A un año de la puesta en marcha del acelerador de partículas




Un año después de que el mundo estuviera expectante ante la puesta en marcha del denominado "experimento científico del siglo", el Gran Acelerador de Hadrones (LCH) del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) sigue sin funcionar.

Los físicos esperaban que esta prueba llegara a revolucionar la física desde que los antiguos empezaron a estudiarla. En tanto, la población mundial estaba ansiosa por conocer los orígenes del Universo, que este acelerador desentrañaría.

Tras más de 20 años de trabajo en conjunto con 10.000 científicos, el mayor acelerador de partículas del mundo, el LHC, un anillo de 27 kilómetros bajo la frontera suizo-francesa, se puso en funcionamiento el 10 de septiembre de 2008.

LLEGO EL GRAN DIA
Los más de 500 científicos y periodistas reunidos en el CERN observaron cómo un haz de millones de protones, que habían sido inyectados en el acelerador, logró dar una vuelta completa al túnel, lo que constituyó un rotundo éxito, y el primer paso del experimento.

Sin embargo, la fiesta duró poco, porque el 19 de septiembre, sólo 10 días después de la puesta en marcha, ocurrió una avería que ciertas voces críticas quisieron ver como el resultado de un supuesto apresuramiento en el lanzamiento del LHC que paralizó el acelerador.

CON PRECAUSION
El portavoz del CERN, James Gillies, indicó hoy que la institución prevé que el LHC comience a funcionar de nuevo a mediados de noviembre, y explicó que, por el momento, se dedican a enfriar la maquinaria.

Por su parte, uno de los físicos jefes del CERN, Jorge Mikenberg, explicó que la etapa de reparación y repuesta a punto del LHC ha sido más larga de la anunciada con el fin de evitar otra avería inesperada.

"Tras el terrible accidente, decidimos hacer muchas más pruebas, establecer más sistemas de protección, y todo ese proceso duró hasta junio", señaló Mikenberg.

La dirección del CERN ha decidido que una vez el LHC haya arrancado, lo haga de forma ininterrumpida durante 12 meses, sin hacer la tradicional pausa invernal, para poder recuperar un poco del tiempo perdido.

El físico explicó que uno de los problemas adicionales que se detectaron reside en las soldaduras de las conexiones de cobre entre los imanes, una traba que, sin embargo, no es obstáculo para probar el acelerador a energías menores a la máxima.

LOS MISTERIOS QUE RESOLVERA EL LHC
La expectación ante el reencendido del acelerador se mantiene intacta, porque una vez el LHC funcione a pleno rendimiento, producirá cientos de millones de choques frontales de partículas a una velocidad próxima a la luz.

En ese momento se recrearán los instantes posteriores al Big Bang, lo que dará informaciones claves sobre la formación del Universo.

La información que proporcionen las colisiones será recogida y procesada por cuatro enormes detectores ATLAS, ALICE, LHCb y CMS que tendrán que "entender" los datos 15 millones de gigabytes de información al año que luego serán distribuidos a 140 centros de cómputo en 33 países para ser analizados y estudiados.

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