Chile cree

La Roja se mide con Argentina (20.00) por la final de la Copa América Centenario. Ni siquiera la presencia de Di María cambia los planes de Pizzi. El DT recurre a su once ideal.




Arturo Vidal no se conforma con nada; Alexis Sánchez día tras día sueña con transformarse en el mejor futbolista del planeta; Eduardo Vargas se vuelve el goleador más hambriento cuando viste de rojo. Y Gary Medel... Gary Medel es el reflejo del corazón de un país completo y deja hasta la última gota de sangre y sudor por respetar ese pacto.

Ahí está la clave de esta Selección. La base de esa ambición ilimitada en que se sustenta la ilusión de levantar la Copa América Centenario.

Como antes, como siempre, Chile no es favorito esta noche ante Argentina, en la final que se disputará en Nueva Jersey, a partir de las 20.00. Pero ya ocurrió igual en 2015 y el resultado lo conocen todos. La Roja dio la primera vuelta olímpica de su historia en las caras llorosas de Messi, Mascherano y Martino. Se quedó con la Copa América de verdad, la oficial, la que hoy no está en juego, y encandiló al mundo de la mano de Jorge Sampaoli en el banco.

No es suficiente, en todo caso. Para las estrellas del Equipo de Todos, no. Se fue Sampaoli, llegó Pizzi, pero el objetivo en la mente de los jugadores varió cero. La meta es ganar otro título, seguir confirmando que esta generación es la mejor que ha visto el balompié criollo. Una discusión de largo aliento que, justamente, regalan estos futbolistas a la hinchada local. Hasta hace unos años la duda no existía, los mundialistas del 62 ganaban por masacre.

Efectivamente Argentina venció a Chile en sus últimos dos partidos, por Eliminatorias y en el estreno de ambos elencos en el torneo que hoy se juegan. La comparación más importante, sin embargo, es la definición de 2015, en la que la Roja jugó un partido casi perfecto. Esos son los niveles que deben alcanzar sus figuras para arruinar, una vez más, los deseos albicelestes.

Para Pizzi es fundamental que su trío dorado, el que conforman Díaz, Vidal y Aránguiz, marque el ritmo del partido. A esa conclusión llegó luego de la clase que le dio Martino hace pocos días, cuando Argentina ganó 2-1 en Santa Clara. Chile ha cambiado mucho desde ese día, sin embargo. Partiendo porque el DT dio con su oncena ideal, con Vargas en el centro del ataque (se acabó lo del 9 de área tradicional) y con la dupla Isla-Fuenzalida para dominar la banda derecha. Medel y Jara son fijos, mientras que por la izquierda los niveles de Beausejour y Sánchez (con la libertad que goza Alexis) han sido muy altos en los duelos previos ante Panamá, México y Colombia.

Macanudo, a diferencia de sus días más complicados, no quiere inventar nada nuevo. Apuesta a que los rendimientos estarán en su máximo. Apuesta a la presión y al dominio, la única fórmula que exprime lo mejor de su plantilla.

Para eliminar tensiones, les permitió a sus jugadores que estén con familiares en el hotel. Para liberar la mente antes de centrarse únicamente en nombres como Messi, Higuaín y Di María, que ayer fue confirmado como titular. Porque Chile cree. No le teme al coloso sudamericano. Porque para esta generación un título no es suficiente. Y dos tampoco llenarían ese deseo de ganarlo todo.

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