Cristina K profundiza tensión en la deteriorada relación con EE.UU.

La presidenta insinuó que Washington podría gestar un atentado en su contra. Sus dichos gatillaron críticas. Además, por otras declaraciones, renunció el jefe del Banco Central.




Muy distantes parecen los años, durante el gobierno de Carlos Menem (1989-1999), cuando se calificaba a los lazos entre Argentina y Estados Unidos como "relaciones carnales". Porque con el kirchnerismo este vínculo se ha enfriado al punto que el gobierno estadounidense se ha convertido en el principal enemigo de la administración de Cristina Fernández, quien denunció el martes un complot local con apoyo externo para "voltear" (derrocar) el gobierno en momentos en que Argentina atraviesa una crítica situación económica.

Fue incluso más lejos, al insinuar sobre el riesgo de un eventual atentado en su contra que se podría gestar en Estados Unidos. "Si me pasa algo, que nadie mire hacia Oriente, miren hacia el Norte, por favor", dijo la presidenta.

Las acusaciones sobre intentos de desestabilización del gobierno kirchnerista, a poco más de un año del fin de su mandato, recrudecieron cuando la coyuntura económica actual muestra señales de alerta. Así, la Bolsa se derrumbó ayer  8,22%, una de las caídas más pronunciadas en el último tiempo. El motivo se debe a que Cristina K acusó a los bancos y a las casas de Bolsa de querer derrocarla.

Por otro lado, criticó indirectamente al presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, al acusar a la entidad de no hacer suficientes controles al mercado financiero. Esto provocó la renuncia de Fábrega en la tarde de ayer.

Pero sus declaraciones no sólo se dejaron sentir en la Bolsa. Su ex jefe de gabinete, Alberto Fernández, señaló que lo que había dicho la mandataria no le dejaba una buena impresión. "En política, esta suerte de paranoia no es buena. El Ministerio de Economía es el gran responsable de lo que nos está pasando", dijo. "Qué barbaridad. La quiere matar Obama, no los yihadistas (dijo lo contrario en la ONU)", afirmó en Twitter el diputado de Propuesta Republicana Federico Pinedo.

Las acusaciones de Cristina Fernández  tienen como telón de fondo la batalla legal con fondos  especulativos en tribunales de Estados Unidos y luego de que el juez de Nueva  York Thomas Griesa declarara al país "en desacato" por promover acciones para  eludir el cumplimiento de una sentencia por US$ 1.330 millones.

La crisis con Washington   se había profundizado por las críticas de Fernández en Naciones Unidas, al denunciar un "terrorismo financiero" que realizan los "fondos buitre", como denomina a los fondos especulativos. En su discurso también propuso un mecanismo legal para regular las reestructuraciones de las deudas soberanas. Sin embargo,  el encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Kevin Sullivan -que ejerce como embajador interino desde junio de 2013-, dijo al diario Clarín que su país no apoya  el debate en Naciones Unidas y que era "importante que Argentina salga del default lo antes posible para poder retornar a la senda de crecimiento económico", añadió.

A esto se sumó una advertencia de la embajada estadounidense en Buenos Aires por la inseguridad en el país sudamericano, que el gobierno  tomó como una provocación. Además, la mandataria acusó a la estadounidense American Airlines de  generar incertidumbre tras la decisión de la aerolínea de acotar el plazo de venta anticipada de pasajes ante las tensiones cambiarias cuando la brecha ente  el dólar oficial y el marginal ronda el 80%.

El diario Página/12 afirmó ayer que "el país tomó distancia de Washington". Por lo que "cualquier acercamiento ya necesitaría gestos políticos de la Casa Blanca si no quiere que Argentina consolide su relación con otros socios". El gobierno argentino profundizó en los últimos meses los lazos económicos y políticos con China y Rusia. La secretaria adjunta para Latinoamérica de Estados Unidos, Roberta Jacobson, reconoció que las relaciones con Argentina atraviesan por un "período difícil".

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