Lanzas made in Chile: mayoritariamente hombres, de todas las edades y parte de bandas poco estructuradas

Con miras a avanzar en cooperación internacional, efectivos de la PDI han demarcado cuál es el perfil del chileno que delinque en el extranjero, el que ha ido mutando con los años. De cometer robos por sorpresa en la vía pública, pasaron a hurtos en propiedades privadas. Según detallan desde la institución, en 2022 se detuvo a 589 connacionales en otros países.


La mañana del 23 de octubre de 2019, Francisco Javier Silva Ramírez, junto a otros cuatro sujetos, se preparó para realizar lo que creía sería el atraco de su vida. Alrededor de las 9 de la mañana de ese día, llegó hasta las afueras de una joyería ubicada en Calella, un balneario de la provincia de Barcelona, en España. Todo, antes de que el local abriera sus puertas al público y esperaron a que el dependiente de mostrador, un joyero que habitualmente portaba cuatro maletines con varias especies, arribara al lugar.

Apenas el hombre llegó en su vehículo, de acuerdo con datos recabados en la investigación de los equipos españoles, Silva Ramírez y sus compañeros de delitos lo abordaron con violencia, dejándolo herido de gravedad y le sustrajeron las pertenencias. No era un delito nuevo para la banda, pues ya habían sido objeto de otras investigaciones por robo, pero según los investigadores sí fue su ataque más violento, por lo que de inmediato se activaron las redes para dar con el paradero de los integrantes.

Tras diversas diligencias, los equipos que participaron de la indagación dieron con la identidad de los sujetos, descubriendo que uno de ellos era chileno y que ya no se encontraba en suelo español. Producto de la magnitud del robo, se activaron los protocolos de cooperación que tiene Interpol, lo que llevó a que la PDI comenzara su búsqueda en territorio nacional a donde finalmente había huido.

Así, en octubre pasado, el hombre fue extraditado al país europeo para enfrentar cargos por robo y lesiones graves, sumándose a la lista de connacionales que son detectados cometiendo delitos en el extranjero.

Y es que la situación de Silva Ramírez, como explicó a La Tercera la prefecta inspectora Catalina Barría, jefa nacional de Cooperación Internacional, refleja una problemática que ha ido en aumento en los últimos años. Según detalla, la mayor facilidad para acceder a pasajes aéreos y el poco control que hay en ciertas fronteras ha hecho más frecuente que delincuentes nacionales intenten “probar suerte” en otros países, por lo que la tendencia -confirma la detective- va al alza.

Aquello se ve reflejado, como indica la profesional, en que sólo durante 2022, 589 chilenos fueron detenidos en el extranjero. Como dan cuenta las cifras, la mayor parte de ellos en Argentina (180), Estados Unidos (119) y Brasil (68).

El perfil del lanza

El aumento de los casos, según afirma la prefecta inspectora, ha hecho que el perfil de los sujetos que salen a delinquir vaya mutando y diversificando su catálogo de delitos. Anteriormente, el lanza internacional chileno, como se desprende de su apodo, se dedicaba a robos por sorpresa en la vía pública, pero con los años fue “sofisticando” sus actuaciones.

En la mayoría de los casos, de acuerdo con datos de la PDI, los compatriotas detenidos en el exterior son por delitos contra la propiedad, y no sólo asaltan a transeúntes, sino que también ingresan a domicilios particulares a fin de sustraer objetos que pueden comercializar rápidamente o dinero en efectivo. Por lo mismo, la denominación de “lanza internacional”, a juicio de las policías, ya está obsoleta.

Como detalla Catalina Barría, en todo caso, los casos reportados permiten perfilarlos: Son principalmente hombres, de todas las edades y que pueden actuar solos o en bandas poco estructuradas. En el caso de aquellos que operan en grupo, comentan desde la PDI, generalmente se conocen desde hace tiempo, son familiares o “el solo hecho de ser chilenos les da la confianza de realizar hechos delictuales”.

No constituyen, eso sí, estructuras piramidales, sino que mantienen relaciones más bien horizontales, “moviéndose como cuadrillas, intercambiándose integrantes mientras se mueven por diferentes países y generan redes”. Los objetos sustraídos muchas veces son traídos por ellos mismos de manera irregular, aunque también son enviadas vía encomienda a sus familiares, como ocurrió en medio del denominado “caso relojes”.

Si bien en el caso de Francisco Javier Silva Ramírez se evidenció un abordaje violento, la detective señala que, por lo general, quienes han sido detectados en ilícitos en el extrajeron no suelen ser delincuentes demasiado violentos.

¿Por qué eligen esos países? “En el caso de Argentina, es porque tienen la facilidad para poder trasladarse hasta el país vecino; Estados Unidos, porque igual es un país donde hay muchos latinos, por lo que logran instalarse y relacionarse, y en el caso de Europa, hemos detectado que llegan especialmente a España y desde ahí, recorren distintos países”, comenta la jefa nacional de Cooperación Internacional.

A fin de disminuir la posibilidad de que chilenos incurran en delitos en el exterior, la profesional agrega que han elaborado perfiles de riesgo que permiten alertar a otros países respecto de algún pasajero en particular, esto en función de condenas anteriores y antecedentes policiales del sujeto en cuestión.

Los desafíos

Dado el escenario, Barría indica que “el principal desafío es que todos los países podamos trabajar a través de Interpol y podamos entregar la información oportuna que nos permita a los unos o a los otros poder entregar antecedentes necesarios para poder identificar quién está entrando a delinquir en el país del otro”.

Por lo mismo, destaca la importancia de encuentros como la 25° Conferencia Regional de las Américas de Interpol, que en esta oportunidad se desarrollará en Santiago a partir de este martes 21 de marzo y donde detectives esperan estrechar lazos con representantes de otros 30 países.

Ante dicha instancia, el director general, Sergio Muñoz, comentó a La Tercera que, considerando que “el crimen organizado, el tráfico de drogas, la trata de personas, entre otros, son problemas globales, como Interpol y PDI tenemos el deber y la oportunidad de dialogar, analizar y prospectar escenarios criminales buscando siempre la colaboración y cooperación policial entre nuestras instituciones”.

“Pertenecer desde el año 1944 a la mayor red de policías a nivel mundial como es Interpol, nos ha permitido históricamente ir a la vanguardia de los fenómenos delictuales que aparecen en distintas latitudes y que en el algún momento llegarán a Chile. De ahí la trascendencia de ser anfitriones de la vigésimo quinta Conferencia Regional, ya que podemos intercambiar experiencias, conocimientos y nuevas metodologías de trabajo exitosas”, complementó.

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