El autoexilio de Rosenblut en Miami

Jorge Rosenblut

Dos años cumplirá Jorge Rosenblut, ex presidente del grupo Enersis, viviendo full time en Miami. En esa ciudad se instaló, tras ser vinculado al financiamiento irregular de la campaña de Bachelet, lo que le costó su cargo en el holding eléctrico. En estos casi 24 meses, Rosenblut redujo su círculo de amigos y ha intentado rearmarse profesionalmente en EE.UU., aunque no le ha sido fácil. Todo, mientras el flanco judicial aún permanece abierto.




En noviembre de 2014, Jorge Rosenblut Ratinoff (hoy de 64 años) no escondía su orgullo por haber conquistado uno de los cargos más importantes en el mapa corporativo latinoamericano: la presidencia del grupo Enersis. Lo veía como la culminación y el reconocimiento a una carrera de 15 años en la compañía que opera en cinco países de la región y que es controlada por la italiana Enel. "Yo soy garante de la transparencia y el governance de un grupo que cotiza en Santiago y Nueva York", declaraba entonces Rosenblut a medios locales, sin imaginar que ese logro tendría una pronta fecha de vencimiento y marcaría un amargo registro en la historia del holding.

Siete meses después de su nombramiento, el máximo ejecutivo fue relevado de su puesto por los italianos, convirtiéndose así en el presidente del conglomerado eléctrico que menos tiempo estuvo en el cargo, desde fines de los 90.

La permanencia de Rosenblut se hizo insostenible para los italianos. Su vinculación con la obtención de recursos para la campaña presidencial de Michelle Bachelet en sus tiempos en Endesa Chile, compañía que presidió entre 2009 y 2014, generó profundo malestar en Enel. Los europeos vieron que ponía en serio riesgo el proceso de reorganización societaria de Enersis, que en ese momento estaban impulsando, y Rosenblut se vio obligado a renunciar el 30 de junio de 2015, aunque hasta el último minuto intentó seguir ligado al grupo como su representante en Estados Unidos. Esa aspiración, sin embargo, no tuvo acogida en los italianos.

Desde entonces, el ex máximo ejecutivo se sumergió en un autoimpuesto ostracismo.

*Su ostracismo en Miami

Tras su salida de Enersis, Rosenblut -ex militante PPD y ex subsecretario en los gobiernos de Patricio Aylwin y de Eduardo Frei Ruiz-Tagle- tomó la decisión de autoexiliarse. A fines de julio de 2015 trasladó toda su vida a Miami, ciudad donde por más de una década y hasta entonces residía la mitad de su tiempo. Se mudó de la casa que tenía en el distrito de Miami Beach a un departamento ubicado en la misma zona, cuentan.

En este tiempo ha mantenido escaso contacto con Chile. "Se fue a refugiar, decepcionado de muchas personas, porque sintió que lo dejaron solo, por eso ha querido estar lo más lejos posible, casi aislado del país", comenta un amigo del ex mandamás de Enersis, que anticipa que no tiene intenciones de regresar. Al menos, hasta que no se cierre el flanco judicial.

Con uno de los pocos con quien está en permanente comunicación es con su abogado de cabecera, Gabriel Zaliasnik. A distancia, el otrora timonel del holding eléctrico monitorea la estrategia legal que ha diseñado su defensa en caso de eventuales indagatorias por el uso de boletas ideológicamente falsas para el financiamiento de la política. El equipo legal de su defensa también lo integra el abogado Mario Vargas.

En su entorno aseguran que tras dejar el país, Rosenblut en estos dos años sólo un par de veces ha vuelto a pisar suelo chileno, lo que ocurrió el año pasado. Ocasiones en las que se juntó con sus abogados para coordinar asuntos legales.

