Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco: "El país se dio cuenta de que teníamos que movernos de la lógica de la confrontación a la cooperación"

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"Lo primero que debe hacer el nuevo gobierno es crear un clima de cooperación, de que estamos todos invitados, y a través de ese camino echar a andar con vigor la economía". Creo que había un pequeño sector del país que gritaba mucho y que tenía una representatividad mayor en el ruido que hacía que a través de los votos de la democracia".




El año que se acaba de cerrar fue bueno para Quiñenco, el holding de empresas del grupo Luksic. Se concretó la fusión entre Hapag-Lloyd y United Arab Shipping Company, y CCU Argentina se anotó un punto al vender la marca Budweiser a su dueña, AB Inbev, y conseguir la propiedad de otras marcas que no hacen bajar su posición de mercado en ese país.

"Fue un año muy movido, con mucho viaje", comenta Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco, quien en esta entrevista no sólo habla sobre los últimos negocios del grupo, sino también se da el tiempo para reflexionar sobre la nueva etapa que inicia el país tras la elección presidencial y que implicará el retorno de Sebastián Piñera a La Moneda.

Cree que los resultados electorales mostraron que Chile es un país moderado, que quiere acuerdos y poner fin a la lógica de la retroexcavadora.

¿Cuál es su interpretación de los resultados de la elección presidencial?

Lo que pasó es que el país se dio cuenta de que teníamos que movernos de la lógica de la confrontación a la cooperación. Es un llamado fuerte a buscar acuerdos, a retomar la senda del desarrollo con la política de los acuerdos, y que esta lógica de la retroexcavadora, de destruir lo que venía antes para hacer tabla rasa y construir un Chile desde cero, la verdad es que la gente no la quiso. Y se dio cuenta de que este es un proceso en el que todos participamos, generación tras generación, por un Chile mejor, y en ese sentido tenemos que construir una lógica de cooperación, de acuerdos, de ayudarnos entre nosotros más que descalificarnos.

En ese sentido, el voto en la dirección de Piñera es un reconocimiento de lo que se ha hecho desde el retorno a la democracia, que hemos construido un país, que no necesitamos destruir lo que hemos construido para lanzarnos a una aventura que nadie sabe lo que significa.

Cree que el país está preparado para sentarse a negociar, a buscar consensos, porque precisamente estos cuatro años se agudizó la crítica a los acuerdos y las "cocinas"…

Yo creo que lo que hay es un pequeño sector del país que gritaba mucho y que tenía una representatividad mayor en el ruido que hacía que a través de los votos de la democracia. Y lo que quedó demostrado es que la gente es más moderada que lo que pensábamos y estaba más jugada por retomar la senda de los acuerdos. Habrá gente que tiene lecturas distintas y que ha calificado de idiotas a los que votaron por Piñera, y yo no estoy de acuerdo. Quien cree en la democracia tiene que pensar que la mayoría que votó por Piñera es un grupo de gente sensata.

Es un reconocimiento a lo que se ha hecho en los últimos 30 años, no por nada hemos llegado a tener el país con mejor desarrollo humano en Latinoamérica, un país que crecía más que el promedio del mundo, con el ingreso per cápita más alto de Latinoamérica, Chile no era así. Cuando yo nací, este era un país pobre y la gente iba a buscar oportunidades a otros países, a Venezuela, Argentina, Ecuador; hoy Chile les saca tremenda ventaja y eso ha sido gracias a los últimos 30 años, desde el gobierno de Aylwin al primer gobierno de Piñera, Chile fue un país ejemplar. A veces la gente tiene mala memoria, pero yo lo valoro.

Usted señala que el resultado de la elección muestra que la gente es moderada, pero es precisamente el centro político el que está desarticulado.

Yo creo que el centro político de Chile es la clase media, estos nuevos profesionales que se educaron en las universidades a tasas que nunca había visto Chile, que quieren oportunidades de trabajo y quieren emprender. Ahora, puede que se hayan desarticulado los líderes que tienen que darles salida a esas inquietudes.

