Alumnos de liceos emblemáticos pierden hasta 63 puntos por ranking de notas

<p class="bullet">El liceo más afectado es el Instituto Nacional, cuyo promedio en la prueba es de 671,9 puntos y en el ranking de notas promedia 608,6.</p> <p class="bullet">La Universidad Católica de Valparaíso analizó cómo afectó esta metodología a los estudiantes de ocho colegios emblemáticos. </p>




Una baja de 63 puntos tuvo el Instituto Nacional entre los 671,9 que promediaron sus alumnos en la PSU y los 608,6 puntos que alcanzaron en promedio mediante el ranking de notas, según un análisis elaborado por la Universidad Católica de Valparaíso con los datos que proporciona el Demre. Esta diferencia es un ejemplo de cómo el alza en la ponderación del ranking de notas para la admisión 2014, afectó a los estudiantes de la mayoría de los liceos emblemáticos (ver infografía).

El vicerrector del Instituto Nacional, Pablo Gutiérrez, afirmó que "se ha producido lo que habíamos señalado, y se ha afectado a una generación que no tuvo muchas opciones de contrarrestar la ponderación de hasta 40% en el ranking".

El cálculo de los puntajes para las postulaciones a las universidades se hace en base a los porcentajes que cada plantel exige de las distintas pruebas y de las notas de enseñanza media. Desde este año, la ponderación del ranking de notas aumentó, llegando hasta un 40% del total del puntaje.

Este ranking se define tomando en cuenta las mejores calificaciones de las tres últimas generaciones de cada colegio. El mayor promedio de cada establecimiento obtiene un equivalente a 850 puntos y desde ese tope se entrega la puntuación del resto de los alumnos. La queja de los liceos emblemáticos se debe a que las notas son más bajas que en otros recintos, debido a que son más estrictos.

Según el experto en educación José Joaquín Brunner, "se había previsto que en general el ranking perjudicaba a aquellos colegios que son más exigentes en las notas". Sin embargo, sostiene que sí beneficia a quienes tenían las mejores notas en esos recintos.

Este era uno de los objetivos que tenía la aplicación del ranking: que los mejores alumnos de todos los colegios tuvieran asegurado el ingreso a la universidad, y en especial quienes provienen de los sectores más vulnerables.

El creador de esta metodología, Francisco Javier Gil, indicó que la idea del "ranking es que ingresen más estudiantes que tuvieron buenos resultados en el colegio, considerando que a quienes provienen de los sectores más pobres no les va bien en la PSU, porque en sus colegios no se les entregan todos los contenidos".

CRITICAS

Los liceos emblemáticos presentaron 13 recursos de protección ante la Corte de Apelaciones para impedir que se aplicara esta mayor ponderación a partir de este año. Sin embargo, todos fueron rechazados.

Según el vicepresidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional, Francisco Saba, "quedó demostrado que el ranking de notas nos perjudicó, por ejemplo en mi caso yo ponderaba 690 puntos para Administración Pública y me bajó a 613 porque en la universidad me pedían 40% de ranking". Agregó que "he visto muchos casos de compañeros que sacaron excelentes resultados en la PSU y que por el ranking bajaron y están quedando fuera de las carreras y universidades que querían".

Incluso, la situación podría ser más compleja llegando a tener una diferencia de 100 puntos entre el promedio PSU y el ranking de notas, según la dirección del Instituto Nacional.

En tanto que la directora del Liceo 1, Julia Alvarado, calificó los efectos que produjo el ranking como "lamentable, lo sabíamos de antemano y recién el lunes vamos a empezar a analizar los resultados". Y añadió que se está trabajando en medidas para contrarrestar los efectos sin sacrificar las exigencias ni la calidad de enseñanza que se entrega en el establecimiento.

Una de las preocupaciones de Gutiérrez es que "a futuro, de manera sorpresiva, se modifique el ranking, que se calcula sobre la base de las tres últimas generaciones de cada colegio, y se pase a un ranking único a nivel nacional, lo que sería peor".

Otra preocupación de los rectores es que los alumnos decidan cambiarse de colegio para subir sus notas. "Sabemos que ya está instalada la idea de tener una base institutana hasta segundo medio y luego hacer tercero y cuarto medio en otro colegio de menor exigencia", comentó Gutiérrez.

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