El futuro de la Alianza y las cuentas que se ajustarán tras la elección

El control de RN enfrentará a los denominados "piñeristas" con el pacto que realicen Andrés Allamand y Carlos Larraín. En la UDI, en tanto, creen que Jovino Novoa intentará mantener su influencia para defender el modelo y el ideario del gremialismo.




El buen ánimo rápidamente se desvaneció en el salón  Norte América del Hotel Intercontinental, en Vitacura. Minutos antes de que se iniciara el conteo de los votos, un grupo liderado por la vocera del comando, Lily Pérez, ingresó cantando al recinto.

Sin embargo, a medida que pasaban los minutos las malas caras y el silencio se apoderaron de los máximos dirigentes de la Alianza. Conversaciones en privado y llamados telefónicos fueron la tónica de los timoneles Patricio Melero y Carlos Larraín, quienes asumieron rápidamente la derrota.

El fracaso de Matthei era esperado en el sector. Si bien el resultado de primera vuelta le permitió disputar un balotaje con Michelle Bachelet, esa instancia sólo hizo postergar el desenlace de críticas en el sector, cuyo proceso fue llamado como la "noche de los cuchillos largos".

Este bajo resultado en las urnas también evidenció el comportamiento que tuvieron la UDI y RN en esta campaña, cuyos partidos no lograron incluir un rol activo de sus principales figuras. Situación que se reflejó en algunas  zonas  como  la  Región Metropolitana, donde Evelyn Matthei no logró equiparar el apoyo de las parlamentarias. Por ejemplo, en Santiago Oriente, la Alianza obtuvo más del 47% de los votos el 15 de noviembre. Mientras que ayer la abanderada logró un 45%.

De todas formas, los presidentes de partidos descartaron renunciar ante las críticas,  sobre  todo  de  las nuevas generaciones que pretenden tener un rol relevante en el recambio de la Alianza. En esa línea, ¿cómo se reordenará el mapa en la centroderecha? En RN se desencadenará un duro enfrentamiento entre los seguidores del actual jefe de partido, Carlos Larraín, y los denominados "piñeristas", quienes integran la disidencia de la directiva y hoy promueven una "nueva derecha". 

Estos nuevos aires han sido abordados en varias oportunidades. Una de las últimas ocurrió en la residencia del Presidente Piñera, quien se reunió con el ministro de Defensa, Rodrigo Hinzpeter; el embajador Felipe Bulnes y el subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, entre otros.

Con ellos, según algunos de los asistentes, el Mandatario habló sobre sus próximos pasos, los cuales se concentrarán en la concreción de una fundación que velará, entre otras cosas, por la defensa de su administración.

En el gobierno apuestan, sin embargo, que Piñera tenga un bajo protagonismo en Renovación Nacional durante los próximos dos años, e incluso no descartan que encabece la conformación de un nuevo referente.

De todas formas, el "piñerismo" enfrentará a un Carlos Larraín fortalecido por el resultado que logró en las elecciones parlamentarias. En esa línea, es muy probable que se concrete el pacto de Andrés Allamand con Larraín para una futura directiva, con el senador electo como presidente de RN y cumpliendo un férreo rol en la articulación de una oposición que tendrá minoría en el Congreso.

"Ahora viene una elección interna que nos conducirá los próximos años y deberá ordenar los liderazgos que tienen legítimas opciones presidenciales", comentó Mario Desbordes, secretario general de RN.

EL RECAMBIO DE LA UDI

El próximo 11 de enero, la UDI tendrá un consejo directivo ampliado. En esa cita se comenzará a diseñar la nueva etapa del gremialismo, cuyo partido no tendrá en primera línea a tres de los cuatro "coroneles": Jovino Novoa, Pablo Longueira y Andrés Chadwick.

Algunos dirigentes han expresado que les gustaría que ese día se debatan los nombres de quienes dirigirán el partido y se haga una autocrítica de las parlamentarias que dejó 29 de los 38 diputados que ostentaba la UDI.

Desde ya, en la tienda de calle Suecia señalan que habrá un sector que defenderá la batalla de ideas y defensa del modelo. Desde ese esquema, son varios gremialistas que vislumbran a Jovino Novoa al mando del partido, pero no con un rol protagónico.

Lejos de este diseño aparecen algunos miembros históricos de la UDI, como Joaquín Lavín y Andrés Chadwick, quienes se han alejado del partido por su vinculación con el gobierno. En especial el ministro del Interior, quien perdió apoyo tras la conmemoración de los 40 años del Golpe Militar en septiembre, cuando el Presidente Piñera usó el término de "cómplices pasivos".

Ante esto, son tres nombres los que se posicionan para conducir a la UDI: el diputado Ernesto Silva y los senadores Víctor Pérez y Juan Antonio Coloma. A este último también lo visualizan como jefe del comité de senadores para que tome un rol principal como oposición al gobierno de Michelle Bachelet.

"Este resultado revela que no basta sólo lo social y lo económico. La política es importante, y cuando no se asume eso, los resultados son difíciles", dijo el senador Coloma.

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