El concierto preferido de Arrau llega al Centro de las Artes CA 660

El letón Armands Abols y la Orquesta Sinfónica interpretan mañana el Cuarto Concierto para Piano de Beethoven.




Fueron ocho mil personas reunidas una tarde de viernes nublado en la Catedral de Santiago. Tras una semana en Chile y dos conciertos en el Teatro Municipal, llegó la presentación expresamente pedida por Claudio Arrau: aquella en que el público podía asistir gratuitamente. En esa ocasión también tocó el Cuarto concierto para piano de Beethoven, su preferido de los cinco que creó el músico alemán.

A 30 años de la última visita de Arrau a Chile, el pianista letón Armands Abols interpretará mañana la misma obra en el teatro del Centro de las Artes CA 660. La pieza es parte del programa que esta semana ha venido interpretando la Orquesta Sinfónica de Chile dirigida por el maestro Leonid Grin. El lunes y el martes fue en el Teatro Municipal y este viernes será en el recinto de Rosario Norte 660 en una presentación a beneficio del Colegio El Golf, institución que entrega educación especializada a niñas con necesidades educativas especiales.

Menos espectacular que el famoso Quinto concierto Emperador, pero mucho más introspectivo y dramático, el Cuarto concierto Opus 58 es una composición de carácter revolucionario. Nunca antes en la historia de la música un compositor se había aventurado a iniciar una obra de estas características sin la tradicional introducción orquestal. Beethoven lo hace y tal sentido marca su preferencia por el instrumento. Arrau grabó tres veces los conciertos del germano y tocó el Cuarto en las presentaciones de Amnistía Internacional de 1976 en Munich, acompañado del célebre director estadounidense Leonard Bersntein.

"Arrau tocó de memoria, como era habitual. Jugaba en otras ligas. Uno sólo se dedicaba a mirar y a aprender: además de una técnica extraordinaria, entendía a Beethoven como nadie. Fue un privilegio estar ahí", recuerda Aziz Allel, violinista de la Sinfónica de Chile en 1984.

Sobre el legado de Beethoven en el instrumento, el solista Armands Abols dice: "Creo que a Beethoven simplemente le faltaron teclas en el piano. Sus composiciones amplían las posibilidade del instrumento a otros niveles. Claramente el piano de su época, mucho más reducido, no le era cómodo. Para tocar a Beethoven no basta con tener buena técnica. De lo que se trata es de entender su mensaje. Por eso es un revolucionario".

Establecido en Chile hace 20 años y ganador del Concurso Luis Sigall entre otras competencias, Abols es también un admirador de Arrau en Beethoven: "Indudablemente él era uno de los grandes. Capaz de dar a Beethoven una profundidad única en cada nota".

La presentación de mañana a las 19.30 también incluirá la Sinfonía N° 49 La Pasión, de Haydn, y la Sinfonía de los Salmos de Stravinsky, en esta última composición intervendrá el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile.

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