Basher Assad, el gran sobreviviente de la guerra

Basher Assad

Las fuerzas de la coalición, que lidera Washington, recuperaron días atrás el casco antiguo de Raqqa, la capital del Estado Islámico. El Presidente sirio dio a conocer en agosto su visión para iniciar un proceso de transición en el país.




Cuando han pasado más de seis años de conflicto, la figura del Presidente sirio, Basher Assad se posiciona como uno de los grandes "ganadores" a medida que acumula éxitos militares.

En este sentido, a comienzos de septiembre las fuerzas que luchan en nombre de Assad -entre las que figuran las milicias iraquíes, Hizbulá y el Ejército sirio- tomaron el control de Deir ez-Zor, uno de los últimos bastiones del Estado Islámico. A ello se suma que la alianza kurdo-árabe apoyada por Washington en Siria expulsó el 1 de septiembre al grupo de la ciudad vieja de Raqqa, acercándose así a las posiciones más fortificadas de los yihadistas en el centro de la localidad. Con este nuevo avance, los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que entraron en la "capital" del EI el pasado 6 de junio, ya controlan más del 60% de la ciudad, en poder de los yihadistas desde 2014.

Pero hay más. En un desplazamiento inusual durante estos años de guerra -que han dejado 330 mil muertos y más de 11 millones de refugiados y desplazados- Assad viajó fuera de Damasco, hasta la localidad de Qara se mismo 1 de septiembre para celebrar la oración del Aid al Adha.

Pero el mandatario ya había comenzado a dar señales de triunfo. La primera ocurrió el domingo 20 de agosto, cuando dio a conocer su visión hacia una transición política en el país y lanzó una advertencia hacia los poderes extranjeros que han presionado por un cambio de agenda. "No habrá ni cooperación de seguridad, ni apertura de embajadas, ni un papel para algunos Estados que dicen querer buscar una salida (a la guerra en Siria) mientras no hayan roto sus relaciones de manera explícita con el terrorismo", dijo en un discurso delante de los miembros del cuerpo diplomático sirio.

"Hemos hecho fracasar los planes occidentales (contra Siria) pero esto no quiere decir que hayamos ganado, la batalla continúa", añadió Assad en su alocución, en referencia a la continuación de los combates en varios frentes en Siria.

Otra muestra de la confianza que tiene el gobernante sirio tuvo lugar el 17 de agosto, cuando se abrió la primera feria de comercio en cinco años en Damasco. Según el diario londinenses The Times, dignatarios de 42 "países amigos" llegaron a la capital siria para impulsar la inversión y los contratos de reconstrucción. Por primera vez desde que se inauguró el evento en 1954, advirtió el periódico, se les permitió a las empresas extranjeras que vendan los productos que pusieron en exhibición, ignorando las estrictas leyes de importación de Siria.

El primer ministro sirio, Imad Khamis señaló que la prioridad iba a ser para los "países amigos y hermanables que respaldaron a Siria en su guerra contra el terrorismo". En ese sentido, Rusia ha ganado una serie de contratos de construcción, al tiempo que un acuerdo de libre comercio firmado en noviembre despejó el camino para que Siria exporte sus productos agrícolas. Irán, por su parte, tampoco se ha quedado atrás y se le otorgó una licencia para operar una red de teléfonos celulares así como otorgar crédito para mantener la economía del país a flote.

¿Nueva fase?

Para el analista Hassan Hassan, coautor del libro ISIS: Inside the Army of Terror, ya llegó la hora que los opositores del régimen se den cuenta que quienes los respaldaban en la región ya dieron vuelta la página. En una columna escrita para el diario emiratí The National menciona reportes sobre una reunión ocurrida hace un mes entre el canciller saudita Adel Al Jubeir y el Comité de Altas Negociaciones de la oposición siria, en la que éste les habría pedido que se resignaran a que Assad seguirá en el poder. Si bien la cancillería saudita disputó la precisión de los reportes, un representante de la oposición presente en el encuentro señaló que Al Jubeir había expresado a la oposición que el foco de la comunidad internacional se había alejado de los intentos de derrocar al régimen y que varios bloques opositores deberían unirse para formar un frente mayor de negociación.

Según Hassan, los miembros de la oposición temen que la nueva postura saudita revierta el consenso opositor alcanzado en diciembre de 2015, en el que Assad debía retirarse a comienzos de un período transicional.

El diario británico The Guardian consultó con tres diplomáticos, que no quisieron ser identificados, respecto de la próxima fase del conflicto y todos concordaron que éste estará marcado por la continua reimposición de la autoridad por parte de Damasco, con una fuerte participación de Irán y Rusia, los que compiten por un rol decisivo en la Siria postguerra, al mando de Assad.

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