Franz Schultz: "Si Beccacece me llama de nuevo, me voy con él"

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El de Valparaíso, quien jugará su segundo torneo con los azules, espera consolidarse bajo la tutela de Guillermo Hoyos. El dúctil jugador no elude ningún tema.




Franz Schultz (25) luce tranquilo. Confiado en que, a partir de mañana, la Universidad de Chile comenzará "a pagar las infinitas deudas" que arrastra de 2016, como él mismo define.

En la previa del debut azul en el Clausura, mañana al mediodía ante Iquique en el norte, el ex Santiago Wanderers dialoga con La Tercera sobre el porvenir, pero también de los irregulares últimos meses de la U, en lo individual y lo colectivo.

Ya completó su primer semestre en la U. ¿Cuál es su balance?

Mi experiencia ha sido buena. Es difícil encontrarle cosas malas a este equipo. En infraestructura estamos a nivel europeo. Deportivamente no ha sido tan bueno como esperaba: tuve lesiones que me perjudicaron, sobre todo al principio con Beccacece, pero después pude retomar mi nivel. Ahora se inicia un proceso nuevo y espero que todos estemos a la altura. Estamos al debe. Tanto en los clásicos como en el campeonato en sí. No pudimos encontrar el rumbo. Fuimos muy irregulares. Jugábamos un partido bueno y dos malos. Un equipo así nunca va a salir campeón. Nos hacían un gol y decaíamos, se nos desarmaba todo.

Con Beccacece no tuvo continuidad. Se lesionó, pero también había un tema con su posición dentro de la cancha...

Nunca fue tema lo de la posición. Becaccece jugaba con un volante de contención y un mixto. En esas posiciones me movía. De él no tengo nada malo que decir, todo lo contrario, sólo elogios. Él me trajo a la U y es un gran profesional. Si me llama de nuevo, me voy con él. Por su trabajo e idea de juego.

Después de la salida de Beccacece el equipo cambió para bien, aunque no del todo. ¿Qué pasó en esa transición?

No creo que hayamos levantado por Castañeda o Musrri. Si levantamos un poco fue por nosotros, por tomar conciencia del lugar en el que estábamos. Hubo partidos en los que no jugamos a nada. Con Beccacece no salían las cosas. La dupla técnica no descomprimió el ambiente, porque el grupo siempre fue bueno y se mantuvo unido.

¿Trabajaba bien Castañeda?

No como Beccacece. Son ideas de juego totalmente distintas. Yo, el último tiempo, estuve con Alfredo Arias y Beccacece, que tenían una idea similar. Ahora Hoyos tiene una idea parecida, con cosas de ambos. La dupla técnica, en cambio, no. Musrri quizás sí. Pero Castañeda, no tanto. Tenía otra concepción del juego.

¿Qué diferencias había?

Sebastián se fijaba en todos los detalles. Siempre, en todos los partidos. Los jugadores recibíamos mucha información. Grababa todas las prácticas. Te hablaba, te orientaba. Detallaba a todos los rivales. El día del partido te seguía dando instrucciones y dibujando el partido antes de jugarlo. No por nada llegaba a las 7 de la mañana al CDA y se iba a las 8-9 de la noche. Eso habla de su trabajo. Con Castañeda las cosas no eran así.

¿Qué autocrítica les cabe a ustedes los jugadores, más allá de los entrenadores que han pasado?

Hemos conversado ese tema. Pero más allá de eso cada uno tiene que tener una autocrítica. Yo en varios partidos no jugué bien. Y hay que reconocerlo. Al igual que mis compañeros. Tuvimos altibajos en todo sentido. Además hay otro tema: la forma en que se dan los resultados. En muchos partidos no jugamos a nada. Se puede perder, pero por último teniendo clara tu idea. Este no es un equipo para jugar al pelotazo. En la U estás obligado a jugar.

¿Y con Hoyos será así?

