Analista del King's College London en Doha: "No se puede ganar esta guerra con fuerzas como las de EE.UU."

A juicio del experto, la batalla contra el Estado Islámico no será exitosa con fuerzas extranjeras, sino con una que tenga conexión con la comunidad local.




Andreas Krieg es profesor asistente en el departamento de Estudios de Defensa del King's College en Doha. En la actualidad trabaja para la compañía Serco Middle East como contratista de las Fuerzas Armadas de Qatar, donde ofrece asesoría sobre la reforma al sector de seguridad de ese país. En conversación con La Tercera, Krieg analiza los avances del Estado Islámico en Irak y en Siria y los esfuerzos por contener al grupo yihadista.

¿Cómo evalúa los esfuerzos de la coalición?

Creo que es muy desalentador. Comparto la crítica al gobierno iraquí y a las milicias chiitas, pero hay que entender que se está peleando contra insurgencia en vez de fuerzas unidas. Estas han hecho lazos con la población local y eso es algo que las milicias chiitas no pueden hacer. El gobierno iraquí necesita de las milicias chiitas para combatir al Estado Islámico que, al final de cuentas, es un grupo sunita, que tiene lazos con la población local en las áreas sunitas. Entonces están las milicias y las fuerzas de seguridad que tienen el respaldo del gobierno, que es predominantemente chiita y ellos luchan contra un enemigo, que es el Estado Islámico, que es parcialmente respaldado por la población local. Esto crea un desequilibrio. Básicamente  lo que tiene que hacer desde fuera, si es que se mira a Estados Unidos o a sus socios del Golfo, es encontrar a un representante sunita, de tribus sunitas, que sea entrenado, equipado y controlado por fuerzas especiales, para que retomen el control de las provincias que han sido tomadas por el Estado Islámico. Pero tiene que ser hecho no desde fuera, porque esta lucha no se puede ganar con fuerzas extranjeras, como los estadounidenses. Es, a veces, una guerra sectaria, con una insurgencia sectaria, entonces no se puede ganar con fuerzas externas y los chiitas son considerados por la población local como outsiders.

¿Cómo debe ser este representante?

Primero, debe tener legitimidad con la comunidad local, en Ramadi, por ejemplo. Hay que considerar que son sociedades tribales, entonces tienes que encontrar al líder indicado en la tribu indicada, que estén dispuestos a pelear en contra del Estado Islámico y hay muchas tribus a las que se les puede dar apoyo para que se enfrenten al grupo, pero ahora no cuentan con este respaldo externo. La gente no confía en el Ejército iraquí, ya que ha sido entrenado por los estadounidenses y tiene el respaldo de Irán, dos de sus enemigos. No creen que puedan luchar por ellos, no ven que estas fuerzas de seguridad puedan luchar contra el Estado Islámico. Tan pronto como el Estado Islámico lanzó una ofensiva contra Ramadi, la gente comenzó a huir. Es lo mismo que ocurrió en junio del año pasado en Mosul. Otro tema son las fuerzas especiales iraquíes, compuesta casi un 90% por chiitas y tienen un vínculo con el ex primer ministro Nouri al Maliki (2006-2014).

El problema es que estas fuerzas tienen conflictos para crear un mando y un control. Muchas de las fuerzas de seguridad no tienen un vínculo directo con el nuevo primer ministro Al Abadi. Entonces estas fuerzas de seguridad no luchan por Irak, por los chiitas, tampoco por los sunitas. Son ineficaces, son una fuerza sectaria privada de Al Maliki y ese es el problema en esta clase de insurgencia, porque no hay relación entre la población local y estas fuerzas de seguridad.

En Siria el régimen de Assad ha tenido reveses, como la caída de Palmira ¿Cree que el Estado Islámico esté ganando la batalla?

En Siria la situación es un poco distinta, pero está relacionada. Allí tienes tres partes que pelean esta guerra: el régimen, el Estado Islámico y la oposición, que se encuentra al medio de los otros dos. Algunos de ellos son islamistas también, pero no yihadistas como el EI. La oposición moderada Siria está básicamente destruida, así que es muy difícil para ellos luchar contra dos enemigos al mismo tiempo. La oposición es muy débil ahora y necesita entrenamiento, equipamiento y control desde el exterior. Existe una alianza ahora entre Arabia Saudita y Turquía para apoyar algunos de estos grupos. El problema es que hay dos centros importantes que están en control del EI, Raqqa en Siria y Mosul en Irak. Si quieres llegar a cualquiera de los dos tienen que tener una gran fuerza, los ataques aéreos no van a hacer ninguna diferencia. Lo que han hecho en Irak que es confiar en milicias chiitas para luchar esta guerra en terreno, en Siria no existe eso. Ahora no hay nada que se pueda hacer para enfrentar al EI, aparte de lo que puede hacer el régimen de Assad. Por eso ahora hay voces que dicen que hay que apoyar al régimen, pero esa no es la solución. Lo que se tiene que hacer es apoyar y fortalecer a la oposición moderada, porque son la única fuerza que puede contener al EI. Respecto a la caída de Palmira, esa ciudad no es estratégica para el régimen. Es estratégica para el EI, porque tiene un valor propagandístico. El conflicto es similar al iraquí porque se está protegiendo a las áreas chiitas.

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