El estadio de la U: Desde los palcos al patio de comidas

Este es un recorrido exclusivo por todos los detalles del proyecto de Azul Azul. Las ideas que se tomaron de la gira por Europa y el modelo de negocios para financiarlo y mantenerlo.




Un sueño para todo hincha de la U.  Caminar por los pasillos del estadio de su club, detenerse en el patio de comidas y pedir un combo que, quizás, llevará el nombre de alguna hazaña deportiva azul. Después, si el tiempo alcanza, visitar el museo de la escuadra de sus amores, comprarse algún recuerdo para la casa y, finalmente, volver al trabajo en la oficina que está instalada en una esquina del mismo recinto. Con vista a la cancha.

Suena a locura. En Azul Azul, sin embargo, lo ven como parte de la estrategia para financiar y mantener la anhelada casa propia. Si todo sale como está planificado, el segundo semestre de 2017 este sueño se puede convertir en una realidad. "A esta velocidad, el 2017 sería una buena fecha para inaugurar el estadio", señaló ayer el presidente de la U, Carlos Heller.

La gira por Europa, a la que fueron Cristián Aubert, gerente general de Azul Azul; Sergio Weinstein,  directivo; y José Pablo Olate, arquitecto y gerente del proyecto Estadio fue clave. Ahí comenzó en serio el diseñar del plan de negocio que sustentará el recinto deportivo. El mismo que fue presentado el jueves a todo el directorio y que recibió la aprobación unánime.

En la visita al Viejo Continente, que se extendió por una semana, la comitiva visitó seis estadios de primer nivel en Inglaterra, Holanda y Bélgica (ver galería). Sirvió para tomar apuntes de la estrategia que se utilizará para generar ingresos y recaudar los cerca de 40 millones de dólares que se requieren para levantar el coliseo.

La venta del nombre es uno de los puntos que más interés genera. Cerca de 15 firmas han mostrado interés de negociar con Azul Azul. "Bastantes empresas se han acercado a consultar por el tema del nombre del estadio. Se está analizando detalladamente y la idea es generar un contrato a 15 años", señala Cristián Aubert, gerente general de Azul Azul.

De cada recinto se sacaron lecciones. En la visita al Ghelamco Arena del Kaa Gent de Bélgica, los azules, por ejemplo, destacaron la polifuncionalidad del reducto deportivo. Las esquinas del estadio sirven para el ingreso de los hinchas, mientras que los espacios centrales son utilizados por diferentes empresas para instalar sus oficinas. En este caso, está ubicada la tienda de departamentos Albert Heijn y de muebles Colombinicasa.

En Inglaterra, el Old Trafford (Manchester United) sirvió para sacar conclusiones respecto al servicio gastronómico que se le busca dar a los hinchas. Sólo se permite pagar con tarjetas del club, que son vendidas con anticipación. "Nos llamó bastante la atención el modo de pago. Se cancela con una tarjeta electrónica y se evita el uso de dinero, lo que elimina las filas", apunta Aubert. Además, agregó que "la idea es hacer un patio de comidas. El hincha, en vez de ir al mall a esperar el partido, vaya a comer al estadio y disfrute de un buen servicio".

En tanto, el Emirates Stadium (Arsenal) permitió tomar nota respecto a los palcos y servicios, donde destaca principalmente la visibilidad global del espectáculo. La idea de Azul Azul es vender los palcos y, además, generar 30 mil abonados, capacidad que tendrá el reducto de La Pintana. Los balcones VIP contarán con tres corridas de nueve asientos y podrán ser decorados al gusto de quien los adquiera. "Buscamos que sean contratos de venta por varios años", destaca el gerente general.

Por su parte, el Afas Stadion (AZ Alkmaar) de Holanda exhibe un revestimiento exterior que destaca por la gran publicidad que exhibe. La idea de la concesionaria estudiantil es replicar el modelo. Además, no se descarta que el estadio sea utilizado para conciertos, que generaría un ingreso extra.

Mientras los hinchas cuentan los días para la inauguración del estadio, en la concesionaria buscan la fórmula que permita concretar el anhelo.

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