A 30 años, Merello y Morena reviven final de Copa Libertadores entre Cobreloa y Peñarol

Exactamente hace tres décadas, el 30 de noviembre de 1982, el equipo de Calama perdió su segunda final del torneo continental. Ambas leyendas rememoran el partido.




Pocas cosas rutilantes tuvo el fútbol chileno en los ochenta. Salvo el vicecampeonato de la Copa América en 1987, un mineral del desierto fue el principal motor de la actividad local. El desconocido Cobreloa apareció en escena y no se detuvo hasta llegar a la elite del continente.

En una década en que los naranjas ganaron cuatro torneos nacionales (1980, 82, 85 y 88), su punto más alto fue la disputa de las dos finales de Copa Libertadores, en 1981 y 1982, ante Flamengo y Peñarol, respectivamente.

Justamente hace 30 años se jugó el partido de vuelta con los uruguayos, probablemente uno de los más tristes que deben recordar los hinchas naranjas. Luego de un muy meritorio empate sin goles en el Centenario de Montevideo, el cuadro que dirigía Vicente Cantatore tenía el favoritismo para quedarse con el título. El match se jugaría en el Estadio Nacional.

Así lo recuerda Víctor Merello, emblemático mediocampista de los "zorros del desierto”, quien comenta que "era un ambiente muy propicio, veníamos de rescatar un empate muy valioso, con sabor a triunfo.  Aparte que, en el papel, por la experiencia de uno y otro, Peñarol era más abordable. Flamengo fue la base del equipo de Brasil en España 1982".

Al frente, lideraba el equipo aurinegro Fernando Morena, leyenda de esta institución. "Ellos eran un excelente equipo, donde había dos amigos: Washington Olivera y Jorge Siviero. Tenían un estilo muy sólido. No regalaban espacios para jugar. Era un equipo agresivo, pero no violento. Era duro enfrentarlos".

El partido fue tenso, el empate en la ida hizo que ambos tomaran precauciones y hubiera pocas acciones de gol. "Todos estaban pensando más que nada en el tercer partido", dice Morena, aludiendo al duelo de desempate, que se debía jugar en terreno neutral.

Sin embargo, un contragolpe de los uruguayos liderado por Venancio Ramos permitió a Morena anotar el gol en el último minuto. Merello recuerda: "Fue una jugada donde nos faltó  experiencia, nos pilló muy abiertos. A lo mejor fuimos ingenuos en ese sentido. Todos quedaron conmovidos,  la rabia era grande". El goleador Morena complementa: "El gol sobre la hora fue devastador para ellos, porque significaba que no había espacio para la reacción. Gol y triunfo".

"El silencio que hubo después del gol lo dice todo", agrega Merello, y Morena rememora que "dimos la vuelta y nos fuimos a celebrar en el camarín. Vicente Cantatore, en un gran gesto, nos fue saludar y felicitarnos".

El Nacional empezó a agrandar su fama de estadio "yeta" para finales y, quizás por eso, Merello asegura que fue un factor clave no haber jugado en el norte (el estadio de Calama no tenía la capacidad requerida por la Conmebol). "Allá era distinto. Estoy seguro, es indiscutible que la historia habría sido distinta", explica. Algo que ratifica Morena al decir que "seguramente habría sido más difícil".

Pese al doloroso revés Cobreloa logró rehacerse y alcanzó el título de 1982. "Eso era lo grande que teníamos, que levantamos la cabeza. El equipo conjugaba un buen nivel técnico con mucho temple. Es una satisfacción enorme haber sumado dos finales consecutivas pero tampoco se puede borrar la sensación extraña de haber estado tan cerca", sentencia Merello.

Morena, en tanto, asegura que "fue una copa muy dura, muy difícil de jugar, así que ganarla significó mucho. Habíamos tenido una fase previa muy dura. Ambos partidos fueron similares, casi calcados, y el único cambio fue mi gol. Lo llevo muy guardado en el corazón, con el tiempo no se olvida".

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.