyunturales que, pensábamos, podían sostener un proyecto exclusivamente dedicado al cuento. Era una locura, tal vez. Dieciocho años después parece que algo de cordura había. Un poco.

Su línea de ficción es cuento, pero hay mucho ensayo

Efectivamente. Nos gusta mucho un ensayo protagonizado por el otro yo de los grandes escritores, de autores universales. Diarios, libros de viajes, memorias, autobiografías, epistolarios, ensayos literarios son la cara B donde hay muchas claves literarias de escritores que hemos publicado los últimos años, como Stevenson, Dostoievski, Svevo, Wharton, Flaubert o James.

¿El tamaño importa? Cuento frente a novela.

Si fuera editor de novela nunca se me haría esta pregunta. Un lector inteligente sabe que caer en esa dicotomía es empobrecedor porque no tiene sentido reflexionar sobre el debate "cuento frente a novela". Sería más oportuno diferenciar mala de buena literatura, y aquí caben cuentos, novelas, poesía y teatro. ¿Se imagina contestando esta pregunta a Borges?

Tres cuentistas no tan conocidos que, a su juicio, merecerían atención.

Isabel Mellado en Chile. Va a ser una escritora ineludible en este país. Su primer libro El perro que comía silencio es una joya. La escritora argentina Valeria Correa formaría parte perfectamente de un tríptico con Mariana Enríquez o Samanta Schweblin. Más conocido es el mexicano Antonio Ortuño.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.