Más de $ 76.400 millones fue el monto asociado a los 195 proyectos certificados por Corfo para inversiones en investigación y desarrollo (I+D) durante 2016, superando en un 28% lo registrado en 2015. Esto, utilizando la ley de incentivo tributario, que permite a las empresas rebajar de impuestos el 35% de la inversión realizada, impulso que podría aumentar en 2017. Según lo adelantó Eduardo Bitrán, vicepresidente ejecutivo de la entidad de fomento, el próximo año los montos de proyectos certificados aumentará hasta los $ 90.000 millones.

"Es extraordinario, significa que se está generando un cierto cambio en las estrategias de negocio de las empresas", indicó Bitrán, si bien agregó que "todos los análisis internacionales de la Ocde muestran que Chile es en muchos casos el país más atrasado en la organización en términos de esfuerzo de inversión en I+D. El tema más crítico es que el esfuerzo privado es extremadamente bajo".

I+D para grandes empresas

El análisis del resultado de 2016 arrojó que el 68% de los proyectos certificados por Corfo para aprobar el incentivo tributario estuvo ligado a grandes empresas, y se dirigió en mayor medida a los sectores forestal y minero. En este sentido, destacó especialmente el esfuerzo de Forestal Arauco, asociado a su centro de I+D que opera hace 25 años, Bioforest, quienes presentaron a Corfo su inversión para los próximos cinco a siete años.

Frente a esto, Patricio Feres, gerente de innovación de Corfo, planteó que "necesitamos al menos 15 grandes empresas que tengan una estrategia de largo plazo en lo que refiere a I+D", si bien agregó que hoy en día "las tasas de innovación son menos de la mitad de lo que hacen los países desarrollados, tanto en los segmentos pyme como en las grandes empresas". Consultado por la baja participación de las pymes en los programas de I+D, Feres explicó que "el incentivo tributario es interesante principalmente para las grandes empresas (…) que tienen más capital y oportunidades para innovar". Al contrario, Feres explicó que las empresas startup "no venden nada hasta que se venden", por lo que no tienen incentivos a generar créditos tributarios.

Así, la manera de superar este "gran desafío", según enfatizó el experto, está siendo abordado desde un perfeccionamiento de la Ley de I+D, proyecto que podría presentarse los próximos meses, al alero de la división de innovación del Ministerio de Economía. Feres considera que "podría haber un beneficio tributario diferenciado" en el que las pymes y startups reciban un reembolso de su inversión en I+D en vez de un incentivo tributario. Por otra parte, sostuvo que se podría incluir un beneficio tributario por la adquisición de startups de base tecnológica.

Además, el gerente de innovación de Corfo indicó que "se podrían generar incentivos mayores cuando se haga I+D "extramuro", que es cuando la inversión considera universidades y centros de I+D". De acuerdo a datos de la corporación, solo un 7% de los proyectos postulados para utilizar el incentivo tributario en 2016 tuvieron este componente asociativo.

Más allá del incentivo tributario, Corfo también lleva adelante el programa I+D empresarial, que incluye subsidios integrados a la Ley de I+D, los que alcanzaron $ 11.750 millones en 2016, un incremento anual de 184%, mientras que los proyectos adjudicados llegaron a 81.

Por otra parte, Corfo afirma que se consolida también el programa de vinculación de empresas con universidades y centros de I+D, el lanzamiento del programa Portafolios de I+D+i para innovaciones de alto impacto lideradas por empresas y un programa nuevo llamado Alta Tecnología.

Enfocados en el mediano plazo, desde la institución remarcan que en cinco años el gasto en I+D del Chile como porcentaje del PIB debiese alcanzar al menos el que muestran países similares al nuestro (1%), mientras que el aporte de las empresas debería acercarse al 50% (hoy en torno al 30%). "Es fundamental pasar a una nueva fase, donde el país hace esfuerzos de I+D, a la vez que genera clusters", indicó Bitrán, es decir, las vinculaciones de los sectores de recursos naturales hacia servicios tecnológicos, como son los proveedores para la gran minería, la acuicultura, la industria forestal y alimentos más saludables, entre otros.

"Es la natural inflexión que debe ocurrir en un país que se basa en la producción y exportación de commodities, pero que quiere llegar al desarrollo", remarcó Bitrán, enfatizando en que "hay un insuficiente esfuerzo de innovación en el mundo empresarial (…); ha habido históricamente un enfoque más rentista, en el sentido de que solo hay actividad extractiva. Nos ha costado darnos cuenta de que eso no es sustentable en el largo plazo".

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