Director del INE: "Es inviable realizar un nuevo censo en 2015 como lo propuso la comisión"

Juan Eduardo Coeymans sostiene que llevar a cabo otro proceso censal -aunque sea abreviado- tomaría al menos cuatro años de preparación.<br>




El director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Juan Eduardo Coeymans, dice que respeta a los cinco integrantes de la Comisión Revisora Externa del Censo 2012, pero no comparte la proposición de ese grupo de realizar un nuevo proceso censal abreviado en 2015. Repetirlo, aunque sea con un cuestionario más reducido, requiere al menos cuatro años de trabajo previo, sostiene Coeymans, el académico que reemplazó como interino a Francisco Javier Labbé al mando del INE y que postulará al proceso de elección definitivo que desarrolla el sistema de Alta Dirección Pública (ver recuadro). "Es una tarea gigante, aunque sea un censo abreviado", sostiene.

Coeymans prefiere no enjuiciar el trabajo de la comisión integrada por David Bravo, Osvaldo Larrañaga, Magda Ruiz, Isabel Millán y Felipe Zamorano, sobre todo porque recién esta semana el director del INE recibirá los anexos estadísticos que acompañaron ese trabajo. Sin embargo, se distancia de su diagnóstico al indicar que la tarea primordial de los tres técnicos extranjeros que comenzarán su labor el 2 de septiembre será determinar si el Censo 2012 puede ser reparado y cuál es la mejor vía para conseguirlo. Explica que en el INE ya han diseñado un plan al respecto y que se podría aplicar con la idea de tener corregido el censo antes de que termine el actual gobierno, lo que quedará supeditado a las conclusiones del grupo de expertos internacionales.

¿Cuál será exactamente el trabajo de los expertos internacionales?

La misión de los expertos internacionales es evaluar si el Censo 2012 puede ser reparado y dar una estrategia de reparación. Discutiremos con ellos el plan que el INE tiene para rescatar el censo, ellos podrán proveer otras alternativas y seleccionar en conjunto la mejor opción. Básicamente, la idea es ayudarnos a tener un censo que sea útil para las políticas públicas. Se trata de un trabajo tremendamente especializado.

¿Con qué plazos operarán?

Griffith Feeney y Rajendra Singh empezarán a trabajar en Chile el 2 de septiembre, mientras que Roberto Bianchini lo hará a distancia para luego integrarse acá. Probablemente, después agenden una segunda visita. El tiempo estimado de trabajo será entre dos y tres meses.

¿En qué se va a diferenciar el trabajo de este grupo con el que hizo la Comisión Revisora Externa?

En mucho. Ellos van a ver las estrategias de reparación del censo. La comisión revisora hizo un diagnóstico. Los expertos internacionales vendrán a hacer el trabajo posterior. Ellos pueden confirmar ese diagnóstico, pueden rechazarlo y pueden proponer una estrategia de solución.

¿Cuál es su juicio de la labor que realizó la Comisión Revisora Externa? ¿Esta segunda opinión no la pone en cuestión, cuando además busca reparar algo que ellos ya dijeron que no servía?

Desde un comienzo dije que iba a pedir una segunda opinión. No sé por qué la gente se extraña tanto, aún más con el diagnóstico que dieron de botar el censo. Yo no tengo una opinión completa de su trabajo, porque no he recibido el informe total. Faltan los anexos estadísticos -que se entregarán esta semana-. Esta es una materia muy técnica y para ver la validez de las cosas que afirman necesito los antecedentes técnicos, no puedo calificar su informe basado sólo en el texto escrito.

Pero cuando recibió el informe señaló que esto era un "tsunami".

La recomendación de hacer un nuevo censo la consideré radical. No esperaba ese nivel de gravedad que ellos dicen que existe.

El experto censal Jacob Ryten señaló que es irresponsable y un "disparate" pensar en hacer un nuevo censo sin revisar exhaustivamente el de 2012. ¿Comparte o rechaza esa visión?

Mi presunción a priori es de sorpresa por la conclusión que entregaron, pero no los voy a descalificar antes de conocer los antecedentes completos. Los respeto como profesionales.

Pero el ex director del INE Francisco Labbé sostuvo que usted se equivocó al escoger a los integrantes de esa comisión, porque no poseían expertise en censos y tenían un claro sesgo político.

Yo no quiero calificar eso. Ellos revisaron el censo desde su perspectiva de usuarios del mismo. Trabajaron mucho y en forma exhaustiva, pero ahora tendré que revisarlo cuando me hayan entregado el informe completo con sus anexos. Sobre lo segundo, no me corresponde juzgar los sesgos políticos de la gente.

Una de las principales críticas de la comisión revisora es la elevada tasa de omisión del censo, que ellos estiman en 9,3%. ¿Es correcto ese cálculo?

