En campaña: La salida en tres idiomas de ME-O

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Comenzamos a seguir a los presidenciables en sus eventos y recorridos para responder preguntas y captar votos. Partimos esta semana con el candidato del PRO.




Dos hombres repasan los colores del mural que está en la fachada de La Chascona, totalmente indiferentes al grupo de periodistas que se preparan para recibir, con 25 minutos de atraso, al abanderado presidencial del PRO, Marco Enríquez-Ominami (ME-O).

La llegada del candidato parece ensayada, casi como una coreografía, con sus cinco acompañantes y tres escoltas -los que contribuyen a hacer número entre los nueve adherentes que lo esperan junto a los medios- blindándolo. ME-O va en el centro, con el cabello perfectamente peinado hacia un lado, sonriendo y caminando por la calle que termina en unas empinadas escaleras, en dirección a su punto de prensa. Entonces, el ritual sigue: saludos de mano o beso en la mejilla a cada uno de los asistentes.

Casi al partir a hablar, irrumpe uno de sus asesores: "El candidato va a contestar sólo 25 preguntas". Todos ríen porque saben que está ironizando sobre su oponente de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, que generalmente, dicen, sólo da tres respuestas. El ambiente distendido es parte de la rutina que el abanderado del PRO sigue en sus encuentros con los medios y las personas, salvo, claro, cuando va a Tolerancia Cero y a Fernando Paulsen se le arranca un garabato mientras le habla. Dicho episodio enfureció al candidato quien no sólo se enojó en cámara, sino que la mañana siguiente insistió con el tema: "¡Buenos días a tod@s los hueones de Chile! Así es como los periodistas de los poderosos quieren tratarnos. #TodosSomosHueones", escribió en Twitter.

En la cita de ME-O en La Chascona nadie le pregunta por el garabato y ni siquiera por la imitación que hizo Kramer de él a raíz de su molestia.

Hoy, el presidenciable no está en la casa santiaguina de Pablo Neruda porque sí, sino porque es uno de los lugares más transitados por los turistas, lo que para el abanderado y su equipo lo convirtió en el lugar ideal para celebrar el Día Nacional del Turismo. Pese a eso en la casi media hora de conversación no hay ninguna mención al nobel.

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ME-O, aseguran desde su comando, tiene un encuentro con la prensa por día a lo que se suman actividades como recorridos por ferias, sindicatos, lanzamientos de sedes y cenas de recaudación. Generalmente va acompañado de su señora, Karen Doggenweiler, quien hace dos semanas pidió permiso sin sueldo en TVN para sumarse a la tercera campaña presidencial de su marido. Ahí, ella hace de anfitriona, se preocupa de distender el ambiente en los encuentros, de que todos estén cómodos y es la primera en aplaudir las intervenciones políticas de su marido. El resto la sigue. Ahí se ve muy distinta al video publicado el miércoles en el que la animadora atribuye los resultados de la encuesta Cadem -que posiciona ME-O con un 3 por ciento en intención de voto- al hecho de que el responsable de la encuesta sea RobertoIzikson, quien antes fue funcionario de la administración de Sebastián Piñera.

Pero a La Chascona, Doggenweiler no llegó. Sí estuvo con él el domingo pasado, previo a la ida a CHV, en su comando en Providencia donde hizo otra pauta para anunciar una serie de compromisos con los funcionarios públicos, en la que una vez más hubo una serie de bromas dirigidas al contendor de la Nueva Mayoría. También tuvo palabras para el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, o más bien para el Banco Estado, institución a la que critica porque el préstamo de mil millones que le hizo al ex presidente mientras que a Alejandro Guillier se le niega por su condición de parlamentario. También aprovechó la oportunidad para hablar de la incertidumbre económica por la que -dice- él mismo atraviesa para financiar su campaña, agregando que "su señora" tuvo que dejar de recibir sueldo para poder ayudarlo, tal como varias de las casi 15 personas que lo acompañaban en el comando.

Al finalizar la pauta se abrazaron todos. Algo esperaban. "¿La música?", preguntó dos veces Doggenweiler, con una sonrisa que no escondía que lo que estaba haciendo era dar una instrucción. "¿La música?", repitió el candidato. La melodía nunca sonó. El encargado de ponerla no apareció. "Debe estar en el baño", explicó la postulante a primera dama, entre risas, quien al finalizar la reunión se acercó a conversar con cada uno de los asistentes.

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En La Chascona también se repiten los abrazos. En medio de eso, uno de los dos hombres que al comienzo estaban sólo interesados en la pintura de la fachada sucumbe y se acerca a pedirle una selfie y un video para su madre. Inmediatamente se acerca Marcos Ortiz, el vocero de la candidatura, a preguntarle algunos datos para que ME-O pueda tratarlo directamente por su nombre.

"Contesté 24 preguntas", sigue bromeando el candidato ya con ánimo de partir hasta que se acerca un haitiano a preguntarle quién es. El candidato le contestó en francés, se sacó una foto con él y expuso a los presentes una serie de referencias sobre los vínculos históricos que hay entre ambos países. Luego fue el turno de una pareja brasileña que seguía atenta el encuentro con la prensa y se acercan al protagonista. "¿Una foto?", le piden. ME-O no sólo saca él mismo la selfie; conversa ahora en portugués y les habla de sus lugares favoritos en Brasil. "Si fuera chileno, votaría por usted", le repiten ellos con entusiasmo.

Ninguno hace alusión a la investigación judicial en torno al vínculo entre ME-O y la constructora brasilera OAS, por el polémico avión privado que utilizó el candidato en su anterior campaña y que, finalmente, no fue declarado en la rendición de cuentas que se entregó al Servel.

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