Enrique Espinosa, presidente Cámara Peruana de la Construcción (Capeco): "El mercado chileno es mucho más maduro"

Hace un poco más de un año, en julio de 2016, Perú puso en marcha una ley que permite a los afiliados de las AFP retirar hasta el 25% de su fondo de pensiones para la cuota inicial de una hipoteca en la compra de una primera vivienda o para pagar un crédito hipotecario. Enrique Espinosa, presidente de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), asegura que la ley ha sido positiva, pero que aún no se han podido ver impactos reales en el sector inmobiliario y de la construcción.

¿Cómo evalúa esta ley?

Muy positiva, las instituciones financieras y las AFP en el Perú gozan de una serie de privilegios regulatorios, que no necesariamente los tiene, por ejemplo, la industria inmobiliaria. Entonces claro, la medida que se dio hace un año generó mucho temor en el mercado. Cuánta persona salió a hablar en la televisión, a meter miedo a todos los políticos de que esto iba a ser la quiebra total del negocio de las AFP. Bueno, falso. El negocio de las AFP no ha quebrado, sigue reportando utilidades a sus accionistas. No necesariamente sigue reportando mayores ingresos a los ahorristas, pero hay una población importante que ha podido traducir ese dinero, que le renta muy poco, en poder pagar intereses o capital contra la casa, que al final va a acabar generando un mayor ahorro, que lo que hubiera sido teniéndolo secuestrado en la AFP.

¿Se han visto beneficios para el consumidor?

Yo creo que sí hay beneficios, podrían haber mayores beneficios en el sentido que los bancos han sido eventualmente restrictivos a que se les precancelen los créditos y las AFP también han sido restrictivas a que pierdan parte del fondo. La realidad es que lo que ha ocurrido es que ninguna de las dos industrias ha tenido algún daño. El beneficiado ha sido el cliente, entonces lo que necesitamos es que estas dos industrias pierdan el miedo de salir de su zona de confort y trasladarle el beneficio al consumidor final. Qué mejor forma de ahorrar que en tu casa. Eso tiene que entenderlo la banca y la industria previsional.

¿La ley significó una reactivación para el sector?

Nuestras economías son pequeñas y tienen un componente informal muy grande. Por consiguiente, no todo el mundo ha podido ahorrar cantidades significativas a efectos de poder aplicarlo en la vivienda. La medida es buena pero hay un universo pequeño que ha podido beneficiarse de esa medida. Sí se ha visto un beneficio para el sector, pero no hay suficiente universo como para que el impacto sea aún mucho más grande. Es una ley, o sea no es una medida temporal, y esperamos que sea un dinamizador del sector hipotecario e inmobiliario.

¿Cómo compararía el sector inmobiliario chileno versus el peruano?

Creo que lo que puede aportar una industria a la otra es la madurez y la solidez de lo que viene ocurriendo en Chile. Lo que tiene Perú es la creatividad que tiene a efectos de poder bancarizar y volver receptor de un crédito hipotecario a una población informal muy grande.

En Perú la banca ha tenido que idear sistemas menos estrictos que los sistemas ortodoxos a efectos de cómo cuantificar el ingreso familiar. La creatividad que ha puesto la banca peruana es algo que puede eventualmente aplicarse también en sociedades un poco más formales y más desarrolladas como la chilena. Y la peruana aprender de lo que viene ocurriendo en un medio mucho más urbanizado como el que ocurre en Santiago y en las otras ciudades chilenas.

¿Ve interés de constructoras peruanas en el mercado chileno?

El mercado chileno es un mercado mucho más maduro que el peruano. Yo creo que el Perú, siendo un país con una población tan grande, tiene desafíos muchos más interesantes para las empresas peruanas que ir a un mercado más maduro como el chileno. Todavía el Perú tiene necesidades más grandes que satisfacer, lo cual genera mayores oportunidades para las empresas inmobiliarias. Sin embargo, hay pocas empresas constructoras peruanas que se han ido internacionalizando. Tenemos una empresa internacionalizada en Chile -Graña y Montero- y ese ejemplo se debería ir poco a poco replicando.

Actualmente hay un proyecto de ambos gobiernos para explorar una interconexión de la red eléctrica. ¿Están viendo otros proyectos de infraestructura compartida?

Es algo que tiene que ocurrir. La integración se mide en todos los campos. El eléctrico es uno palpable, uno que afecta a los dos países, pero por ejemplo tener mejores conexiones a través de vuelos, carreteras, integración financiera, es algo que debería seguir ocurriendo.