El técnico que revoluciona Santiago Wanderers

Alfredo Arias llegó a Santiago Wanderers sobre el final del año pasado. El técnico uruguayo arribó a Valparaíso procedente de Montevideo Wanderers, un modesto equipo de la liga charrúa que, sin embargo, llegó a lo más alto del fútbol de su país con Arias en el banco.

La aventura en el profesionalismo del actual DT wanderino, pese a retirarse como jugador en  1987, comenzó recién en 2011. Motivado exclusivamente por su pasión por el fútbol, había iniciado su carrera como técnico algunos años antes, pero siempre ligado al fútbol formativo. Siempre, eso sí, estudiando y preprarándose para dar el salto hacia el fútbol grande.

Su trabajo está asociado al fútbol moderno. A los planteamientos de Josep Guardiola, Marcelo Bielsa, Jorge Sampaoli. “El fútbol contemporáneo exige análisis, planificación y organización en todos sus ámbitos y aspectos. La metodología de entrenamiento que se aplique va a ser reflejada en el juego del equipo, expresada en el estilo y en cada situación. Por tal motivo la misma debe partir del modelo de juego, sus fases, principios, y los relacionamientos específicos necesarios. Apostamos a un método de entrenamiento basado en el Entrenamiento Estructurado y con conceptos de la Periodización Táctica, que considere la complejidad implícita en las situaciones de la competencia y las necesidades funcionales de ese estilo y filosofía de juego que queremos expresar, pero basándonos en el desarrollo del futbolista como individuo parte de un colectivo”, ha dejado en claro el propio Arias al conceptualizar su modelo de juego y su forma de trabajar.

En Montevideo Wanderers, tras tres años en el banco, logró el título del Torneo de Clausura en Uruguay la temporada 2013-2014. Logro inédito para el club blanquinegro que, en 111 años de historia, jamás se había coronado. Más tarde, fue subcampeón del año al perder con Danubio una final calificada por los especialistas como la mejor definición de torneo en la historia del fútbol uruguayo.

Sergio Blanco, delantero y figura del aquel equipo, asegura a La Tercera que Arias "es un DT que trabaja mucho y sabe perfectamente a lo que quiere jugar. Nos sacó campeón con un equipo lleno de jóvenes. Nos convenció de su idea y eso hizo la diferencia". Chapita, como apodan a Blanco, además, agrega que "tiene un estilo que se adapta al fútbol moderno. Es un ganador innato, pero un hombre de perfil bajo. Es muy trabajador y respira fútbol".

Con Arias en la banca, Montevideo Wanderers logró su primer título con 17 de los 22 futbolistas formados en las divisiones inferiores del club. En Chile, la juventud de los caturros ha sido una de las características más distintivas también. De hecho, en el último partido del equipo ante Universidad de Chile, alineó una oncena de 24,4 años promedio, con ocho jugadores de 26 años o menos.

Maximiliano Olivera, actual zaguero de Peñarol, salido justamente de las divisiones inferiores de Montevideo Wanderers, también destaca que “Arias es un entrenador que trabaja mucho y está todo el tiempo muy pendiente de sus jugadores. Vive el fútbol de manera muy pasional”. Además, cree que la clave del éxito de su trabajo está justamente en la labor que realiza con los futbolistas de menos edad. “Hace que los jóvenes crean. Es un genio al hacer jugar a sus equipos, en convencer a los suyos de que se pueden lograr las cosas. Cuando logra convencer a todos, alcanza los objetivos”, cierra.

En tanto, Máximo Goñi, periodista uruguayo cercano a Arias, afirma que “lo que hizo Alfredo acá en Uruguay es una verdadera revolución. Potenció la idea de que en Uruguay también se puede jugar bien al fútbol. Agarró un equipo como Montevideo Wanderers y lo llevó a lo más alto. Marcó un antes y un después en el equipo y me parece es lo mismo que va a pasar en Santiago Wanderers”.

El futuro de Arias parece auspicioso. “Porque juega como juegan los mejores”, dice Blanco. “Porque se adapta a lo que se hace en el fútbol de hoy. Porque, además, es un triunfador”, puntualiza Olivera. Y “porque tiene el perfil que se necesita en la actualidad. Es un hombre educador, de buenos ejemplos, de mucho trabajo, bajo perfil. Veo que está llevando una carrera ascendente. En un futuro no muy lejando lo veo sentado en la banca de Peñarol o Nacional, acá en Uruguay”, ciulmina Goñi.

La misma revolución en Chile parece haber tardado menos. A cuatro fechas del final -cinco, en rigor, en el caso particular del equipo de Valparaíso-, y con apenas un semestre de trabajo, el título está al alcance de la mano. El revolucionario Arias sigue construyendo su camino.