Envían a 800 hormigas al espacio para estudiar su comportamiento

Los insectos son parte de un experimento científico, que pretende mejorar estrategias de búsquedas de personas en desastres naturales y el funcionamiento de robots.




Según informa ABC, científicos de la Universidad de Stanford, enviaron cientos de hormigas al espacio, las que llegaron a la Estación Espacial Internacional (ISS). Los insectos son parte de un experimento científico que pretende mejorar estrategias de búsquedas de personas en caso de que ocurran desastres naturales. Además, pretenden optimizar los algoritmos de robots autónomos utilizados.

En total, son  800 hormigas las que se trasladaron al espacio para realizar este trabajo, tal como aparece en Daily Mail.

Quienes tripulan el ISS, deberán fijarse y estudiar cómo reaccionan estos insectos en ese ambiente y, asimismo, detectar los algoritmos innatos que modulan su comportamiento grupal.

Según afirman  los científicos, la conducta de las hormigas "tienen potencial para ayudar a entender cómo los grupos responden a situaciones difíciles".

Estudios anteriores, han demostrado que las colonias de hormigas monitorean su entorno. Esto lo hacen para conocer el mapa del terreno, encontrar comida o identificar alguna amenaza y se debe a que la mayoría de ellas posee mala visión y todas dependen del olor, por lo que deben estar cerca de algo para lograr descubrir que es.

Solamente una hormiga se encarga de coordinar la búsqueda y dirige cómo hay que realizarla. En este sentido, los expertos indican que estos insectos se comunican principalmente por contacto entre ellas,  por el olor y el toque con las antenas. Cuando estas interacciones (entre antenas) se producen reiteradamente, las demás hormigas saben que la zona está densamente poblada, por lo que comienzan a dar vueltas alrededor de pequeños senderos, al azar, para reunir información sólida acerca de su área inmediata.

Si la frecuencia de las interacciones es baja, buscan en círculos  pequeños, caminan en las líneas más rectas, renunciando a la minuciosidad a favor de cubrir más terreno. Esta técnica se conoce como una red de búsqueda expandible. Cabe destacar que observando el comportamiento de las hormigas, los humanos han desarrollado protocolos similares, como la forma de transmitir las señales en las redes de teléfonos móviles o en las flotas de robots que buscan con supervisión de un controlador central.

Lo que también preocupa al equipo de expertos es que, al igual que todas las redes, las creadas por el ser humano tienen que luchar con las interrupciones.  Un claro ejemplo que entregan, es que si un robot entra a un edificio que se está incendiando para evaluar los daños o encontrar sobrevivientes, el humo y el fuego u otros elementos, interfieren con las comunicaciones y dificultan el trabajo.

Por eso que los expertos están buscando soluciones en casa de que pasen este tipo de acontecimientos. Según la bióloga de Stanford, Deborah Gordon, las hormigas ya encontraron la solución para condiciones en que la información no es perfecta.

Además, quiere realizar este experimento en microgravedad, en donde los insectos deben luchar para desplazarse y caminar, lo que a su vez, altera la capacidad de las hormigas de chocar entre sí y compartir información.

Gracias a observar cómo las hormigas espaciales modifican su comportamiento de exploración cuando se pierde la gravedad y cómo esto interfiere en sus interacciones, así como su capacidad para evaluar la densidad, puede ser útil para saber cómo diseñar protocolos flexibles similares para los robots y otros dispositivos que se basan en las redes de búsqueda expandibles.

"Hemos ideado maneras de organizar los robots en un edificio en llamas, o cómo una red de telefonía celular puede responder a la interferencia, pero las hormigas han ido evolucionando los algoritmos para hacer esto desde hace 150 millones de años", sentenció Gordon.

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