Los cálculos de omisión, según las propias recomendaciones de Naciones Unidas, se hacen en base a dos censos y no en base a uno. Entonces, ese es un tema en el cual no estoy de acuerdo con ellos, pero a lo mejor presentan buena evidencia en sus anexos, no lo sé. En todo caso, en general, es difícil hablar de tasa de omisión sin haber hecho el proceso de conciliación censal que se realiza después junto con Celade.

La comisión tampoco valida ninguna de las dos imputaciones que se hicieron en el Censo 2012: de viviendas con moradores ausentes y de viviendas no logradas.

En general, en los censos de derecho hay estimaciones o imputaciones para el primero de esos casos. Depende del análisis de las características de esos moradores ausentes. Lo que importa es que debe quedar claro qué se está haciendo y no presentar las cifras agregadas. En el segundo de los casos, de hacer imputaciones de viviendas no logradas, eso es original de Labbé y no se hace en otras partes. El pudo tener sus razones, pero yo no lo habría hecho.

Por último, la comisión indicó que la base de 15,7 millones de personas efectivamente censadas estaba mala y no servía.

Para validar ese juicio estoy esperando los anexos técnicos. Por ejemplo, en el informe se dice que hubo problemas de capacitación, pero la pregunta es cuál es la gravedad cuantitativa de eso. Todos los censos tienen problemas, no hay censo perfecto, lo que se debe ver es la incidencia que esto tiene. Mi impresión, según el trabajo interno que hemos hecho en el INE, es que esa base está inalterada. Estamos haciendo los chequeos para ratificar la calidad de esos datos.

La recomendación de hacer un nuevo censo abreviado en 2015, ¿es factible en ese plazo?

Mi juicio, por todo lo que he recabado, es que es inviable realizar un nuevo censo en 2015 como lo propuso la comisión. Lo que hemos evaluado al interior del INE es que para realizar un censo bien hecho serían cuatro años de preparación. Ese es el estándar de otros países. Se requiere actualizar la cartografía y eso demora por lo menos un año. Luego, el proceso de pre censo también toma otro año. A ello se suma el proceso de planificación logística, de la infraestructura, de recursos humanos, estrategia de levantamiento, reclutamiento, capacitación, preparación de documentos técnicos, supervisión en terreno, licitaciones, censo piloto, etc.

¿Y el que sea abreviado no disminuye los tiempos?

Es una tarea gigante, aunque sea un censo abreviado. El hecho de que el cuestionario sea más breve no omite este proceso previo. Si la cartografía no está bien hecha es garantía de que el censo no va funcionar. Sin un pre censo también, y después están todas las otras actividades mencionadas.

¿Qué le parece que Labbé insista en que él hizo todo bien y que no tiene nada por qué pedir perdón?

En el censo hubo errores y yo los hice ver en la Cámara de Diputados. Respecto del tema del perdón, no me corresponde juzgar eso.

REPARACION Y CREDIBILIDAD

¿En qué línea va el trabajo que ustedes han hecho en el INE para rescatar el Censo 2012?

Son estrategias generales. Y básicamente se dividen en dos, una que incluye trabajo de campo y otra que no lo incluye. El costo dependerá de qué opción se realice, pero de todas formas es diametralmente más bajo de lo que significaría realizar un nuevo censo. Ahora, este plan lo vamos a discutir con los expertos internacionales y ellos podrían proponer otro camino. Vamos a escoger la mejor alternativa.

El plan que ustedes han elaborado, ¿qué plazos tiene para su ejecución?

Nuestro objetivo sería entregar un censo reparado antes de que termine el actual gobierno, pero debemos esperar lo que digan los expertos internacionales.

Pero aun cuando los expertos internacionales avalen el reparar el Censo 2012, ¿no existe el peligro de que quede deslegitimado ante la opinión pública? ¿Cómo se salvaguarda su credibilidad?

Esto va a exigir harto trabajo y efectivamente el problema principal es que la gente ya se formó una opinión y eso hay que tratar de despejarlo. Pero en la medida en que haya transparencia, eso debiera ayudar a su credibilidad. La mayoría de los censos, cuando han tenido problemas, se han corregido con éxito. Es importante evaluar la conveniencia de usar el Censo 2012 reparado, versus seguir utilizando las proyecciones basadas en el censo del 2002 durante el período que toma hacer un nuevo censo de calidad.

¿Y el gobierno se guiará por lo que digan los informes técnicos para decidir si hacer o no otro censo, o también debe considerar al ambiente político y de opinión pública?

Esto posee un componente técnico y político, y el gobierno debe evaluar los costos que la decisión tiene.

¿Cómo ve el hecho de que Michelle Bachelet haya señalado que de ser presidenta realizará un nuevo censo?

Habrá que explicarle a ella, o a cualquiera que llegue a la presidencia, cuáles son las opciones y las ventajas y desventajas de cada una.

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