Asignaciones representan el 76% de sueldos de funcionarios públicos

Prácticamente tres de cada cuatro pesos que reciben los empleados del sector público de Chile, esto es funcionarios a contrata y de planta, que superan los 236 mil trabajadores del gobierno central, corresponde a asignaciones. Dicho de otra forma, solo el 25% de sus ingresos lo constituye el sueldo base.

Entre enero y septiembre de 2017, sumando asignaciones profesionales, de zona, compensatorias, por antigüedad, especiales o por turno -entre casi 50 incentivos de remuneraciones para los distintos servicios del aparato público- el gobierno ha pagado $ 3,7 billones o unos US$ 5.841 millones (al tipo de cambio actual).

En cambio, los ingresos percibidos como parte del sueldo base alcanzan a $ 1,13 billones en los primeros nueve meses del año (US$ 1.784,3 millones), lo que implica que el sueldo completo de los funcionarios del sector público -considerando ministerios, el Congreso Nacional y las Fuerzas Armadas, entre varios otros- está conformado en 76,6% de asignaciones.

Pero esta composición no es exclusiva del presente año, ya que es la misma tendencia que se observa desde al menos 2010, con un par de excepciones. Así, el gasto por concepto de sueldos pagado por el gobierno central el año pasado alcanzó a un poco más de $ 11,8 billones (US$ 18.621,1 millones) para el personal a contrata y de planta, donde 76,2% del total, casi $ 9 billones, fue percibido por asignaciones (ver infografía).

Las excepciones se dieron en 2014 y 2011, donde el porcentaje de sueldo en base a asignaciones fue de 51,6% y 66,5%, respectivamente.

Adicionalmente, cabe destacar que en lo que va de gobierno -desde 2014- se han gastado $ 34,55 billones en sueldos, donde $ 24,56 billones corresponden a asignaciones (71% del total), mientras que en el gobierno anterior el gasto en sueldos llegó a $ 15,53 billones, con $ 11,72 billones de pago de asignaciones (74,4% del total).

Respecto a este fenómeno, el ex subdirector de Dipres y académico de la Usach, Guillermo Pattillo, explicó que se origina a partir de la década de 1960, "con la antigua escala única de remuneraciones", donde asegura que una vez se ingresa al sector público "el sueldo es en esencia inamovible, salvo por reajustes legales, por acumular tiempo como funcionario, y por la posibilidad de subir de grado en la institución".

Así, señaló que "la única manera que ha encontrado el sistema de construir el sueldo es a través de asignaciones, pero es un esquema obsoleto". Además, Pattillo criticó que "estas asignaciones no están en ningún caso ligadas al desempeño o productividad del individuo". Enfatiza que en Chile no se ha realizado una revisión profunda del sistema de remuneraciones, sino que solo "se ha ido parchando en el tiempo".

Al contrario, Rodrigo Cerda, director alterno de Clapes UC, defendió el esquema de asignaciones señalando que "si se incorporaran al sueldo base se perdería cualquier oportunidad para mejorar el sistema de incentivos monetarios para una mejor gestión". Coincidió en que "el problema del programa de mejoramiento de gestión (PMG) es que las metas a cumplir son muy fáciles, por lo que el sistema pierde la capacidad de mejorar la gestión, transformándose en un aumento de renta".

Tomando como referencia el pago de las asignaciones al cierre del tercer trimestre de 2017, la denominada "Especiales de las Fuerzas Armadas y de Orden" ya suma más de $ 742 mil millones, representando así el 20% del total del pago por este concepto. En tanto, en 2016 esta misma asignación registró poco más de $ 903.300 millones, en torno al 10% del total pagado por asignaciones durante 2016.

Mientras tanto, a nivel de Servicios, Carabineros lideró el pago de asignaciones entre enero y septiembre, superando los $ 487.114,6 millones. Además, lideraron en el pago de sueldo base, sumando un total de $ 152.155 millones.