Obviamente que Chile tiene muchos problemas y por alguna razón en los últimos años algunos creyeron que aquellos que gritaban a los cuatro vientos los problemas con mucha fuerza eran los que tenían las soluciones. Ellos tienen el valor de poner el tema arriba de la mesa, pero de ahí a que ellos sean quienes tienen las soluciones es otra cosa.

Al final del día, la gente es realista y elige líderes con capacidad de resolver problemas. Hay excepciones, pero cuando uno mira para atrás se da cuenta de que los presidentes que fueron electos, aunque uno no haya votado por ellos, eran gente que en realidad tenían la estatura de primer mandatario y desde ese punto de vista Sebastián Piñera la tiene y en su primer gobierno lo hizo bien. Fue un periodo en que la economía estaba con harta presión en los neumáticos, estaban bien inflados, en los últimos cuatro años perdieron presión y cuando uno anda con los neumáticos desinflados, entendiendo que todavía nos quedan muchos caminos de tierra, los baches se notan mucho más. Lo que la gente quiere es que paremos en la estación de servicio (ojalá sea Shell, bromea) y que les pongamos un poquito de aire a los neumáticos para que pueda seguir andando este auto, porque no tenemos todo pavimentado.

Ese anhelo se refleja en la elección y por eso fue sorpresa lo que ocurrió después de ver los resultados de primera vuelta.

Dijo que los presidentes que hemos tenido en los últimos 30 años, hasta Sebastián Piñera -incluido-, han demostrado capacidad para sacar adelante al país, ¿cree que el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet no estuvo a la altura de sus antecesores?

El segundo gobierno de la Presidenta Bachelet se resume en lo que representa la retroexcavadora, ese es su logo. En el legado probablemente tendrá muchas cosas, pero al Presidente Lagos se le recuerda por las obras públicas, la autopista Costanera Norte. El logo del Presidente Piñera será el rescate de los 33 mineros y la reconstrucción. El logo de la Presidenta Bachelet será la retroexcavadora y no será positivo. Yo hubiera preferido el logo de la sembradora, que deja un legado que germina.

¿Ve diferencias entre Piñera 1 y Piñera 2, cuáles?

Lo veo distinto por cuatro razones. Primero, no tiene el problema del terremoto, ojalá pueda desarrollar su programa. En segundo lugar, viene empoderado con un mandato fuerte, porque en la segunda vuelta la ciudadanía le dio un apoyo muy importante. En tercer lugar, ya fue presidente, así que tiene más experiencia, habrá cometido errores y se acordará de ellos y de sus aciertos y, obviamente, como es una persona muy inteligente, va a aprovechar eso para hacer un mejor gobierno. En cuarto lugar, va a contar con gente que también tiene más experiencia; cuando llegó la primera vez al gobierno no tenían la experiencia de gobernar, habían mirado el partido desde la gradería no más, nunca se habían metido a la cancha, y uno no se prepara mirando, tiene que ser con la guitarra en la mano; habían estudiado, pero no habían hecho nunca la práctica.

¿Este gobierno debería tender a ser más político que el anterior, que al inicio estuvo marcado por lo técnico?

Probablemente, la experiencia que adquirieron la primera vez les va a permitir buscar de mejor forma acuerdos, diálogos y ser capaces de sacar los proyectos en forma más eficiente.

En este segundo gobierno también le tocará enfrentar un movimiento que no existía hace ocho años, el Frente Amplio. El germen de este movimiento partió en su gobierno, pero está institucionalizado ahora y sacó un 20% de los votos.

Él entiende mejor que nadie la forma en que uno puede llegar a acuerdo y negociar distintas posturas, entendiendo que tiene un mandato bien claro y representa una línea de pensamiento diferente al FA. Ahí entra la política, en la capacidad de administrar y negociar.

Lo pregunto, porque al final lo que se dice es que la calle es el gran problema que enfrentan los gobiernos de derecha, y sabemos que la calle genera inestabilidad y mucha presión…

No creo que el gobierno de Piñera sea de derecha, es más bien de centroderecha. Por definición, cuando uno saca el 55% de los votos agarra una parte importante del centro. La derecha y la izquierda no son más que un 33% y para agarrar ese 55% hay que tener una postura de centro.

