En toda la historia de la Tierra, han existido cinco extinciones masivas: Ordovícico-Silúrico (hace 439 millones de años), Devónico-Carbonífero (hace 367 millones de años), Pérmico-Triásico (hace 251 millones de años), Triásico-Jurásico (hace 210 millones de años), y Cretácico-Terciario (hace 65 millones de años). Con una duración de 30 días -como la del impacto del meteorito-, y entre 500 mil y un millón de años, han extinguido entre un 76 y un 85% de las especies, todo como resultado de eventos como una supernova, la fragmentación del supercontinente Pangea, erupciones masivas y otros.

Entonces, ¿es posible que estadísticamente exista la posibilidad de una nueva extinción masiva? La respuesta es sí, y en menos de 100 años, según un artículo publicado por el geofísico Daniel Rothman del MIT.

De acuerdo a Rothman, para sus cálculos tomó en cuenta datos paleontológicos y estableció una escala de tiempo vinculando un patrón: el hecho que las extinciones pasadas dependieron de la magnitud del cambio o interrupción del ciclo del carbono en los océanos.

De esta forma, analizó las 31 interrupciones ocurridas en los últimos 542 millones de años y determinó el carbono en los océanos en cada época, descubriendo que de las cinco extinciones que mencionamos, en cuatro se encuentra el mismo factor común, donde se superó el umbral del elemento químico. Luego, gracias a una fórmula matemática, estableció que al ritmo de los cambios climáticos producidos por el hombre se espera un escenario similar en poco más de 80 años, cuando el carbono en los océanos del planeta alcance las 310 gigatoneladas (310 millones de toneladas).

Asimismo, Rothman afirma que a diferencia de los procesos anteriores, que transcurrieron en millones de años, en este caso el cambio será más rápido, de unos 10 mil años desde el inicio. "Esto no implica que el desastre ocurra al día siguiente. Quiere decir que el ciclo del carbono entraría en un estado en el que ya no será estable, y que se comportará de una forma compleja de predecir", asegura.

En ese momento, el geofísico indica que estaremos en "terreno desconocido", y que tanto plantas como animales comenzarán a morir progresivamente, hasta llegar a ser considerado un desastre total.

Como una manera de evitar la catástrofe, Rothman asegura que la única forma es reducir las emisiones, proponiendo más estudios que permitan investigar sucesos similares en el pasado.

Fuente: Science AdvancesMIT