Estudio asegura que no existió una guerra interna entre los habitantes de Isla de Pascua

Hasta ahora se creía que un conflicto bélico diezmó a la población del lugar. Nueva teoría plantea que "puntas de flecha" en realidad tenían fines agrícolas y rituales.




Bella y enigmática, la Isla de Pascua, esconde varios misterios que los investigadores, por años han intentado desentrañar. Uno de ellos tiene que ver con la disminución de la población Rapa Nui poco antes de la llegada de los europeos en 1722.

La teoría más aceptada dice que los recursos marinos y agrícolas de la isla comenzaron a escasear debido a la gran cantidad de personas que la habitaban (algunos hablan de 15 mil o 20 mil habitantes). Por esta razón, se habrían formado grupos que refugiados en cuevas, iniciaron una guerra interna que terminó por diezmar a la población. Cuando llegaron los europeos, se redujo aún más producto de las enfermedades del Viejo Mundo.

Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Binghamton (EE.UU.) niega la existencia de una guerra en la Isla de Pascua y señala que las piedras triangulares de obsidiana encontradas a lo largo de toda la isla y que han sido clasificadas como puntas de flecha, son herramientas utilizadas para varias labores, entre ellas la agricultura.

En la investigación publicada en la revista Antiquity y dirigida por el antropólogo Carl Lipo se analizaron más de 400 mata’a, como se conocen estas piedras de obsidiana, con una técnica conocida como morfometría.

“Hemos encontrado que cuando nos fijamos en la forma de estas cosas, simplemente no se parecen a las armas, en absoluto” explica Lipo. “Cuando se compara con armas europeas o armas que se encuentran en cualquier parte del mundo, éstas son muy sistemáticas en su forma. Ellas tienen que hacer su trabajo muy bien. Si no lo hace así, se arriesga a la muerte”, insiste. “Bajo condiciones de guerra las armas van a tener un rendimiento característico. Y van a ser muy cuidadosamente formado para tal fin porque importa... se podría cortar a alguien con un mata’a, pero ciertamente no sería letal en cualquier forma”, explica Lipo, e un comunicado de la universidad.

Con esta evidencia, Lipo cree que la antigua civilización nunca experimentó una guerra y que la falta de recursos naturales fue un factor que incidió en la baja poblacional. Los mata'a en realidad eran utilizados como herramientas en rituales de tatuajes o tareas domésticas del día a día.

Controversia

El chileno Claudio Cristino, arqueólogo de Isla de Pascua considera que esta investigación es aventurada y que requiere de una evaluación más exhaustiva que considere como contexto a toda la Polinesia y no sólo un análisis de los elementos encontrados en la isla como un ente aislado.

“La evidencia de más de cien años de investigación, sostiene que los mata’a son herramientas multipropósito. La obsidiana es una de las piedras más duras y frágiles. Era materia prima para una cantidad sorprendente de artefactos, cuchillos, raspadores, perforadores, todas ellas herramientas especializadas pero simples, no muy sofisticadas y de un filo muy agudo pero que al poco tiempo de uso, se debía reemplazar. Eso puede explicar que se encuentren tantos mata’a en la Isla”, señala el experto, a La Tercera.

Lo anterior dice Cristino, no niega la posibilidad de que en algún momento se hayan utilizado para matar. “Decir que no eran armas y que no hubo guerra, me parece aventurado porque el grueso de la evidencia muestra que hubo conflictos. La Isla de Pascua es parte de un área cultural muy compleja que es la Polinesia. No se puede explicar lo que aquí ocurrió sin el resto de la Polinesia”.

El arquéologo agrega que la guerra es intrínseca a la sociedad polinésica. “Hay una dicotomía y conflicto permanente entre dos grupos de personas, el ariki o jefe de origen noble y los toa o matatoa que eran los guerreros. Las peleas entre ellos eran una de las pocas posibilidades de movilidad social que tenían y es la causa de muchos conflictos”, explica Cristino.

Aquí hay un choque de ideas, declara el arqueólogo. “Hay investigadores que mencionan como secuencias cronológicas el 1200 o 1300 como inicio de la civilización y culpan de su colapso a la llegada de los europeos. Pero yo soy de los que cree que la civilización es mucho antes, en el año 900 o 1000. De hecho, hemos encontrado mata’a que han sido fechados alrededor del año 1000. Respecto del colapso, soy de los que sostiene que ocurrió en 1500 o 1550 y por varias razones, entre ellas, la guerra”.

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