El Capo 2 apuesta por mostrar el lado humano de su protagonista

En el set donde se graba el tercer ciclo, los protagonistas explican los giros que vienen.




En un rancho ubicado en Tabio, a una hora y media de Bogotá, se escuchan ruidos de balas, hombres se pasean con ametralladoras y un gallo de pelea hace su aparición. Si no estuviera desplegado el equipo de producción de la serie El capo, bien podría pensarse que se trata de una hacienda habitada por un narcotraficante real.

En esta temporada, la serie que cuenta la historia del narco Pedro Pablo León Jaramillo (Marlon Moreno) y cuyo segundo ciclo exhibe Mundo Fox (canal 77 VTR) de lunes a viernes a las 23 horas, el protagonista se internará en EE.UU. para tratar de recuperar a su familia. Así, el hombre ansioso de poder da un giro para dar cuenta de su humanidad.

"En televisión muchas veces sólo se pinta el estereotipo y con El capo tuve la oportunidad de hacerlo de carne y hueso. Es un personaje paradójicamente bonito", comenta el actor a La Tercera -invitada a las grabaciones por Mundo Fox- sobre la evolución de su rol. Vestido completamente de negro y en medio de una pausa de las grabaciones, Moreno parece no salirse del todo de su rol y con tono pausado lo define como "un encantador de serpientes, que debe seducir tanto a hombres como a mujeres".

Si el primer ciclo se caracterizó por la construcción de un búnker, en el segundo será mediante un submarino que León Jaramillo intentará ingresar a Estados Unidos. Y para alcanzar sus objetivos, contará con la ayuda de su lugarteniente Tato (Oscar Borda) y también se sumará Bruna (Cristina Umaña).

Para Borda el elemento clave para entender El capo es la lealtad. "Como la primera temporada fue tan violenta, en la segunda Jaramillo va por su familia, que es lealtad a sus hijos y a su esposa", explica.

El rigor que demandan estos roles también se nota en Cristina Umaña, quien al conversar de otros temas se relaja en la banca en la que está sentada. Es que en esta temporada Bruna se transformará en una asesina profesional, que se debatirá entre su deseo de venganza contra León Jaramillo y su atracción hacia él. "Siento que El capo 2 es más ficción y por eso mismo los personajes femeninos llegan a romper con esa frialdad del macho latinoamericano", comenta Umaña.

Lilo Vilaplana, director cubano a cargo de la realización de la segunda temporada, coincide con esta visión, pues al no estar basada en hechos reales, tiene mayor libertad creativa. "El capo es un antihéroe de ficción. Y a partir de eso uno tiene más libertad para gozarse la aventura, crear historias más interesantes", remata.

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