Entonces, ¿qué tiene que hacer este nuevo gobierno para no defraudar a esa gente que no es de partido, ni de derecha…?

Va a tener que manejar el país con eficiencia, responsabilidad fiscal, con cariño, respeto a todos los grupos, buscando el bien común y siempre anteponiendo el interés de Chile al interés particular de un grupo de presión específico.

¿Cuáles son los movimientos tácticos que debe hacer...?

Lo primero es crear un clima de cooperación, de que estamos todos invitados, que no hay chilenos de primera ni de segunda, y a través de ese camino echar a andar con vigor la economía a un ritmo mayor, necesitamos crecer más para que la gente tenga la esperanza de salir de la pobreza más rápido y el programa es bastante completo.

También está el tema tributario. Y es curioso, porque en los últimos tres o cuatro meses los economistas top en Estados Unidos le han dedicado una cantidad infernal de tiempo a analizar la reforma tributaria allí, a pesar de que el país está creciendo más que Chile, que la Bolsa americana está en récord.

O sea, ¿ve inevitable una reforma tributaria en Chile?

Aquí se hizo una reforma tributaria disparando desde la cintura, que fue tremendamente compleja, y creo que una de las cosas que hay que hacer es darle una mirada y tratar de simplificarla.

Entonces, ¿Sebastián Piñera debería abrir el tema?

Va a depender de cuáles sean sus prioridades políticas y lo que quiera conseguir. Algunos pensarán que es mejor que ni se meta en ese tema, otros dirán que es un tema que en todo el mundo se está discutiendo, pero los países están cambiando, están bajando sus impuestos y están simplificando su estructura tributaria y eliminando loopholes para recaudar lo mismo.

El problema que tiene la reforma tributaria es que cuando uno abre el tema sabe dónde empieza y no necesariamente dónde termina, y un gobierno no puede tener el tema tributario eternamente abierto. Pero yo encuentro nuestro actual sistema tributario extremadamente complejo.

Los ojos están puestos en quiénes liderarán el equipo económico del nuevo gobierno. El mundo económico y empresarial está dividido entre Felipe Larraín y Rodrigo Vergara, ¿cuáles son las cualidades que debe tener quien lidere el equipo económico?

El Presidente Piñera los conoce a todos muy bien, además es un tema que él domina, así que hay que tener confianza en que elegirá al mejor candidato. Los dos nombres son muy buenos. Con Felipe fuimos compañeros de curso, somos muy amigos y creo que es una persona extraordinariamente capaz, que combina dos habilidades muy bien, la gran capacidad académica que tiene con la capacidad política y la experiencia. Cuando estábamos en el colegio me ganó la elección del centro de alumnos, yo era liberal, él conservador. Ahora puede ser distinto.

En los próximos cuatro años, ¿cómo ve el panorama para el mundo empresarial?

El ciclo político de 4 años es mucho más corto que cualquier ciclo relevante que uno tenga que pensar para desarrollar un proyecto. La verdad es que lo que importa es retomar esta lógica de la cooperación. En ese sentido, si este gobierno que viene logra meternos en esa dinámica, aunque dure cuatro años, su legado durará más y desde ese punto de vista yo soy optimista que si la perspectiva de largo plazo se mejora en el sentido que sabemos para dónde va Chile, creo que tenemos todo para que nos vaya bien.

En esta nueva etapa que inicia el país, ¿cuál debiera ser el rol de los empresarios?

Emprender con entusiasmo, invertir, contratar, innovar.

Ingreso de firma china a Viña San Pedro: "Nuestra vocación siempre ha sido tener socios"

Quiñenco terminó el 2017 con dos hitos importantes: se concretó la fusión de la naviera Hapag-Lloyd y United Arab Shipping Company, y lograron un triunfo en Argentina al vender la marca Budweiser a su dueño (AB Inbev).

