El talón de Aquiles de la clonación

Después del nacimiento de la oveja Dolly, hace 18 años, vino el boom de la clonación, pero todavía no se ha mejorado la técnica para aumentar el número de nacidos vivos. En Chile, la falta de presupuesto impide avanzar.




Si su perro ha muerto, no lo guarde en el freezer. Esta es la primera advertencia que hace Sooam Biotech al entrar a su sitio web. El animal se debe envolver en toallas húmedas y conservar en frío hasta que un especialista le realice una biopsia para extraer células de su cuerpo, antes de cinco días. El material genético, luego se envía a Sooam Biotech, en Corea del Sur, y en seis meses puede tener de vuelta un clon de su cachorro. Todo por la módica suma de 100.000 dólares, unos 60 millones de pesos.

Después del nacimiento de la oveja Dolly, en 1996, el primer mamífero clonado en el planeta, a través del proceso de transferencia nuclear, que permite obtener una copia idéntica de un organismo a partir de su ADN, se han multiplicado las clonaciones: cerdos, conejos, ratas, caballos, camellos y otros, tanto con fines productivos como de preservación de especies.

Sooam Biotech, tiene entre sus logros al ciervo Dewey (2003), al gato Copy Cat ( 2002), el perro Snuppy (2005) y a un coyote (2011). David Kim, investigador de este instituto, reconoce que el principal problema de estos procedimientos es la baja eficiencia de la producción, más otros asociados al crecimiento que presentan algunos animales. Pero aclara, no hay ninguna diferencia con su esperanza de vida o enfermedades, respecto de otros animales.

Ian Wilmut, uno de los creadores de la oveja Dolly, hoy retirado del campo de la investigación, coincide con este diagnóstico. "Ha habido una pequeña cantidad de progreso con técnicas de clonación, pero nada muy dramático. La gente ha hecho pequeños cambios que aumentan la eficiencia un poco, pero todavía es un procedimiento bastante ineficiente. Tal vez dentro de unos años alguien va a hacer otro gran descubrimiento sobre la clonación, pero no ha sucedido todavía", dice a

Chile, no ha estado ajeno al boom de la clonación. La Universidad Austral creó el primer clon bovino en 2007, luego le siguió la Universidad de Concepción, en 2008, y finalmente, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), en 2011.

Ricardo Felmer, quien encabezó el proyecto de clonación del Inia, y que conoció a todo el equipo científico de Dolly cuando llegó a estudiar al Instituto Roslin, en Reino Unido, plantea que la eficiencia en generar animales nacidos sigue siendo baja, menos del 10%, por lo que estima que hay mucho por investigar y mejorar.

"La clonación como método de reproducción animal es una técnica muy cara e ineficiente para utilizarla masivamente, por lo tanto, su aplicación en el campo está enfocada por el momento a la reproducción de animales muy valiosos (machos o hembras) ", dice.

David Kim, señala que reciben solicitudes de todo el mundo para clonar mascotas, pero ninguna ha llegado desde Chile. Desde América Latina y el Caribe, solo tienen registros de Brasil y Barbados. Este instituto coreano de investigación, lo dirige Hwang Woo Suk, quien saltó a la fama luego de falsear unos datos de una investigación sobre clonación de células madres que fueron publicadas en la revista Science.

Pero Soamm Biotech se recuperó de este incidente y ahora va por más. Kim cuenta que quieren clonar un mamut encontrado en Siberia, lo que depende de qué tan rápido se puedan obtener muestra de células somáticas utilizables. "Creemos que podemos clonar un mamut en menos de 10 años", asegura.

El anuncio generó polémica esta semana. Victoria Herridge, del Museo de Historia Natural de Londres, dijo que este hecho es cuestionable éticamente porque se requerirán muchas madres sustitutas (elefantes) hasta que se pueda generar el clon.

Alexander Vargas, paleóntologo de la Universidad de Chile, señala que las especies extintas se pueden estudiar usando otras metodologías actuales, como análisis de ADN, anatomía, evidencias de paleoambiente, etc., pero cree que nada se puede comparar a tener a un mamut vivo. "De resultar exitosa, aportaría gran información biológica sobre el mamut, sin precedentes para ninguna especie extinguida", asegura.

En 2007, el Instituto de Reporducción de la Universidad Austral realizó la primera clonación animal en el país. El ternero vivió pocas horas. Mario Martínez, quien realizó la hazaña, confirma que la clonación tiene problemas que resolver. Dice que la naturaleza que trata la clonación es un proceso complejo que envuelve biotecnologías reproductivas como transferencia de embriones, cultivo in vitro, lo que requiere condiciones específicas para cada especie, las cuales no están bien definidas o desarrolladas para las diferentes especies, lo que repercute en la viabilidad de los embriones, fetos y crías obtenidas. "Cuando tengamos mayor eficiencia, con tasas de preñez de 40%, y nacimientos de 80% a 90% podremos aplicar esta técnica para reproducir animales mejoradores del rebaño", asegura el investigador.

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