Fierro envalentonó a los Pumas

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Antofagasta jugó picado en Macul. Una jugada antideportiva del excapitán albo el año pasado, un gol con Sánchez en el suelo, sirvió de motivación. El recuerdo corrió de boca en boca las horas previas como motor anímico.




El silencio podía, literalmente, escucharse. El gol de Gonzalo Villagra, que empató el partido entre Colo Colo y Antofagasta a tres minutos del final, enmudeció Pedreros. Fueron 40 mil, en el estadio, los que no daban crédito a lo que pasaba sobre la cancha. Millones los que experimentaban lo mismo en el resto del país. El equipo nortino lograba un empate sobre la hora y le dejaba el título en bandeja a Universidad de Chile. La pesadilla era completa.

La historia, sin embargo, había comenzado mucho antes.

Hay que remontarse al 14 de febrero del año pasado para encontrar la génesis de la motivación puma del domingo. O al menos una de ellas. Ese día, los nortinos cayeron 2-1 en Macul, con un recordado tanto de Gonzalo Fierro, que anotó mientras Francisco Sánchez yacía en el suelo tras recibir un pelotazo en los genitales. Y además luego lo celebró enrostrándoselo al camarín nortino, lo que generó una acalorada discusión entre jugadores.

La imagen no se borró de las mentes de los jugadores antofagastinos, que apelaron a ese recuerdo para encontrar el coraje necesario para la nueva expedición por el estadio Monumental. Se lo fueron recordando unos a otros durante la semana como motor anímico, no se fueran a olvidar de la cuenta pendiente. "Teníamos esa espina clavada. Nos ganaron con ese gol que nos dejó muy calientes. Recuerdo a Fierro sacando ventaja de la posición de Paco en el suelo y gritándonos el gol en la cara, eufórico, y a Fernando Hurtado, que estaba en la banca, encarándolo por su mala actitud", asegura uno que fue titular en aquel partido y en el de este último domingo.

En la previa del choque ante los albos, los de la Segunda Región se juramentaron no perder.

Además de la situación puntual de Fierro, en el plantel dirigido por Fernando Vergara se sentían menospreciados. "Vamos picados al Monumental. Ellos dijeron que el partido más difícil era Everton y que frente a Antofagasta prácticamente sería un trámite", decía Patricio Jerez en la previa del partido. "En la semana se habló que el partido estaba liquidado, que iban a ganar y ser campeones. Todo eso entonó a nuestro equipo y salimos a jugar más que motivados", dijo después del 1-1 el delantero Muriel Orlando, confirmando que llegaron a Santiago a enfrentar a los albos con el orgullo herido.

El trámite del encuentro que le quitó la punta a los de Pablo Guede quedará en la historia. Tras un arranque de mucho ímpetu y presión, que les valió incluso abrir el marcador cuando recién se jugaban 23 minutos, los dueños de casa se fueron atrás y simplemente perdieron el rumbo.

"Nosotros nos adelantamos con muchas ganas y mucha convicción. Nuestra idea era aguarles la fiesta y, para eso, teníamos que arriesgar. Lo hicimos. Tocamos la pelota, manejamos las acciones y ellos, en un momento sólo nos miraban", aseguran en el plantel nortino. "A medida que pasaban los minutos, veíamos cómo ellos se echaban más y más atrás y no encontraban los caminos para salir. Lo que se vio dentro de la cancha es que todos ellos se derrumbaron física y emocionalmente", agrega otro de los protagonistas. "El silencio que se generó después de nuestro gol fue impactante. Nunca se lo esperaron. Todos, dentro y fuera de la cancha, no creían lo que estaba pasando. Estaban en shock", cierra el mismo futbolista.

Colo Colo dejó escapar el liderato, quizás el título, el domingo. Pero en realidad lo empezó a perder más de un año antes, cuando un gol grosero de Fierro creyó tumbar a Antofagasta.

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