Pero el resto de estos casi 24 meses se ha comunicado sólo con unos pocos amigos, mayoritariamente vía telefónica, por WhatsApp o correo electrónico. En su círculo algunos confidencian que se han espaciado esas conversaciones y que suelen realizarse cada tres o cuatro meses. Otros, incluso, admiten tener noticias suyas con una frecuencia menor, entre seis u ocho meses. "Parece que a Rosenblut se lo hubiera tragado la tierra, está como escondido. Perdió visibilidad, no se quiere exponer a nuevos ataques", asevera un cercano. De hecho, cambió su número de celular y sólo un puñado de sus antiguas amistades tiene sus actuales coordenadas.

Tampoco conserva su relación sentimental con la ex ministra del Trabajo Ximena Rincón. Aunque en el verano fueron vistos paseando juntos por un mall de la ciudad del estado de Florida, hace unas semanas en una entrevista en revista Paula ella reconoció que está sola.

Mientras estuvo en nuestro país, el ex presidente de Enersis lo pasó mal. En privado solía repetir que su vinculación con el financiamiento ilegal de la política había sido una operación concertada, porque, decía, generaba anticuerpos que alguien identificado con la centroizquierda llegara al mundo empresarial a un nivel alto y destacado.

Ese rechazo, comentó en más de una ocasión, lo sintió muy fuerte, sobre todo cuando actores cercanos al mundo de la derecha, en privado y de manera pública, se le vinieron encima.

José Antonio Guzmán, ex presidente de la eléctrica y de AFP Habitat, fue uno de los críticos a Rosenblut. "Es impresentable para los accionistas y para la opinión pública que Jorge Rosenblut siga en su cargo", cuestionó en esa época.

Rosenblut apuntó también a otro factor para explicar el trato recibido: el no pertenecer a la elite. En 2014, en una entrevista él explicó así su ascenso. "Un medio de prensa dijo que yo había tenido una carrera meteórica, pero la verdad es que me demoré 50 años en cruzar los 50 pasos que separan Alonso Ovalle 612, donde viví con mis padres desde los seis a los 11 años, hasta mi nueva oficina".

*La difícil reinvención

Al ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile y máster en Administración Pública de Harvard le molestaba que lo tildaran de político o de operador. Siempre buscó ser reconocido como empresario, hombre de negocios y como un gestor de redes. "Cuenta con importantes nexos en los sectores privado y público, un perfil transversal que a los italianos de Enel les acomodó cuando pensaron en él", relata una fuente que compartió directorio con él.

Es esa faceta de "puente y buen conector" la que Rosenblut ha intentado desplegar ahora en Miami; también la de asesor, consultor y desarrollador de proyectos, confidencian fuentes allegadas a su entorno.

En esta nueva etapa laboral que está viviendo ha hecho algunas variaciones respecto de lo que fue su período anterior en la ciudad norteamericana. El actual Rosenblut, mencionan, está empecinado en combinar su perfil de hombre de negocios tradicional con una dimensión más moderna y cercana a los nuevos inversionistas. Para ello, ha explorado negocios, inversiones y buscado socios tanto en sectores convencionales, como también en rubros más innovadores.

Una de las primeras medidas que tomó luego de instalarse definitivamente en Miami fue dejar su habitual oficina en el piso 19 de un edificio de la calle Brickell, en el corazón financiero de la ciudad. Se trasladó a otro edificio cercano, pero bajo una modalidad distinta.

Ahora, arrienda un espacio de trabajo en el cowork Pipeline, ubicado también en Brickell, donde comparte con emprendedores, start-ups y profesionales independientes. Ese mundo es el que busca conquistar, cuenta un conocido.

Cercanos al ex ejecutivo admiten que no le ha sido fácil rearmarse profesionalmente después de su bullada salida de Enersis y de su cuestionado rol como recaudador de la campaña de Bachelet. Reconocen que sufrió un daño reputacional y que, por lo mismo, algunas puertas se le han cerrado en el mundo de los negocios y de las empresas.

*Desde plataformas a comida rápida

Hoy, Rosenblut intenta encontrar su estabilidad laboral y recuperar su prestigio. Con ese objetivo, reactivó su consultora Strategies& Business Development, firma que preside. Con ella, está dedicado a asesorar a empresas que desean instalarse en Estados Unidos o hacer negocios con ese país desde otros mercados latinoamericanos. "Ha sido un terreno que ha explotado a partir de los diversos contactos que ha logrado granjearse en el mundo privado", comenta un ejecutivo que lo conoce.

