El interés por visitar zonas de guerra impulsa una nueva industria turística

Afganistán, Corea del Norte y Etiopía se encuentran entre los destinos más solicitados. Según expertos, el turismo de aventura representa un mercado de US$ 263.000 millones.




Probablemente hay un buen número de palabras que se podrían utilizar para describir a Andrew Drury, pero él dice que la de turista de guerra no debería ser una de ellas. “Turista de aventura sería más correcto”, señala este constructor británico, que en abril pasado relató al diario británico Metro su último viaje que lo tuvo a sólo 500 metros de milicianos del “Estado Islámico” en el norte de Irak, ocasión en que estuvo bajo fuego de los yihadistas.

Dueño de una exitosa compañía de construcción en Surrey, la pasión de Drury, de 50 años de edad, casado y con dos hijos, es visitar los destinos más peligrosos del mundo, y su apetito parece insaciable. Somalia, Afganistán, Corea del Norte, áreas rebeldes en Nigeria, Kosovo, Chechenia, Siria y Pakistán se cuentan entre sus destinos previos.

Según CNN, varios de los viajes de Drury han sido organizados por la agencia británica Untamed Borders (Fronteras Indómitas), operador turístico que registra notables récords como ser el primero en ofrecer vacaciones de esquí en Afganistán y la primera compañía británica en organizar tours a Chechenia. Sin embargo, su fundador, James Willcox, rechaza la etiqueta de “turismo de guerra”.

“Los turistas de guerra o turistas de conflicto son términos que tratamos de evitar, ya que no dan una indicación real de lo que hacemos. Hay lugares en el mundo, como los campos de exterminio de Camboya o Auschwitz, que son informativos, potentes y que bien vale la pena visitarlos”, explica Willcox a La Tercera. “Organizamos viajes a lugares que son difíciles para las personas que viajan de manera independiente. A veces esto es debido a la seguridad o riesgos de seguridad percibidos”, agrega.

Willcox señala que su agencia ha trasladado a turistas de más de 40 países. “Algunos viajan porque están interesados en la cultura, otros en la arquitectura o la geopolítica de la región. Otros por la historia. Las razones son variadas”, afirma, al tiempo que destaca que India, Pakistán, Afganistán, Tayikistán, Rusia y Etiopía han sido los destinos más populares este año.

Nicholas Wood, ex corresponsal de The New York Times en los Balcanes, fundó en 2011 la agencia Political Tours, que se define como la primera compañía de viajes del mundo que se especializa en política y temas de actualidad. Bajo el lema “Viajes más allá de los titulares”, su agencia ofrece tours a Kosovo, Ucrania, Irán, Georgia, Cuba y Corea del Norte, entre otros. Wood dice a La Tercera que estos dos últimos países se encuentran entre  “los destinos más solicitados en este momento”. “Corea del Norte está estrechamente controlada como se puede imaginar, pero es muy segura”,  comenta.

Ingle International se especializa en el aseguramiento de viajes de alto riesgo, con operativos en terreno en muchas zonas de peligro. Su director ejecutivo, Robin Ingle, dice que los requerimientos por cobertura en Irak y Siria son cada vez más populares. “Ahora hay viajeros extremos que vemos insistir con actividades del más alto riesgo o en zonas muy riesgosas y hemos tenido que salvar a algunos de ellos cuando están en problemas. Ir a un área de alto riesgo es un peligro porque nunca se puede saber quién es un amigo o lo que sucederá”, explica a este medio.

Pese a los riesgos, el mercado del turismo de aventura ha tenido un fuerte crecimiento en los últimos años, según explica a La Tercera Shannon Stowell, presidente de Adventure Travel Trade Association. “En 2012 casi el 42% de los viajeros de América del Norte, América Latina y Europa reportaron una actividad de aventura como la principal actividad de su último viaje, lo que proyectaría un mercado de viajes de aventura de US$ 263.000 millones. Se trata de un aumento significativo respecto del Estudio de Mercado de Turismo 2010, en el que el mercado de turismo de aventura de estas regiones estaba valorado en US$ 89.000 millones”, grafica.

En tanto, Andrew Drury ya planea su próximo viaje. Según el diario O Globo, ahora quiere ir en barco a Yemen, que sufre una guerra civil, y volver a Irak para “certificar cómo están las personas” con que estuvo en el frente. “No recomendaría a otros lo que hago. Es muy arriesgado. Pero desde que comencé estos viajes, me volví mucho más tolerante y comprensivo. Mi mayor miedo es quedar con mucho miedo de hacerlo”, concluye.

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