Ex jefe de la de la Secretaría de Comunicaciones: "Hay algunos interesados en que fracase Rodrigo Peñailillo para poder cambiarlo"

El ex brazo derecho de Bachelet en su primer gobierno, Juan Carvajal, analiza las casi dos semanas de la nueva administración.




En su casa, Juan Carvajal vio la ceremonia de cambio de mando en que Michelle Bachelet asumió por segunda vez como Presidenta.

Hace ocho años estuvo en el Congreso como un desconocido protagonista del acto, hoy fue a través de la televisión que siguió los detalles de la sesión en Valparaíso. A 10 días del inicio del gobierno (la entrevista se hizo el viernes) el ex director de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) analiza el nuevo desembarco del bacheletismo y los problemas generados por las fallidas designaciones de algunos subsecretarios y gobernadores.

¿Qué le parece lo que pasó en esos casos?

Son dificultades naturales en un proceso de nominación de cerca de 600 personas. Lo que sí me llama la atención es algo distinto: estamos en una etapa diferente de país. Y eso hace que una serie de cosas que antes podían no conocerse rápidamente o simplemente no se conocían, hoy día sí.

Se ha dicho que en el caso de la ex subsecretaria designada Carolina Echeverría el gobierno electo se tomó mucho tiempo en zanjar el tema.

Son situaciones distintas. En el caso de las ex subsecretarias Claudia Peirano y Carolina Echeverría, sus salidas son totalmente discutibles. La ex esposa de alguien que es propietario de colegios no tiene por qué cargar con la posible responsabilidad de eso y la opinión que se haya tenido en un tema no ata a la persona a no poder cumplir el programa. Y en el caso de Echeverría, ella es hija de alguien que está acusado de haber violado los derechos humanos y yo soy un convencido que los hijos no tienen que pagar por las eventuales culpas de sus padres.

¿Entonces deberían haber asumido en sus subsecretarías?

Sí, debieron haber seguido. La evaluación de las personas debe ser por su gestión. Distinto es cuando las personas tienen problemas específicos como se dio en los otros casos y ahí correspondía que salieran. Ahora, que estos casos se extendieran más de la cuenta, claro que afecta al gobierno y desde el punto de vista comunicacional, por cierto que afectan mucho más aquellos casos que se demoran en ser zanjados por la autoridad.

Dice que las subsecretarias debieron haber seguido ¿la presión de la calle las sacó?

Efectivamente, en el caso de Carolina Echeverría, ella decidió presentar su renuncia por toda la presión que se generó. Ahora, es importante tener en cuenta que las decisiones de un gobierno nunca se deben tomar en función de las presiones de la calle. El arte de gobernar tiene que hacerse en función de los principios y a mí no me cabe la menor duda de que la Presidenta Bachelet no se va a dejar llevar por las presiones.

Pero en lo poco que va de gobierno ya ha habido espacio para las presiones de la calle. Lo de las subsecretarias es un buen ejemplo.

En estos 10 días de gobierno no hay un elemento que me guíe a esa conclusión. El problema está en el gobierno anterior, donde sí se dieron señales de no actuar por principios y más bien por presiones sociales. A pocos días del gobierno de Piñera se decidió no seguir con la central en Punta de Choros, porque 15 mil personas se oponían. Ahí se habían cumplido todos los procesos legales, e igual se canceló. A partir de ahí los movimientos sociales tomaron nota de que la presión podía ser muy influyente. En Educación también hay mucho de eso. Pero lo que me llama la atención es que habiendo pasado sólo 10 días desde que asumió la Presidenta no hay nada de fair play con este gobierno.

¿No existió la luna de miel de los primeros 100 días?

Es cosa de leer las noticias. No llevamos ni dos semanas y ya hay parlamentarios de derecha queriendo interpelar al ministro del Interior. Eso es insólito.

¿Comparte lo que dijo el senador DC Jorge Pizarro de que el gobierno debió hacer una autocrítica por lo ocurrido con los gobernadores?

Esto es muy característico de la política chilena. Frente a todo tipo de situaciones surge la invocación a la autocrítica. Eso está bien en las terapias psicológicas en que uno debe confrontarse consigo mismo, pero en los procesos sociales hay que ver cuándo corresponde de verdad hacer una autocrítica. Ni los gobiernos ni las personas pueden andar pidiendo disculpas a cada rato y este episodio no da para eso.

¿A lo mejor la autocrítica ayudaba a cerrar el tema?

No lo sé, puede ser. Creo que la tarea pendiente es mejorar la sinergia entre las personas designadas, los partidos y el gobierno. Eso tiene que ser mucho más eficiente.

¿Hay una carencia ahí?

Uno no puede negar que aunque son pocos casos, hubo un problema. Ya sea porque los partidos no entregaron toda la información o la persona no lo hizo, por supuesto que hay una deficiencia.

Desde la Nueva Mayoría han responsabilizado a Rodrigo Peñailillo de los errores en las designaciones. ¿Qué le parece que la Presidenta lo haya nombrado en Interior?, usted lo conoce bien.

A mí me hace mucho sentido lo que dijo Gabriel Boric, de que hay algunos interesados en que fracase Rodrigo Peñailillo para poder cambiarlo. Creo que no hay nadie en Chile que apoye la renovación en política, pero cuando se produce hay muchos que les causa escozor. Es extremadamente positivo que en el comité político de La Moneda, los tres ministros sean de nuevas generaciones. Y Rodrigo Peñailillo es uno de los asesores directos de la Presidenta que viene desde los inicios de la campaña anterior, tiene la experiencia política necesaria para desarrollar el cargo y no tengo la menor duda de que su gestión va a ser exitosa.

¿Con esa decisión la Presidenta, esta vez, fijó el poder real en Interior y no en el segundo piso como pasó en su anterior gobierno?

Produce dos cosas: que no se hable de que hay otro poder y, en segundo lugar, repone una cuestión sustantiva en un gobierno y es que el Presidente tiene que tener en el ministro de Interior un partner con el que se entienda muy bien.

Mencionaba lo que dijo Boric, ¿se le ocurre algún nombre de quién podría estar interesado en que a Peñailillo le vaya mal?

No, la política, especialmente en estas cosas, nunca tiene identidades muy claras, pero son dinámicas bastante comunes, pero en la medida que el gobierno vaya desarrollando su gestión van a ir desapareciendo estas dudas. Claro, Rodrigo es un personaje que no se le conoce tanto y entonces todos quieren ver si tiene la capacidad de sacar adelante su gestión. Yo lo conozco y sé que la tiene.

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