También está buscando atraer inversionistas para emprendimientos menos tradicionales ligados a distintas plataformas tecnológicas. Aunque hasta ahora, comentan, se trata de iniciativas en fase muy preliminar. "Quiere desempeñar un rol de enlace entre emprendedores y financistas", añaden.

En paralelo, ha explorado opciones en los rubros que ya conoce. A inicios de los 2000, Rosenblut operó en el sector inmobiliario junto a la firma de arquitectura Archiplan -de Jaime e Ignacio Hernández y Raimundo Onetto- y a Patricio Kreutzberger -hijo de don Francisco. Se dedicaron a construir edificios. Pero ambas relaciones laborales terminaron y hoy los ex socios no mantienen contacto.

A Rosenblut le atrae ese rubro y quiere aterrizar nuevamente en él. Con ese norte, ha comenzado a investigar el mercado en busca de un socio y de oportunidades. "Su idea no es colocar grandes sumas de dinero, sino tener participaciones menores junto a uno o más socios capitalistas", detallan en ese sector.

Quienes lo conocen afirman que tiene una valiosa red de contactos en el mundo financiero estadounidense y a ella también ha recurrido en este tiempo para, entre otras cosas, tratar de aliarse en el desarrollo de proyectos estratégicos de capital de riesgo.

Comentan que también ha tocado puertas a reconocidos empresarios chilenos con negocios o filiales en Estados Unidos, ofreciendo lo que considera su principal activo: su amplia red de contactos. No por nada en círculos empresariales se jactaba de ser el chileno mejor contactado en la Casa Blanca en la era de los demócratas.

Además, ha tenido acercamientos con family office con inversiones en Miami para evaluar iniciativas relacionados con el retail, la educación superior, la salud y la comida rápida. Asimismo, aseguran, tendría interés en recalar en algún directorio de empresa.

*Su faceta de conferencista

Una veta que Rosenblut está desarrollando en Miami es la de conferencista. Está inscrito como tal en el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad de Florida. El 9 de marzo pasado realizó una charla sobre Energía y Seguridad Ambiental, en el marco de un seminario que organizó el Centro Latinoamericano y del Caribe de Kimberly Green de esa casa de estudios.

En tierras americanas, Rosenblut ha tratado de tener un rol más activo que el que tenía en Chile en la comunidad judía. Mencionan que participa con frecuencia de las actividades del Centro Comunitario Judío de Miami.

De su paso por Enersis, Rosenblut conserva algunos vínculos en España y otros menores en Italia. Cada cierto tiempo se embarca rumbo al continente europeo con la expectativa de poder traducir algunos de esos lazos en un vínculo laboral permanente. Todo, mientras la arista judicial aún permanece abierta.

*El flanco legal

El 10 de julio de 2015, Rosenblut compareció ante la Fiscalía Nacional, tras ser citado en calidad de imputado en el marco de la investigación del caso SQM, por presuntos delitos tributarios relacionados con el financiamiento irregular de campañas políticas. Testificó por más de cinco horas, luego de que su nombre apareciera en la declaración del geógrafo Giorgio Martelli, quien lo sindicó como la persona que lo contactó con al menos dos empresas para gestionar aportes a la campaña de Michelle Bachelet. "Rosenblut no ha vuelto a declarar ante la justicia, pero la causa inexplicablemente aún está abierta, porque supuestamente quedan diligencias pendientes", explica su abogado Mario Vargas.

El año pasado, los persecutores del caso Penta, Manuel Guerra y Carlos Gajardo, lo volvieron a citar en dicha indagatoria, pero Zaliasnik apeló al fiscal nacional, argumentando que se habían excedido en sus atribuciones al citar a quien ya es imputado en el caso SQM.

A casi 7.000 kilómetros de distancia, Rosenblut sigue con atención cuál será el desenlace de la arista penal que aún lo mantiene en tela de juicio y alejado de Chile.

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