El trabajo de Hoyos es espectacular. Ojalá que las cosas se nos den en el campeonato, pero lo que es él, lo que proyecta como persona y como técnico es muy importante. Tiene una relación muy cercana con todos los jugadores. Se preocupa de todo. Está muy atento a mantener la unión del grupo. Entra al camarín y habla con todos. Esa es la idea. Todos sabemos que juegan once y que algunos ni siquiera van a entrar en la convocatoria, pero hay un bien común, que es sacar la U adelante y ser campeón. Ha recalcado eso.

¿Son conscientes de que el margen de error es nulo este año?

No nos sentimos presionados. Sabemos que no hemos jugado al nivel que se requiere en este equipo, pero eso es pasado. Ahora empieza todo de cero. Ya nos sacamos la mochila. Hemos hecho una buena preparación. Ahora hay que plasmar nuestra idea en el torneo.

¿2017, el año de la U?

Confiamos en revertir todo y que 2017 será el año de la U. El equipo es casi el mismo, sí, pero la llegada de (Gonzalo) Espinoza y (Leandro) Benegas, además de (David) Pizarro y (Lucas) Ontivero, nos fortalece. Hay una buena competencia y eso es lo ideal, porque nadie se relaja. Así se forman los equipos campeones. Cuando no se notan las ausencias.

Con un mediocampo muy poblado le va a tocar ser lateral. ¿Le complica? ¿Es un sacrificio?

Sería mentira si dijera que es una complicación. Toda mi vida jugué de lateral en Wanderers. Los movimientos por la izquierda o por la derecha son los mismos. No me complica para nada. En el medio tampoco. Estoy a disposición del cuerpo técnico. Donde me pongan tengo que jugar y rendir. Si juego mal no puedo buscar excusas por la posición. Con tal de estar en el equipo jugaría en cualquier posición.

¿Los hinchas se pueden ilusionar con el equipo de Hoyos?

No me gustaría adelantarme a los hechos. No quiero decir que vamos a salir campeones o prometer cosas que después no van a suceder. Al final, en la cancha se ven los gallos, como se dice. Lo que sí puedo decir es que vamos a ir paso a paso. No podemos cometer los mismos errores del pasado, que a veces pensábamos más allá de lo que venía el fin de semana.

¿Cuánto aportará David Pizarro?

Muchísimo. Lo conozco bien. Concentré con él un año en Wanderers. La calidad que tiene es indiscutible. Va a ser un tremendo aporte. De él sólo se puede aprender. Así como aprendemos de Jara, Beausejour o Herrera. Son jugadores grandes, que han ganado cosas importantes.

¿Hay problemas de liderazgo en la U, como se ha dicho?

Para nada. Ninguna carencia, menos de ese tipo. Además en este equipo todos nos sentimos importantes. Somos un grupo y remamos todos para el mismo lado.

Hace un momento me dijo que su balance no era tan bueno como esperaba. ¿Se arrepiente de haber venido a la U?

Para nada. La U siempre fue mi primera opción. Tenía otras propuestas, pero quería estar acá, en el equipo más grande de Chile. Soy un agradecido de la vida de poder jugar con esta camiseta.

El torneo corto obliga a que las cosas salgan bien desde el día uno...

Tenemos que estar a tope. Son apenas quince partidos y hay que estar a full.

Se nota que hay confianza. ¿Es el momento de saldar las deudas?

Tenemos muchas deudas pendientes, demasiadas. Pero nos preocupamos de nosotros mismos. De que funcione el equipo. A mí no me gustan las excusas, pero el semestre pasado llegaron muchos jugadores nuevos. Ya todos estamos acoplados, sabemos lo que es la institución. Pasaron los meses más complicados. Ahora tenemos que estar a la altura. Los que llegaron son netamente refuerzos. El equipo está bien, fuerte y competitivo. Estamos preparados y con muchas ganas. Confiados en que las cosas van a salir bien.

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