Apple, a cinco años de la muerte de Steve Jobs

Tim Cook, sucesor del fundador de Apple, ha logrado gerenciar exitosamente la compañía, convirtiéndola en la de más valor bursátil del planeta. Sin embargo, sus detractores lamentan la falta de innovación del actual líder, pero por sobre todo, el extravío del misticismo. Exigen una inyección creativa urgente.




Nunca te preguntes qué es lo que haría yo. Sólo haz lo que está bien”. Fue uno de los últimos consejos de Steve Jobs a su sucesor, Tim Cook, pocas semanas antes de morir a causa de una breve pero intensa batalla contra el cáncer de páncreas.

El 5 de octubre de 2011, a los 56 años, Jobs, uno de los visionarios tecnológicos más prominentes del último siglo, fallecía dejando tras suyo una huella imborrable en el área tecnológica, además de un legado de películas biográficas, documentales y libros que resumían su inagotable desarrollo de aparatos innovadores y futuristas y que en muchos casos eran desconocidos hasta que él creó la necesidad de utilizarlos.

Apenas un par de semanas antes de su muerte, Jobs había renunciado a su puesto de presidente ejecutivo en Apple, dejando a su mano derecha como el delegado y máximo responsable de la compañía. Fue entonces cuando surgieron dudas sobre la idoneidad de Cook para el cargo.

El estatus mesiánico de Jobs pesaba como una cruz difícil de cargar, más aún con las expectativas de los fanáticos de la marca, el aún tímido despegue de la plataforma Android y el carisma impuesto por la delgada figura del cofundador de la empresa, con una conocida historia que lo recuerda como el salvador de una compañía que junto a Steve Wozniak habían levantado en un pequeño garaje californiano.

Cinco años y varias generaciones de iPhone después, Cook no sólo mantuvo el liderazgo de la empresa, sino que aumentó su valor a cerca de US$750 mil millones en febrero de este año, una gran diferencia con los US$337 mil millones de Apple en 2011, y con utilidades netas de 53 mil millones de dólares en 2015, superior a la combinación de Facebook, Amazon y Microsoft.

Aún así, muchos expresan sus dudas ante el futuro: las ventas del iPhone y del iPad han disminuido por la saturación del mercado, y el Apple Watch, su promocionado reloj, no se ha convertido en un aparato exitoso.

El legado 

Lo que es innegable hasta hoy, es el enorme potencial innovador desarrollado por la marca. Desde Macintosh -el primer computador personal que incorporó el mouse (ver infografía)-, el iPod, la tienda virtual iTunes, el iPad y por sobre todo el iPhone, de una u otra forma los productos han logrado marcar un antes y un después en sus respectivas áreas.

Sin embargo, no todo ha sido fácil en estos cinco años. La guerra con Samsung, el peso de las marcas chinas y los problemas de patentes han sido algunos de los puntos más representativos para una gestión que aún así ha tenido más altos que bajos.

Para Mario Romero, editor de Transmedia.cl, “estos cinco años han sido dífíciles, debido a que básicamente Tim Cook ha sido un administrador del legado de Jobs, pero no necesariamente un innovador”, agregando que “el nuevo CEO ha ofrecido más de lo mismo, con una visión más mercantilista y comercial que su antecesor”.

El periodista Alejandro Alaluf concuerda con la falta de innovación de Apple como el punto débil de los últimos años, aunque también apunta a lo exitoso de la administración de Tim Cook, afirmando que en términos generales, éste último le abrió la mano a la gestión anterior, ya que incluso en la expansión de negocios Jobs era conservador.

“Cook ha democratizado la marca”, señala, añadiendo que “con Steve Jobs, Apple era percibido como una marca ligada al segmento premium, arribista y alternativa, y gracias a Cook los productos han llegado a China, un mercado clave en el último tiempo”.

Sin embargo, esto implica un gran sacrificio en la mencionada área de la innovación. “Hace mucho que Apple dejó de ser innovador, actualmente sólo toma lo mejor de otras plataformas y lo utiliza en sus tecnologías”, sentencia.

Asimismo y como era de esperar, con el tiempo se perdió el estatus religioso y el misticismo de la marca. “Jobs se transformó en una celebridad tecnológica como pocas veces se ha visto; algo que no ocurrió en empresas como Google y Microsoft en la actualidad. Jobs causó esa personalización, y además, como líder, tomaba la iniciativa con las ideas rupturistas”, afirma.

“Cook es un líder para la compañía, pero dudo si es un líder tecnológico”, resume Alaluf.

El (incierto) futuro 

Según las decenas de historias que pululan alrededor de una marca tan hermética como Apple, existen algunos productos que Jobs dejó “listos” antes de fallecer, como el Apple Watch, el sistema de pago Apple Pay, el lector de huellas, el iPhone 5 y el ultra rumoreado “proyecto Titán”, el auto eléctrico inteligente de la marca, que competiría con Tesla de Elon Musk.

Se cree que la realidad aumentada, un sector que en el último tiempo ha adquirido notoriedad gracias a aplicaciones como Pokémon Go, sería parte de la visión de Tim Cook, quizá un reto que tal como la eliminación del puerto de audífonos de los nuevos iPhone 7, estaría dispuesto a correr.

Mario Romero advierte que a este ritmo, “como concepto a Apple le quedan dos o tres años más de vida, pero necesita una inyección creativa urgente antes que las empresas chinas o Samsung lo alcancen en términos de innovación”.

“Es lo que se le exige por ser la empresa más importante del planeta: no quedarse de brazos cruzados”.

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