Ernesto Silva: "Muchas veces hay persecución y hay una fijación con los presidentes de la UDI"

A un mes de haber renunciado, el ex presidente gremialista dice no estar arrepentido de la estrategia que adoptó ante la crisis por el caso Penta.




Hernán Larraín, quien es el nombre de consenso para presidir la UDI, fue profesor de Introducción al Derecho de Ernesto Silva en sus primeros años en la Universidad Católica. Silva quien renunció a la jefatura del partido en medio del caso Penta se refiere a los desafíos que tendrá su sucesor y al actual momento del gremialismo.

¿Puede afirmar hoy que ni usted ni un cercano suyo  están vinculados en términos de facturas o boletas con SQM?

Sí, categóricamente.

¿Cuánto afecta a la renovación del partido que justamente el secretario general de la directiva que  encarnó esa renovación, aparezca hoy a través de su señora vinculado también a SQM?

Yo siempre he planteado el principio de presunción de inocencia y Javier Macaya ha aclarado ese tema y creo que no me merece más comentarios que eso.

Pero todos los que al principio aparecen mencionados dicen que no, sin embargo, después avanza la investigación y aparecen reconociendo...

No tengo ninguna duda en lo que ha señalado Javier Macaya y me parece que lo demás es muchas veces una persecución y  hay una fijación con los presidentes de la UDI.

¿Una fijación?

Javier Macaya ha hecho un planteamiento de cara a la opinión pública de manera inmediata y ha señalado que su señora, que es una destacada abogada, que ha prestado servicios, no tiene por qué ser cuestionada en una arista política por el hecho de que él sea presidente de la UDI y yo le creo firmemente y comparto esa visión.

Usted dijo en algún minuto que la renovación había llegado para quedarse, sin embargo hoy estamos ad portas de que un ex presidente del partido vuelva a tomar el control de la tienda, ¿piensa que tal vez fracasó la idea de la renovación?

Creo que la renovación de la política y la renovación de la UDI toman más sentido y más fuerza que nunca. Para los procesos de cambios que iniciamos, desde la identidad de la UDI, desde lo mejor de su historia, desde sus bases, había que dar nuevos pasos de renovación. Adaptarse a los desafíos de Chile, que están más vigentes que nunca. Y estoy seguro que la nueva directiva, cualquiera sea su conformación, tiene claro ese tema y lo va a asumir con convicción y eso significa que hoy en Chile se necesita una segunda transición, una transición de la política y eso es pasar de una política que era una política de puertas adentro o puertas cerradas a una política de puertas afuera y de puertas abiertas. En eso creo que la UDI tiene que dar testimonio y ser ejemplo.

¿Y en ese sentido cuál es la autocrítica que hace de su mandato?

Mi autocrítica es que me hubiera gustado que nuestra directiva pudiera haber concentrado más energía en el rol opositor que en la discusión de la UDI sobre la estrategia a seguir en estos casos judiciales.

¿Que le afectó más, la disidencia a su estrategia frente al caso o sus vínculos en el caso, con ciertas personas involucradas?

Yo creo que ambas cosas afectaron. Hoy lo que veo es que si tuviera que tomar la decisión de elegir una estrategia, elegiría exactamente la misma, creo que es la que espera nuestro sector, la que es justa.

Entonces las críticas a la estrategia es lo que más le afectó...

Yo diría, la falta de unidad en la UDI fue un factor muy relevante. Mi cercanía personal con algunas personas también influyó en la opinión pública y también me influyó, pero si hay algo que quedó claro es que en todo momento ejercí claramente mi rol de presidente de la UDI.

¿Tiene garantías de que Hernán Larraín respetará la presunción de inocencia que usted impulsó en su administración?

El consejo general ha sido claro en darle un mandato a la directiva y estoy seguro de que la nueva directiva no sólo va a cumplir ese mandato, sino que lo comparte plenamente. Desde ese punto de vista me alegro de ver que la estrategia que planteamos y la definición planteada es hoy una decisión consolidada en la UDI.

¿Usted sabía que empleados de la UDI facilitaban boletas para el partido?

Hoy los estándares han cambiado, pero me parece que es el ejemplo de un sistema que no estaba funcionando bien. Lo que sí tengo claro es que a todos ellos los vamos a defender.

¿Qué le parece haya existido  financiamiento irregular? 

Yo creo que todo el sistema político tiene que hacer, tiene que sentir un reproche por no haber reaccionado a tiempo a establecer una nueva institucionalidad y creo que eso fue una lección que está teniendo un costo importante en la vinculación de la política con la ciudadanía y hay que enfrentarlo. Y en eso creo que faltó visión de todos para disponer de un marco adecuado a tiempo.

¿Cómo se puede defender a personas que incurren en esta práctica? Usted critica el sistema, pero no a las personas.

Mi principal reproche es que los políticos no hayamos hecho un sistema de financiamiento de la política como la gente y a tiempo. Creo que lo que se hizo el 2003 fue un avance potente, pero insuficiente y que debió haber sido perfeccionado estos años. Ahí está mi principal reproche.

Se critica a un sistema que era insuficiente, pero no se critica a las personas que usufructuaron de ese sistema.

Como he señalado en distintas oportunidades, creo que existía una práctica generalizada dada una ley mala, que no funcionó.

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