Es un año curioso; efectivamente, terminamos muy contentos, la fusión de Hapag-Lloyd fue una tremenda noticia, el mercado lo recibió muy bien, la acción subió cualquier cantidad, pese a que se hizo una pérdida contable muy importante en Sudamericana (CSAV). En el caso de CCU, es una transacción que no se alcanzó a cerrar en 2017, porque está pendiente una decisión de la comisión antimonopolio en Argentina y estamos esperando que nos dé el Ok para poder realizar esa transacción. Y es exactamente como tú dices, terminamos vendiéndole al dueño su marca, con un pago bastante importante y con una recepción de marcas con un volumen importante.

O sea, se quedaron con la misma cuota de mercado.

Quedamos con la misma cuota de mercado, con varias marcas, pero que no tienen que pagar licencia, porque la mayoría tienen propiedad. CCU Argentina fue un proyecto que partió en el año 93-94, me tocó comandarlo en esa época, y fue un tremendo orgullo ver que más menos el 25% del negocio en Argentina lo valoran hoy en no menos de US$ 450 millones, o sea, estamos hablando de una compañía de US$ 2.000 millones, y probamos que somos capaces de competir con cualquiera.

Ustedes tienen un socio que es Heineken con presencia en Brasil, ¿no existe la posibilidad de ampliar el acuerdo con ellos para llegar a ese mercado o ingresar a Perú, donde no tienen presencia?

Esto se va construyendo de a poco, tenemos un competidor relevante al frente y tenemos que ir despacio.

Pero pueden aprovechar que a AB Inbev Sab Miller le van a poner condiciones y obligarán a vender marcas como en Argentina.

Pero al final del día uno necesita muchos ingredientes para que le vaya bien. Qué tenemos nosotros, tenemos know-how, sabemos hacerlo, tenemos las marcas, pero obviamente necesitamos distribución, y eso es fundamentalmente volumen. Uno no puede dedicarse a crecer y crecer, hay que ir de a poco, cuando uno quiere ir lejos tiene que ser capaz de controlar. CCU lo ha hecho bastante bien, por lo menos hasta ahora ha sido capaz de crecer de forma ininterrumpida en un promedio de 7% en los últimos años, o sea, es un modelo que funciona.

Esta semana ingresó a la propiedad de Viña San Pedro la china Yanghe, ¿los sorprendió y complicó la operación?

Nuestra vocación siempre ha sido tener socios y estamos contentos de que así sea. Esta es una OPA en cumplimiento de la norma que obliga a hacerlo si pasamos de los dos tercios, consecuente con el elevado poder de decisión que ello concede.

¿Sabían de su interés? ¿Qué esperan de estos nuevos socios? ¿Qué efecto tiene para la viña?

Como dicen los periodistas, noticia en desarrollo.

Hace unas semanas se cayó el negocio que Enex quería materializar en Argentina, antes había ocurrido lo mismo en Uruguay y Paraguay... ¿Queda en jaque la expansión de la compañía?

Esa industria tiene grandes oportunidades. No tengo ninguna duda de que vamos a seguir teniendo la capacidad de seguir creciendo, partimos hace solo siete años, ya hicimos una fusión, lo que pasa es que la gente se pone exigente y nos empieza a pedir más y más.

El año de Andrónico Luksic en Twitter

A fines de este mes se cumple un año desde que Andrónico Luksic inició su incursión en Twitter, ¿notan un cambio en cómo es percibida su figura y sus empresas?

Ha permitido conectar una cara, un hombre real con la gente, para que comprenda lo que es un hombre de negocios. Yo creo que lo que ha hecho Andrónico es construir un puente positivo, humanizó la figura del empresario y entre la gente que lo sigue yo creo que hay gente que quiere ser empresario.

No hay ningún otro empresario de su calibre que tenga Twitter, ¿por qué no se atreven y Andrónico Luksic sí?

Yo creo que él siempre ha sido así, cercano a la gente. Con todo lo que le pasó se dio cuenta de que la gente tenía otra imagen de él, por eso salió a decir este no soy yo, no soy como me pintan. Es una tremenda contribución para que la ciudadanía entienda lo que es un empresario, hombres de carne y hueso, como cualquier persona.

Y usted abriría una cuenta en Twitter

Escribo columnas y hago clases, ese es mi mundo hasta ahora.

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